La Rosconada: 40 maneras diferentes de comer un roscón

  • La forma y la masa son las de siempre pero los hay de fresa ácida y champán, de amapola, de cardamomo y clavo, de dulce de leche y de limoncello. Abre sus puertas en Madrid La Rosconada, una tienda donde el clásico Roscón de Reyes se vende todo el año. Y en 40 sabores diferentes.
La rosconada
La rosconada
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Alessia Cisternino

Los clásicos de la cocina son clásicos porque no admiten variantes e interpretaciones. Nadie dudará de que un Roscón de Reyes, por el mero hecho de llamarse así, debe de comerse en ocasión de esta festividad y de que su receta sea inmodificable e intangible como una oración.

Pero a veces pasa que una arquitecta a la que le apasiona la pastelería un día quiera hacer un roscón y se encuentre sin la esencial ralladura de naranja en casa pero sí con mermelada de naranja. Y que el resultado sea tan sorprendente, que decida montar un negocio a su alrededor.

Es con esta anécdota que María Navascues, arquitecta por vocación y pastelera por sorpresa, nos cuenta el origen de La Rosconada, una tienda que se encuentra en el Mercado de La Paz de Madrid en la que se sirven 40 sabores diferentes de roscón durante todo el año. No todos a la vez, sino según la temporada.

Violeta, frutos rojos y manzana para la primavera; mojito, piña y zanahoria para el verano; dulce de leche, pistacho turco y fresa ácida y champán (con fresas de verdad y champán de verdad) para el otoño y nueces, canela y, como no, Roscón de Reyes clásico para el invierno.

En busca del roscón perfecto

"La arquitectura te da herramientas para salir de la norma, de lo establecido" explica María Navascues, que lleva este negocio con 13 socios más – toda la "pandilla" de amigos, como la llama ella – "te enseña a pensar en cada edificio como único y a reinventarlo. Y pensé que esto podía aplicarse también a un producto y a una tienda".

"Además" añade María "éste era un reto personal que me puse hace cuatro años. A mi padre le obsesiona la comida y conseguía comprar roscones hasta mayo porque les encantaban. Así que estuve tres años intentando hacer el roscón perfecto que pudiera obtener su aprobación y al final hace un año lo conseguí".

El precedente directo de esta tienda fueron las catas que María estuvo haciendo durante todo el último año y en las que sus amigos e invitados hicieron de afortunados "ratones de laboratorio". En una de esas catas, María conoció a Esther Sánchez, pastelera y autora del blog Chocolatisimo, que ha creado para La Rosconada unos bombones de chocolate para cada tipo de roscón, un maridaje que se puede acompañar, si uno quiere, con un café italiano o un "coulis" de fruta.

Algo que convierte esta tienda recién abierta de la capital en un pequeño espacio de degustación donde el roscón adquiere posibilidades gustativas prácticamente infinitas.

Nuevas ideas, viejos precios

Otro invento gastronómico de La Rosconada son los "holes" es decir los agujeros: pequeños bollos inspirados en los célebres agujeros de las galletas Filipinos. Raciones individuales de unos 55 gramos que ofrecen la posibilidad de ir probando toda la carta sin tener que comprar los nueve o diez roscones que se elaboran para cada temporada.

Los precios de los holes rozan los 2 euros, también hay miniholes por 0,50, mientras los roscones tienen un precio que varía de 10 a 38 euros según el tamaño. También se pueden encargar, con un día de antelación, para que los traigan directamente a casa. Ya no hay excusas para privar nuestras aburridas papilas gustativas de esta experiencia gastronómica tan novedosa y placentera.

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