Siete restaurantes donde comer potaje de vigilia

  • Garbanzos, bacalao y espinacas eran los tres ingredientes que constituían la base de la receta del potaje, pero no es la única.
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Garbanzos, bacalao y espinacas; eran los tres ingredientes que constituían la base de la receta del potaje que se ingerían los viernes del periodo de Cuaresma; ya que la tradición Católica prohibía comer carne a todos aquellos que no disponían de la bula que les eximía de tal restricción.

De la Riva (Cochabamba, 13)

Esta gran casa de comidas ubicada junto al Mercado de Chamartín, es uno de los lugares preferidos de los oficinistas de la zona que acuden a comer cada día. Pepe Morán acude cada día al mercado para formar la despensa diaria con la que elabora platos de recetas tradicionales para comer como en casa. El ambiente de De la Riva, predispone para tertulias y la sobremesa tras la comida. Si sus lentejas con chorizo o sus alubias de Ibeas son platos de culto, el potaje a base de espinacas frescas, garbanzo y bacalao desalado en el restaurante, no se queda atrás.

Casa Ciriaco (Mayor 84)

Si hay una casa de comidas por excelencia y tradición en Madrid, esa es Casa Ciriaco que aunque disfrutó de mayores glorias en otros tiempos en los que la oferta en Madrid era más reducida. Su cocina ha dado de comer a reyes, toreros y artistas, inmortalizados en los cuadros que adornan sus paredes. Su forma de hacer cocina, a base de guisos con cocciones lentas, le han dado fama a su gallina en pepitoria. Recomendable probar su particular versión del potaje que enriquecen con la combinación de judías y garbanzos y acudir durante la Semana Santa a las procesiones que salen de la zona.

Casa Lucio (Cava Baja 35)

Hablar de Lucio es hablar del Madrid más castizo y ¿por qué no? De la historia de los últimos cincuenta años de nuestro país. Por aquí han pasado las principales autoridades del mundo, invitadas en muchos casos por el Rey Juan Carlos, y es que la naturalidad con la que Lucio trata a todos sus clientes, con la cordialidad de un amigo, hace que cualquier comida aquí sea toda una experiencia. En Cuaresma y Semana Santa, Lucio ofrece un potaje sólo comparable a su cocido madrileño de los miércoles.

Los Galayos (Botoneras 5)

Uno de los establecimientos más antiguos de Madrid, abierto cuatro años antes de que España perdiera Cuba, más de ciento veinte años de historia le contemplan. Su cocina fiel a un recetario tradicional, mantiene sus señas de identidad constantes. Buen producto y ejecuciones bien realizadas. Si su cocido servido en cuenco de barro es uno de los platos más característicos, el potaje de garbanzos, bacalao, espinaca y huevo que potencian con un sofrito especial, es un fijo cada uno de los viernes de cuaresma y Semana Santa. Además, un puñado de elaboraciones singulares en las que el bacalao es el protagonista y su torrija abizcochada al PX no puede faltar en su propuesta.

Casa Perico (Ballesta 18)

Al lado de uno de los mejores restaurantes de Madrid La Tasquita de Enfrente, se ubica esta taberna que se ha ganado el apodo de la casa de la cuchara, porque la familia Jiménez, que regenta el local desde mitad del siglo pasado, siempre tiene un plato de cuchara disponible. Ahora y hasta que acabe la Semana Santa, los viernes sirven un gran potaje de Cuaresma.

Desencaja (Paseo de la Habana 84)

Iván Saez, un gran cocinero que ha ido creciendo tanto en su propuesta de cocina, como en el ambiente de su sala, cada vez más agradable y confortable, propone un menú de vigilia para los viernes, que incluye potaje, bacalao con purrusalda al pil pil y torrija por 30€.

Cul de sac (Avda de las dos Castillas 9B, Pozuelo)

Como quiera que en Semana Santa se prohibían sólo los platos de carne, aunque en esta ocasiónno vayamos a hablar de un potaje al uso, recomendamos este restaurante de Pozuelo en el que oficia Iñaki Ongay, antiguo parrillero de Julián de Tolosa. Aquí se sirve una sopa de pescado como pocas. La preparan con una sustancia y una potencia de sabor incomparable y que se hace un plato reconfortante y señalado para la Cuaresma que rezuma un sabor extraordinario.

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