Petra Segreta, la exclusividad de un Relais Chateaux en la mismísima Cerdeña

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Es difícil encontrar en todo el Mediterráneo un lugar que reúna las condiciones de Cerdeña. Una isla de inusitada belleza en el que todos sus paisajes parecen diseñados, y la proporción de colores verdes y turquesas han sido medidos para resaltar sus paisajes de ensueño que, sin embargo, sigue manteniendo cierta exclusividad al no haber sido invadida por las hordas de turistas que inundan otros destinos, lo que le hace aumentar su leyenda de belleza, exótica y un punto inaccesible para la mayoría. Sobre el promontorio de San Pantaleón desde donde la irreductible belleza de la bahía de Costa Esmeralda se alza Petra Segreta.

San Pantaleón se encuentra en un lugar estratégico desde el que parten caminos que llevan hasta lugares que permanecen en el imaginario de todos como destinos míticos: Porto Cervo, Porto Rotondo, Baja Sardinia y el mismo San Pantaleo. Pero San Pantaleón es un lugar idílico que nació en los años 70 como una comunidad de artistas artesanos que han sabido mantener el encanto de mitad del siglo pasado. Hasta allí llegaron Rosella Marchese enamorada de la isla desde siempre y Luigi Bergeretto, su marido, polifacético doctor en medicina enamorado de la cocina abrió varios restaurantes de éxito hasta que en 2011 fundaron Petra Segreta.

Desde Petra Segreda se observan por un lado los impresionantes farallones, unas monumentales empalizadas de piedra que señalan el emplazamiento del pueblo y el inicio de una pequeña cadena de montañas que cruzan la isla. Por el otro, las vistas llegan casi hasta el infinito, sobre el mismo Mar Mediterráneo de aguas turquesas y pequeños arenales que constituyen calas de extraordinaria belleza. Las casas de Petra Segreda son de característica fachada de piedra perfectamente integradas en el paisaje de plantas aromáticas y ornamentales que dan vida y personalidad al complejo.

Cada suite está decorada en tonos claros y pastel, toques orientales, tejidos de primerísimas calidades y artesanía del mundo. Cada suite posee su propia piscina de agua templada, algunas de las cuales están esculpidas en la propia roca, desde las que se divisa la Costa Esmeralda. Muebles decapados, vigas vistas y camas con dosel que miran hacia el exterior gracias a los ventanales a través de los cuales con las primeras luces de la mañana se cuelan las vistas de un mar azul y tranquilo; mientras que al caer la noche, el pueblo de San Pantaleón se enciende e ilumina con las terrazas en las que la gente se sienta a cenar.

De la cocina se encarga el propio Luigi Bergeretto, probablemente el único chef con título de doctor en medicina que oficia una cocina de corte clásico, un tanto académica, de tono e inspiración francesa en lo que a técnica y presentaciones se refiere; pero de profunda raíz local. Una cocina que nace de los productos que recolectan en su propia huerta y granja. Luigi elabora platos de la rica cocina sardinia en la que los tomates, las salsas y los pescados son protagonistas. La sala del comedor Il Fuoco Sacro se expone ante unos enormes ventanales que introducen el paisaje como una parte más de la experiencia en Petra Segreta.