Sylvain Tesson, el escritor nómada, se pasa al "relato estático"

  • Luis Miguel Pascual.

Luis Miguel Pascual.

París, 9 may.- El francés Sylvain Tesson, escritor-nómada, publica en español su nueva novela, basada en el relato de su medio año pasado en una cabaña en Siberia, "uno de los viajes más largos sin haber hecho un kilómetro", según cuenta a Efe.

"No deberíamos dejar pasar ningún instante de la vida sin prestarle atención", asegura Sylvain Tesson, exponente de la literatura nómada que en "La vida simple", su primera obra traducida al español, narra el diario de sus seis meses aislado en una cabaña a orillas del lago Baikal.

Tras varias aventuras que se han convertido en libros de gran éxito editorial en Francia, como la vuelta al mundo en bicicleta o la travesía de Asia en una moto con sidecar, Tesson presenta una obra diferente que define como "una inmersión estática".

"Para mí viajar es una huida del aburrimiento, de la morosidad, de la angustia del tiempo que pasa", afirma.

Nacido en París en 1972, hijo de dos conocidos periodistas, Tesson ha vivido con "La vida simple" su mayor éxito en librerías, aunque en su carrera ha coleccionado algunos prestigiosos premios, como el Goncourt de novela o el Médicis de ensayo.

Tesson se considera "un bardo" que cuenta lo que vive y que busca aventuras para poder escapar de una sociedad en la que no se siente cómodo.

Con esos viajes, el escritor no persigue "detener el tiempo", pero sí "hacerlo más intenso, poder fijar la atención en lo que haces, vivir más cada instante".

Tras tantos viajes, Tesson decidió "probar algo diferente" y con un puñado de libros se recluyó en una cabaña en Siberia.

"Estaba un poco cansado de viajar, quería ver lo que me aportaba lo contrario de caminar, la inmersión en un lugar. No sabía que sería tan fecundo y rico. Descubrí que podía pedirle a la inmovilidad lo mismo que me daba la suma de kilómetros, el sentimiento de una vida rica, de conseguir cosas, de una diversidad", asegura.

A diferencia de los viajes, donde "siempre suceden cosas", en la cabaña siberiana tuvo que "provocar que sucedieran".

"Hay que leer en lo monótono, lo que exige todo un esfuerzo", señala.

Con sus aventuras, Tesson no persigue "atrapar el tiempo o ralentizarlo", pero sí "dilatarlo, hacerlo más denso".

A orillas del Baikal, el escritor encontró "momentos de paz, fugaces pero intensos, en los que "se ponen de acuerdo el espíritu, el cuerpo y el alma".

"Viajar, escalar y escribir me permiten intensificar el tiempo", agrega este escritor, que se define como "nómada" y que considera las nuevas tecnologías "armas de destrucción masiva".

Para Tesson, "el cáncer" de la sociedad está en la "era digital", que considera "una impostura que te hace creer que tienes a tu alcance todo el saber de la humanidad" pero que te evitan "disfrutar del momento presente".

El escritor considera que en las sociedades emergentes todavía pervive "una postura de desprecio hacia el futuro" que les permite "vivir sin preocuparse de acumular".

"El futuro es una construcción; el mañana, una impostura, una manipulación profunda. Los que hablan del mañana son los curas y los políticos, los que tienen algo que venderte, ya sea la vida eterna o promesas electorales. Son los que han manipulado el tiempo para evitarnos ver el único tesoro que tenemos, el instante que vivimos", dice.

En sus libros, Tesson no busca "ni hacer un manifiesto ni una filosofía", simplemente contar sus experiencias.

Aunque reconoce que sus libros han podido tener un mayor éxito "porque se publicaron en un momento de desesperación social en el que la gente busca reducir sus preocupaciones y sus ambiciones y encuentran que alguien lo consigue encerrado en una cabaña".

Tampoco busca destruir el sistema, porque cree que "no hay dinamita suficiente", por lo que se conforma con huir.

"Me parece que marcharse es una crítica más dura al sistema, es la indiferencia", relata.

Entretanto, la cabeza de Tesson, que pasa unos días en su "puerto de amarre en París", sigue pensando en el próximo viaje.

"Siempre estoy preparado para partir. Me gusta pensar que podría cerrar toda mi vida actual en cuatro horas, el tiempo justo para regalar mi apartamento, cerrar mis cuentas bancarias y marcharme. No quiero ninguna atadura", dice.

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