LA FALTA DE DESCANSO Y LA DESHIDRATACIÓN REDUCEN EN UN 50% LA ATENCIÓN AL VOLANTE EN VIAJES LARGOS

La fatiga es la cuarta causa de siniestralidad mortal en las carreteras españolas, ya que la falta de descanso y la deshidratación reducen en un 50% la atención al volante durante un largo viaje, según revelan las conclusiones de los estudios que han realizado el RACE y la Asociación de Bebidas Refrescantes, (Anfabra), con el apoyo de la DGT.
Los datos se expusieron este jueves en Madrid con motivo de la campaña 'Un refresco tu mejor combustible', cuyo objetivo es mejorar los hábitos de conducción y reducir el riesgo.
En esta edición se han realizado dos trabajos: una encuesta a más de 1.000 conductores que realizarán un largo viaje durante este verano, y un estudio sobre hábitos de conducción, elaborado por el Observatorio Español de Conductores (Ducit) mediante pruebas neurológicas en simuladores de conducción del RACE, para conocer los efectos que supone conducir bajo los efectos de la deshidratación.
Ante la pregunta de si viajan solos o acompañados, el 92% de los encuestados lo hacen acompañados, pero solo un 45% declaró que se turna al volante. Este porcentaje sube hasta el 80% en los mayores de 65 años, mientras que el 62% de los conductores menores de 34 años indicaron que sí se intercambian al volante durante los largos viajes.
Además, un 55% no para cada dos horas, como se recomienda para reducir el riesgo de cansancio, y un 20% reconoce que no para en un viaje largo y, de hecho, el 6% de los conductores declara hacer viajes de entre 500 y 1.000 kilómetros sin parar.
Los datos reflejan que tres de cada 10 conductores han sentido cansancio extremo en el viaje, principalmente causado por la intensidad del tráfico, las horas al volante y por circular por carreteras convencionales, lo que requiere una mayor atención. Además, cerca de un 80% reconoce haber sufrido somnolencia, la fase final y más peligrosa de la fatiga.
HIDRATACIÓN INSUFICIENTE
Los estudios indican que junto con el descanso, otro de los factores que más afecta a la fatiga del conductor es la deshidratación, unido a unos bajos niveles de glucosa. Concluyen que una hidratación insuficiente puede provocar las mismas reacciones al volante que cuando se conduce bajo los efectos de determinados niveles de alcohol.
Sin embargo, un 20% de los conductores no identifica la falta de hidratación como causante de la fatiga o como factor que puede provocar un riesgo de accidente. Por ello, el RACE ha querido conocer qué efectos produce la deshidratación en la conducción mediante unas pruebas neurológicas a conductores y en las instalaciones del Circuito del Jarama-RACE de Madrid 14 automovilistas se sometieron a unas pruebas en las que se controló la respuesta psicogalvánica, los valores recogidos en el electroencefalograma y la medición de la tasa cardiaca.
En las pruebas realizadas a los conductores se comprobó que, cuando conducían deshidratados, se adelantaba la aparición de la fatiga en un 50%, con la consiguiente pérdida de atención al volante. Esto, trasladado al tiempo de conducción, muestra como un conductor bajo estas condiciones debería parar a descansar e hidratarse mucho antes que un conductor bajo condiciones normales.
Asimismo, en las pruebas se constató que en un 66% de los casos la deshidratación al volante provoca una conducción más agresiva y una mayor brusquedad en las maniobras. También desciende en un 27% la concentración, tanto en los recorridos urbanos como interurbanos, con el consiguiente riesgo de accidente.

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