Yogures a punto de caducar alertaron a familiares de la estafa en residencias

Madrid, 15 nov.- Yogures y otros alimentos a punto de caducar alertaron a las familias de los ancianos de posibles irregularidades en las residencias de Cádiz donde la Guardia Civil ha destapado un fraude, ya que suministraban a los residentes comida del Banco de Alimentos a pesar de cobrar por plaza hasta 1.800 euros mensuales.

Así lo han señalado a Efe fuentes de la investigación, que han precisado que fue un familiar de un anciano quien, de forma anónima, denunció que en esa residencia podrían estar cometiéndose irregularidades.

Tras abrir una investigación, la Guardia Civil ha imputado a quince responsables de once residencias privadas de la provincia de Cádiz, ubicadas en la capital y en localidades como Vejer de la Frontera, Ubrique o Medina Sidonia, que llegaron a retirar de la organización benéfica Banco de Alimentos hasta 140 toneladas de comida.

Según el instituto armado, los imputados utilizaban además las tarjetas sanitarias de 68 residentes fallecidos para retirar medicamentos y útiles sanitarios por un valor superior de 9.000 euros.

Las fuentes han subrayado que los responsables de esas residencias acudían a esa organización y firmaban un documento en el que se comprometían a distribuir esos productos a personas necesitadas y a no lucrarse con esos productos.

A algunos familiares les llamó a atención que después de pagar una mensualidad tan alta, los ancianos comieran productos con fecha de caducidad muy próximo, incluso del día siguiente, como era el caso de los yogures.

Esta práctica, que podría ser habitual en esas residencias, no sólo ha supuesto un fraude al Banco de Alimentos, sino también a la Junta de Andalucía, ya que esos centros están concertados con la administración autonómica, que aporta parte del precio de la plaza, puesto que los ancianos sufragan el 75 ó el 80 por ciento del importe mensual.

Precisamente, en el concierto que las residencias firman con la Junta se establecen algunas condiciones como la obligatoriedad de ofrecer a los ancianos una alimentación sana, variada y equilibrada.