"Anonymus es como un rebaño en estampida"

El diario The Guardian, una de las cabeceras que está publicando en exclusiva las últimas filtraciones de Wikileaks, ha tenido acceso a una sala de chat donde los miembros de Anonymus abordan la estrategia en defensa de Julian Assange, fijan nuevos objetivos y, sobre todo, hablan y hablan sin parar.

Lo primero que destaca el periodista es que Anomymus dista mucho de ser una organización digna de ese nombre. “Más bien en un rebaño en estampida”, asegura. Según describe, en una sala del sistema de chats IRC se dan cita unas 3.000 personas que intercambian chistes, chascarrillos y lemas en la que difícilmente se puede mantener un hilo argumental.

Así, dice, el proceso de toma de decisiones es difícilmente identificable. Pero además el contenido de la charla se ve gravemente afectado por la desconfianza mutua entre todos los participantes. Asegura que es frecuente ver a alguien tachado de “poli” o leer preguntas como “¿Cuáles es vuestro próximo objetivo?”, lanzadas posiblemente por algún periodista.

Además, subraya la particularidad de que esta causa es la primera altruista que llevan a cabo los hackers, has ahora movidos por el morbo, las ganas de hacerse notar, la decidida intención de molestar a alguien o, directamente, el dinero.

“Funciona como El Club de la Lucha”, dice: nadie habla de Anonymus y, mucho menos, cuenta que pertenece al grupo. “Anonymus no se trata de la libertad”, asegura. “No tiene un manifiesto como tal. Es un amplio colectivo formado sobre todo por adolescentes con algo de tiempo libre, y otros mayores (casi todos hombres) con más cabeza y con habilidades informáticas considerablemente superiores”.