La supervivencia del sombrero gracias a las redes sociales

La cultura del sombrero se va perdiendo poco a poco con el paso de los años. Esto es algo que saben los propietarios de una sombrerería de Oviedo, que con casi un siglo de vida, han decidido aprovechar que en estos tiempos parecer volver a ponerse de moda, gracias a la aparición de algunos famosos vistiendo, con mayor o menor elegancia, sus cabezas.

Para subirse a este último tren, la Sombrerería Albiñana se han lanzado a la Red en toda sus ámbitos desde comercio online hasta redes sociales, sorprendiendo a un sector marcadamente tradicional. "Hasta que hace menos de tres años informatizamos la tienda aún funcionábamos con libretas y todo el negocio se llevaba a mano", explica el propietario Luis Bobes.

"El primer documento escrito que tenemos es de 1923, aunque, ahora, gracias a las redes sociales los nietos del primer fundador se han puesto en contacto con nosotros y nos han dicho que su abuelo fundó el negocio en 1915". Éste es el comienzo de la historia de una sombrerería que tenía claro que internet es la puerta a un nuevo mercado para un negocio muy tradicional, "probablemente más que ningún sector", subraya Bobes.

"Cada vez es más difícil sobrevivir porque el número de personas que utiliza sombrero en las ciudades no es muy grande, aunque ahora está un poco más de moda", reconoce aliviado el propietario de este negocio.

"Teníamos clientes de fuera de Oviedo, incluso de Venezuela o México, que nos conocían porque sus abuelos ya nos compraban sombreros, y queríamos atender a todo este tipo de clientela". El único modo de seguir en el mercado y seguir ofreciendo su producto era vender en internet y "poner toda nuestra información a disposición de todo el mundo, estuviesen donde estuviesen". Así se abrió su sitio web.

Historias de sombreros

Pero los dueños de esta sombrerería se engancharon a internet y descubrieron las nuevas vías de comunicación que ofrece la Red. Así decidieron hace justo un año empezar un blog. "Nos pareció importante poder comunicarnos y poder contar cómo es el mundo del sombrero. Toda una cultura que se está quedando en manos de los cuatro que trabajamos en esto y  el día que las sombrererías cierren se perderá definitivamente".

En este cuaderno, además de presentar sus nuevos productos y las claves de cada temporada, sobre todo se cuentan historias llegadas desde cualquier punto del mundo sobre los sombreros. "Eso nos trae tráfico, algún cliente se queda, nos sigue y luego nos puede comprar". Con historias curiosas como la de una plancha para sombreros, han logrado llegar a 39.000 visitas en su primer año de vida.

Tras esta nueva experiencia, Luis Bobes nos explica su última apuesta: las redes sociales. Por raro que pueda parecer, en su opinión, son la clave para poder mantener el vínculo con la tienda de mostrador tradicional. Facebook y Twitter son su particular mostrador online, desde donde dan consejos a sus clientes y les explican lo qué se va a llevar cada temporada.

"Ante todo queremos seguir cuidando nuestra relación con el cliente, como se ha hecho siempre, nosotros no despachamos sombreros, sino que los vendemos. Facebook nos ayuda en esto más que Twitter, porque nos permite estar más en contacto con el cliente. Twitter es más inmediato, de momento lo vemos más complicado porque es demasiado conciso", pero sólo tienen sus perfiles desde las pasadas Navidades, señala el propietario de esta sombrerería.

Para lograr un pequeño éxito con esta apuesta, Luis Bobes asegura que "hay que dedicarle tiempo y ganas y no sé si realmente todo el mundo --en el sector-- se va a animar a montar todo este sistema". Por el momento, la competencia de esta pequeña tienda de Oviedo sigue sus pasos e incluso a veces se los comentan.

Por ello, el propietario de esta particular sombrerería asegura que su experiencia es muy positiva, porque, aunque los niveles de venta van más despacio, asegura que han ganado mucho terreno en la captación de clientes y en el reconocimiento de la marca.

"Hemos contactado con proveedores de Inglaterra y de Alemania que no habríamos conocido nunca sin estar en internet. Ahora podemos estar vendiendo en toda España e incluso en el extranjero, en Italia o en Francia y no sólo en Oviedo". El problema, lamenta, es que aunque tienen mucha demanda en Sudamérica, aún no tienen capacidad logística suficiente para satisfacer a estos clientes.

No obstante, Luis Bobes insiste en que para un negocio tradicional el saltó a internet no ha sido fácil. "Nos hemos tenido que pelear muchísimo para conseguir esto, porque hemos encontrado muy poca ayuda en cuanto a formación, ya no sólo técnica, sino también a nivel de legislación. Hemos tenido que visitar muchos portales de tiendas fuera de España para ver su experiencia", apostilla.