Supersticiones, en la frontera entre el miedo al azar y un trastorno obsesivo

  • La mayoría de las supersticiones como santiguarse o lavarse las manos hasta alcanzar un número determinado, o cambiar una cita porque cae en martes 13 o en un día como hoy (11/11/11) pueden ser ejemplos inofensivos del miedo al azar o bien ocultar un trastorno obsesivo compulsivo.

Madrid, 11 nov.- La mayoría de las supersticiones como santiguarse o lavarse las manos hasta alcanzar un número determinado, o cambiar una cita porque cae en martes 13 o en un día como hoy (11/11/11) pueden ser ejemplos inofensivos del miedo al azar o bien ocultar un trastorno obsesivo compulsivo.

Las supersticiones tienen algunas similitudes con este tipo de trastorno, pero se diferencian en que las primeras no suelen impedir a la persona que desarrolle con normalidad su vida diaria, según ha explicado a EFE el psicólogo José Antonio Molina.

Este tipo de manifestaciones no son graves mientras no impidan llevar a cabo una acción o no tengan consecuencias graves en la persona supersticiosa.

Sin embargo, en algunos casos poco frecuentes, las supersticiones pueden ser un síntoma de un trastorno de mayor gravedad, ha añadido Molina.

Normalmente, los especialistas diagnostican a personas supersticiosas "de casualidad", mientras tratan alguna otra dolencia psicológica.

Según Molina, "aunque sean absurdas, muchas supersticiones son heredadas de los modelos que hemos visto en nuestros familiares directos y en nuestros educadores, porque tendemos a repetirlos".

Asimismo, pueden surgir tras sufrir un incidente traumático o recibir una mala noticia.

"Algunos pacientes han ido al médico vestidos de un determinado color y les han dado una mala noticia, por lo que han renunciado a utilizarlo de nuevo, pese a que saben que su decisión no tiene ninguna lógica", ha ejemplificado Molina.

Para combatirlas, este psicólogo ha aconsejado exponer a la persona a su miedo repetidas veces, para que pueda comprobar por sí mismo que no existe ninguna consecuencia.

En algunas fechas, la superstición se suma al deseo de tentar al azar. Es el caso de hoy, en el que la ONCE ha informado de que sus cupones con el número 11.111 se terminaron el mismo día en el que salieron a la venta.

Se han vendido casi todos los números que terminan en 11, pero también otros con las dos últimas cifras iguales, como los que finalizan en 00 ó 22, ha explicado a EFE José María Prieto, jefe de prensa de la ONCE.

Prieto ha asegurado además que, gracias a la venta por Internet, han aumentado las peticiones de cupones con números que coinciden con fechas de cumpleaños o de aniversarios.

"La gente pide muchos números raros y muchos llevan a cabo un seguimiento de los que resultan elegidos a lo largo de la semana para decidir luego los suyos", ha añadido Prieto.

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