UNA CO-PRODUCCIÓN DE BLUEMEDIA STUDIO Y NATURGY
Descarbonizar la economía es uno de los objetivos principales e indivisibles a corto plazo de nuestro país, y esto pasa por el necesario desmantelamiento de las centrales de carbón. En el contexto actual, resulta fundamental evolucionar el modelo energético hacia la generación renovable y apostar por la innovación en las tecnologías.
No obstante, el proceso de transición energética no implica solo realizar todas las operaciones de una forma más eficiente y respetuosa con el planeta. En ese proceso de transformación del sistema de generación eléctrica que implica el cierre de las centrales térmicas, hay efectos colaterales en algunas comunidades, que se ven afectadas por los cambios en la economía y la empleabilidad de sus territorios.
Por ello, reducir el impacto que tienen estos procesos de cambio y paliar los efectos colaterales que repercuten en las familias y los trabajadores es otra de las metas prioritarias y una cuestión fundamental a atajar por parte de las compañías energéticas implicadas en estos procesos. Es lo que se conoce como la ‘transición justa’.
Este es el objetivo que persigue Naturgy, que implementa planes de acompañamiento que permiten generar actividad económica, respetando el compromiso que tiene la empresa con estos territorios.
“Los planes de acompañamiento se centran en zonas más despobladas o rurales”, explica la directora de Medio Ambiente y Responsabilidad Social de Naturgy, Nuria Rodríguez, añadiendo que el objetivo de la compañía es “darles una alternativa para que esas zonas no se vean desvertebradas ni afectadas por el cierre de una actividad económica”.
Planes de acompañamiento
Para materializar esta vía de apoyo a los territorios afectados y a sus habitantes, la compañía apuesta por tecnologías que renueven la actividad productiva en estas zonas perjudicadas. Este proceso de cambio se ve respaldado y refrendado por el análisis de diferentes proyectos que sustituyan a la actividad económica que, hasta ahora, generaban las centrales de carbón en estas zonas rurales: La Robla (León), Meirama (A Coruña), Anllares (León) y Narcea (Asturias).
La alternativa económica que Naturgy proporciona, por ejemplo, en La Robla es el proyecto de hub de hidrógeno a través de energía solar fotovoltaica: “Generando hidrógeno verde podremos aprovechar para almacenar esa energía y, por supuesto, ofrecer empleo a la zona donde estaba ubicada”, indica Rodríguez.
La formación como solución
Una vez que se efectúan los planes de renovación y transición de las centrales de carbón hacia las energías renovables, es capital procurar que las familias y habitantes de la zona puedan seguir beneficiándose de esta nueva actividad económica.
Con el firme compromiso con las personas que mantiene Naturgy, el plan de acompañamiento para estas cuatro zonas de transición justa contempla apoyo a la formación, firmando convenios con diversas administraciones de toda España.
Destaca la puesta a punto y el desarrollo de módulos de Formación Profesional en el ámbito de las energías renovables, como el gas natural vehicular o la edificación sostenible, que se prevé que tendrán una alta demanda para materializar los objetivos de transición energética. De esta forma, se ayuda “tanto a los empleados internos como a los externos para reciclarse y adaptarse a la nueva actividad económica que vamos a desarrollar”, añade Nuria Rodríguez.
Tras cinco años de transición justa, han involucrado a las comunidades locales “desde el diseño hasta la ejecución, desde el principio y durante todo el proceso del proyecto”, remarca la responsable de Naturgy. Así, el proceso de transición energética se realiza pensando siempre en tres vectores imprescindibles: “las personas, el medio ambiente y el progreso económico”.
Como sintetiza Nuria Rodríguez, en definitiva, la transición energética y la transición justa son “dos caras de la misma moneda” para “luchar contra el cambio climático, descarbonizar nuestra economía y alcanzar unas emisiones netas cero en el año 2050 sin dejar a nadie atrás”.
