Pastelería imaginativa entre 2.0 y 3D

  • Los pasteleros Christian Escribà y Patricia Schmidt endulzaron ayer la segunda jornada de San Sebastián Gastronomika con pasteles participativos y tartas que desafían las tres dimensiones.
Christian Escribà
Christian Escribà
lainformacion.com
Alessia Cisternino. San Sebastián

Con fresas, con flores, con los colores de nuestro equipo favorito o con una imagen de Justin Bieber. Personalizar una tarta no es una novedad, pero hay quien va más allá como el pastelero catalán Christian Escribà, que ayer subió al escenario del congreso internacional de gastronomía San Sebastián Gastronomika - acompañado por la también pastelera Patricia Schmidt - para enseñar algunas sus últimas creaciones bajo el lema de pastelería 2.0.

"La tarta es el único regalo de cumpleaños que se comparte" dijo en el escenario y entonces ¿por qué no añadir a los gustos y las directrices del anfitrión las sugerencias, las ideas y los deseos de los invitados?

Pastelería participativa

"Patricia y yo somos especialistas en la pastelería personalizada o customizada" explicó ayer Escribà en una entrevista a Lainformacion.com. "La pastelería 2.0 es una pastelería participativa. Antes los pasteleros personalizábamos los pasteles, pero bajo nuestro criterio: ahora invitamos al cliente e incluso a los amigos, familiares o invitados a que participen en el concepto final de la tarta".

Esto se hace normalmente a través de reuniones previas en las que los invitados contestan a una batería de preguntas concretas sobre los novios, en el caso de un pastel de boda o sobre los que, por ejemplo, celebran su cumpleaños. A veces se les da a elegir, entre decenas de adjetivos, los que mejor definen a los anfitriones o las palabras que mejor describen sus gustos. El resultado es una replica de azúcar del programa televisivo Pasapalabra pero con un "concursante" que conoce las respuestas mejor que nadie.

Una tarta en 4D

En el caso del primer pastel de El Bulli Foundation, Escribà, compañero y amigo de Ferran Adrià, pidió a los cocineros y a los invitados que escribieran su deseo para la fundación. "Luego los colgamos en cartulinas en forma de estrella en la estructura del pastel y con unos globos de helio se fueron volando, ¿adónde? no lo sabemos…es un tipo de pastelería más emotiva, porque tu deseo está allí".

 

Si esto suena a futuro, lo de tenerse que poner unas gafas 3D en el auditorio de un congreso de gastronomía suena a ciencia ficción y sin embargo ayer en un vídeo Escribà enseñó la preparación de uno de sus pasteles de boda más recientes, involucrando al espectador hasta el punto de que casi era posible percibir el sabor de la tarta.

Una exquisitez en 3D por lo que se refiere a la imagen, explicó, pero que supera las tres dimensiones desde el punto de vista sensitivo, conviertiendo así "el gusto en una nueva dimensión".

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