En una entrevista concedida a Europa Press, Ibáñez ha señalado que el primer paso es identificar y ordenar todos aquellos recursos turísticos que están vinculados con "nuestros antepasados judíos, árabes y con todos los flujos migratorios que se han producido en esta tierra a lo largo de la historia". "Esto ya se convierte en un reclamado bastante fuerte por sí mismo", ha subrayado.
Una vez identificados estos recursos e identificadas las zonas, "se pueden crear rutas", de manera que no se trate de recursos turísticos aislados y "diluidos en otras ofertas turísticas", sino que "cuenten una historia". "Se quiere atender a aquellas personas que tuvieron que marcharse, que han echado raíces en otro sitio, pero, sin embargo, siguen teniendo un vínculo muy fuerte afectivo, emocional o familiar y quieren conocer dónde vivieron sus familiares o antepasados", ha explicado.
Entre los recursos identificados se encuentran elementos patrimoniales judíos o musulmanes, pero "también otros vestigios que no son patrimoniales, sino gastronómicos, culturales, menos tangibles y más sensoriales", ha detallado.
"Pensamos que una persona que venga se va a dar cuenta de que empieza por esa visita, pero puede seguir viniendo durante mucho tiempo porque va a seguir creciendo en la experiencia y va a poder complementar con el conocimiento en otras culturas que también han influenciado en la suya", ha indicado.
De esta manera, la Consejería de Turismo y Deporte va a trabajar en los turistas de Alemania, Polonia, Francia o Inglaterra, pero también en América Latina y Estados Unidos, además "por supuesto" la situación que vive Cuba supondrá "una oportunidad también".
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