¿Comprar un videojuego? Mejor si es en el extranjero

  • El alto precio de los videojuegos en España ha obligado a sus consumidores a recurrir a la importación y a organizarse en Internet para crear los subtítulos.
Markus Steen

"La locura: Final Fantasy XIII para Xbox 360 por sólo 33,45 euros". Así rezaba esta semana una de las noticias de Gamememoney.com, uno de los portales más conocidos para los amantes de los videojuegos en España. El site se hacía eco de que el popular videojuego de origen japonés, cuya saga ha vendido más de 96 millones de unidades en todo el mundo, se encontraba a precio de ganga en una tienda minorista online de Reino Unido: casi un 50 por ciento más barato que en cualquier tienda española, donde ronda los 65 euros.

Como el que cruza la frontera para ahorrar en la compra de unos cartones de tabaco, los consumidores de videojuegos modifican sus hábitos de consumo y han encontrado en Internet su principal aliado para combatir los altos precios de los principales desarrollos que comercializa la industria. Y, además, de forma totalmente legal.

El ritual que llevan a cabo es sencillo: te das de alta en una de las tiendas online (Play.com, TheHut.com, Zavvi.es), realizas la compra (la tarjeta de crédito es una opción disponible en la mayoría de ellas) y tras una espera de entre siete y 15 días lo tienes en casa. Incluso te puedes ahorrar los gastos de envío en algunos portales. De esta manera puedes encontrar novedades como Lost planet 2, por unos 37 euros; o Batman arkham asylum por unos 30.

“El alto precio de los juegos obliga a la gente a buscarse las castañas fuera. Comprar fuera y recurrir a la segunda mano son las dos alternativas legales que, a efectos inmediatos, hacen a las distribuidoras españolas tanto daño como la piratería”, señala John Tones, director de la colección de libros de teoría y estudio sobre videojuegos Mondo Pixel. Jose Manuel Íñiguez, creador de videojuegos del estudio Akaoni, también cree justificado este comportamiento: “Los videojuegos son un artículo de ocio caro. Es normal que la gente intente disfrutar de ellos intentando ahorrar al máximo”.El arte de los subtítulos comunales

Uno de los inconvenientes que tiene este sistema de compra es el lenguaje. En muchas ocasiones los videojuegos no contienen el español como opción de idioma y ante este problema los consumidores se organizan en la Red para compartir el trabajo de subtitularlos, una práctica habitual también entre los aficionados a las descargas de series y películas.

Sin embargo, a diferencia de los casos anteriores, son las propias distribuidoras las que llegan a acuerdos con los consumidores para añadir subtítulos en sus videojuegos.Es el caso del título Fragile dreams: farewell ruins of the moon para Wii. Como explican en el blog especializado Banzaii.es, el videojuego estaba pensado para comercializarse únicamente en inglés pero la movilización de los fans en la Red ha logrado que su distribuidora en Europa permita que cincuenta de ellos se organicen para producir los subtítulos y ponerlos a disposición del público hispano en formato digital.

El director del blog y experto en videojuegos Jorge Mediavilla indica que es un ejercicio creciente que obedece a la presión de las legiones de seguidores que poseen los títulos más potentes del mercado: “Confeccionan listas con los videojuegos, comprueba los idiomas que tienen y se organizan”, indica.

Otra dificultad que han encontrado aquellos que prefieren el producto extranjero son los impuestos. Desde marzo y tras la transposición de una directiva europea que afecta a la Ley del Impuesto sobre el Valor Añadido, los bienes comprados fuera de la Unión Europea con un precio superior a los 22 euros, es decir la mayoría de los videojuegos, podrían incluir un recargo a su paso por la aduana.

"Favorecerá la compra en tiendas como Play.com, frente a otras como Playa-sia.com (Japón), HKofferhouse (China), Videogameplus (Canadá), que tendrán que pagar ese extra en aduanas. No creo que la situación cambie demasiado: seguirá habiendo tiendas donde será más barato comprar que en las tiendas físicas españolas", explica Tones.

Hasta ahora el límite que la ley contemplaba era de 150 euros y el ámbito de compra se podía ampliar a grandes potencias de la industria de los videojuegos como Japón y Estados Unidos. A pesar de todo, esta medida no parece suponer un obstáculo para los que prefieren la importanción al producto local: “Hay muy buenas ofertas en Asia, pero creo que la importación se va a centrar en Europa”, augura Mediavilla.

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