Mayores y presos: unidos por la red

  • Sagrario Ortega.

Sagrario Ortega.

Madrid, 27 nov.- Pablo y Manuel son dos presos en régimen abierto y Marta y Enrique, dos jubilados voluntarios. A los cuatro les ha unido Internet gracias a un programa de la obra social de La Caixa para formar a los reclusos en el uso de la red y contribuir así a su reinserción social y laboral.

Las instalaciones del EspacioCaixa en Madrid han acogido hoy a diez jubilados de la Asociación de Voluntarios de Informática de Mayores de la Comunidad de Madrid (Viacema) y a otros tantos presos del Centro de Inserción Social (CIS) Victoria Kent de la capital para proseguir con las clases de formación en Internet.

Ha sido la de hoy la cuarta clase del programa y los reclusos ya saben perfectamente diseñar su propio currículum vitae, descubrir las direcciones a las que pueden enviarlos y navegar en Internet con objetivos que van más allá de "bajarse" una película o descargar las fotos.

Gente 3.0 es el programa con el que la obra social de La Caixa, en colaboración con Instituciones Penitenciarias, pretende reducir el analfabetismo digital de los reclusos, tanto en régimen cerrado como abierto.

Por él, ha explicado la responsable del programa, Elisabet Yanovsky, han pasado más de 3.200 internos y 154 voluntarios mayores durante los seis años de funcionamiento dentro de cárceles de nueve comunidades autónomas.

Ahora, sus promotores han querido sacarlo de los centros penitenciarios y lo han dirigido a reclusos en tercer grado que, en su mayoría, van a cumplir en poco tiempo su condena. De momento, son medio centenar de presos del CIS de Madrid, Barcelona y Murcia los que se han acogido a esta prueba piloto.

Uno de los reclusos que se han apuntado a esta iniciativa, Pablo, relata a Efe que lo hizo para tener mayor salida en el mercado laboral.

Hace un mes, Pablo sabía bajarse una película y poco más, pero ahora ya ha preparado su currículum, ha podido archivar sus fotos en carpetas, navegar..., pero sobre todo, reconoce, ha compartido con los mayores que le enseñan valores como la paciencia o "las ganas de compartir" lo que tienen.

Pablo, que confía en encontrar trabajo, ha comprobado cómo los mayores voluntarios disfrutan con esta labor solidaria, su "cercanía" y, a pesar de la edad, su experiencia en el uso de la red.

"El saber no ocupa lugar", dice a Efe Manuel, otro de los reclusos acogidos al programa, antes de reconocer que la posibilidad de enviar el currículum por Internet le evitará "patearse" Madrid para entregarlo en las empresas.

Manuel, que tenía muy pocos conocimientos del uso de la red, ya ha realizado otros cursos de la obra social de La Caixa, como uno de ayuda a personas discapacitadas y otro de auxiliar de geriatría.

No deja de sorprender a Manuel que los voluntarios "estén más puestos" que él en el manejo informático y agradece la "paciencia" de los mayores con los neófitos en esta materia.

A Marta y Enrique, de 70 y 76 años, respectivamente, se les nota satisfechos de una labor con "gente que quiere reintegrarse a la vida" y no volver a delinquir. Aseguran a Efe que no han tenido ningún problema en trabajar con presos porque "son personas como los demás".

"Es un gusto" enseñarles, afirman casi al unísono estos dos mayores que desde que se jubilaron han participado en diversos proyectos solidarios, algunos de los cuales han tenido que suspenderse en plena ejecución por los recortes.

Convencidos de que podían hacer algo más por la gente que lo necesita, Marta y Enrique han trabajado con Internet durante muchos años y se congratulan de tener la oportunidad de ser testigos de las "ganas" de los presos por reintegrarse y estar con sus familias.

Por ello, insisten en la necesidad de seguir financiando proyectos de este tipo y en que la crisis no "corte" los programas sociales.

Y es que, además de lo que pueden aprender los presos, este tipo de programas, como dice su coordinadora, Elisabet Yanovsky, fomenta las relaciones intergeneracionales y la trasmisión a los presos de valores que les ayudarán a reinsertarse en la sociedad.

En el trato de "tú a tú" de profesores y alumnos, subraya Yanovsky, los mayores han sacado sus propias conclusiones sobre los presos: son "muy aplicados", aprenden a luchar contra las adversidades e interiorizan valores como la paciencia.

Mientras, los reclusos aprecian la cercanía de sus instructores. "Me siento como si estuviera con mi abuelo", dice Yanovsky que manifiestan los presos de forma unánime. EFE

so/pv

(Recursos de archivo en www.lafototeca.com. Código 3021667 y otros)

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