'PASAPALABRA' ENTREGA EL MAYOR BOTE DE LA HISTORIA DE TELECINCO: 1,86 MILLONES

El concurso 'Pasapalabra' entregó este lunes el premio más alto en la historia de Telecinco, al completar el malagueño de 27 años afincado en Barcelona David Leo García un 'rosco' que vale 1.866.000 euros.
'Ranzón' fue la respuesta que David dio a la pregunta 25 (‘Rescate, dinero que se da para redimir a un cautivo’), con la que completó con éxito el millonario ‘rosco’. David lo logró tras participar en 109 programas, de los que en 13 ocasiones se quedó a las puertas del éxito con 24 preguntas acertadas.
Este lunes, David contestó correctamente a las 25 definiciones del emblemático concurso en una jornada en la que contó con la ayuda, en la primera fase, de la presentadora Paz Padilla y de Sete Benavides, diploma olímpico en Piragüismo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Esté premio desbanca al último récord económico de los concursos en la historia de la cadena: el bote ganado por Juan Pedro Gómez también en ‘Pasapalabra’ el 13 de julio de 2013.
POETA Y PROFESOR
El joven malagueño, que actualmente reside en Barcelona con su novia, estudió Filología Hispánica y trabaja como profesor de español para extranjeros a los que ejercita con 'roscos' como el de ‘Pasapalabra’ para que amplíen su vocabulario. Su verdadera devoción son las palabras: fue el ganador más joven de la historia del Premio Hiperion de poesía con 17 años y es habitual su presencia en recitales.
De hecho, uno de sus sueños sería poder recitar en el Festival de Poesía de Medellín en Colombia. Además, es un apasionado del cine, el ajedrez, la cocina, y los campeonatos de Trivial que juega dos jueves al mes.
En 2013 David comenzó a prepararse para concursar en ‘Pasapalabra’ realizando de forma virtual multitud de roscos y apuntando palabras que clasificaba por campos semánticos y por letras. En diciembre de 2015 consideró que ya estaba preparado y decidió presentarse al cásting del concurso.
Con los 1,86 millones de euros logrados en 'Pasapalabra', David quiere viajar con su novia a Japón, montar una librería-café y una academia de ‘saberes inútiles’ donde, asegura, permitirá que especialistas del ámbito de las Humanidades tengan un espacio en el que transmitir o intercambiar conocimientos.

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