8 claves para que tu negocio tenga éxito al crecer, según los maestros de Harvard

  • No basta con tener una buena idea: hay que encontrar estructuras y modelos de negocio que sirvan realmente para resolver problemas
No siempre es fácil encajar todas las piezas / Pixabay
No siempre es fácil encajar todas las piezas / Pixabay

La mitología del emprendimiento nos dice que si tienes una buena idea y peleas por ella harás tu sueño realidad. Pero esto es una especie de cuento de hadas, que dista mucho de ser real. Lo cierto es que montar una empresa es muy sencillo (basta con rellenar unos papeles), pero hacer que funcione es una cosa muy distinta.

Como explicaba recientemente a La Información Luis Pérez-Breva, el ingeniero barcelonés que dirige el programa estrella del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en innovación aplicada, innovar tiene poco que ver con tener una idea visionaria y mucho con encontrar estructuras y modelos de negocio que sirvan realmente para resolver problemas.

Y para lograr esto existen una serie de requisitos que ningún emprendedor debería olvidar. El consultor Peter Cohan, que trabajó durante año como mano de derecha del gurú del emprendimiento, Michael E. Porter, ha entrevistado recientemente para Inc. a dos de los más destacados profesores de la Harvard Business School, Jeffrey Rayport y Shikhar Ghosh, y ha recopilado sus enseñanzas en 8 ideas claves para lograr que una startup logre ser una compañía sólida. Son estas:

1. Combina la visión con el detalle

Un líder empresarial, sobre todo en el momento en que las funciones directivas no pueden dividirse, debe tener visión de futuro, pero también estar pegado a la realidad del día a día, a los detalles que hacen que un negocio prospere.

Según Rayport, un buen ejemplo de líder que supo combinar siempre estas dos facetas es Jeff Bezos. Otros, por el contrario, han necesitado encontrar a personas que llevaran la parte más operativa del negocio. Este ha sido el papel de Sheryl Sandberg en Facebook o Larry Page en Google, pero en una startup no siempre se puede contar con compañeros de este nivel, y es el emprendedor el que debe asumir ambos roles.

2. No dejes de aprender

Como explicaba a La Información Pérez-Breva, las ideas empiezan mal siempre, y todo el proceso de emprender requiere realizar un ejercicio de prueba y error, en el que se cometen muchos fallos. Y es necesario aprender sobre la marcha. Un buen líder es aquel que sabe cambiar cuando tiene nueva información.

3. Cambia la cultura conforme cambie la compañía

Conformar una cultura empresarial es fundamental para el éxito de cualquier organización, pero esta tiene que ir cambiando a medida que se incorporan nuevas personas al proyecto. Es imposible mantener la misma cultura en una organización de cinco personas que en una de 100, pero eso no significa que haya que renunciar a los valores con los que comenzó el proyecto.

“La cultura no tiene nada que ver con sentir nostalgia por los buenos viejos tiempos cuando no había reuniones formales ni departamentos de recursos humanos”, explica Rayport. “Cuando una compañía pasa de tener 10 personas a tener, 100, 200 o 1.000, puede tener los mismos valores, como la integridad, la transparencia, el trabajo en equipo, la responsabilidad, la pasión y la energía. Pero eso son todo resultados. Para que la cultura se desarrolle en una escala mayor, debes saber qué palancas de gestión puedes utilizar para lograr que las personas actúen de acuerdo con esos valores”.

La imagen arquetípica del emprendedor / Pixabay
La imagen arquetípica del emprendedor / Pixabay

4. Sincroniza la estrategia con tu estado de crecimiento

No puedes abordar la estrategia de tu empresa, esto es, garantizar su crecimiento ordenado y rentable, sin tener en cuenta la financiación con la que cuentas. Debes tener una estrategia primeriza en la que cuentes solo con los recursos de los que dispongas y fije el momento en el que sea necesario pedir dinero, y una vez consigas las primeras inversiones la estrategia tendrá que ir cambiando ajustándose a cada ronda de financiación, hasta llegar al punto en que los consumidores empiecen a pagar por aquel servicio o producto que proporcionas y puedas escalar la compañía, capitalizando para ser grande lo antes posible.

5. Adáptate a la potencia de tres

Según Glosh, cada vez que multiplica por tres el número de personas en una empresa (30, 90, 270, 810…) todo cambia: “Cuando todos en la empresa pueden ser alimentados con dos pizzas, el líder puede estar al tanto de todos los empleados y hacer que las cosas funcionen. Pero a medida que escalas, agregas capas, divisiones del trabajo y especializaciones, las personas con las que comenzaste no pueden tener el mismo tipo de contacto directo con el líder que antes”.

6. Gestiona la tensión entre los procesos y la creatividad

El proceso empresarial es básico en toda compañía, pues no es otra cosa que la forma en que se organiza el trabajo en esta: quién va a realizar cada actividad, las herramientas utilizadas, las instrucciones específicas para su aplicación y cuál es el resultado esperado. A medida que una empresa crece es imposible funcionar sin unos procesos bien definidos, pero al procedimentarlo todo se corre el riesgo de minar la creatividad y la capacidad de reacción.

7. Aprende a delegar

A medida que una compañía crece, y las responsabilidades se vuelven más complejas, los líderes siempre tienen que delegar funciones, y cuando no se sabe delegar la diferencia entre un líder efectivo y un buen trabajador con galones es dolorosamente evidente. Los emprendedores tienen tendencia a querer abarcarlo todo, pero si no confías en las personas de tu equipo la compañía nunca crecerá de forma eficiente.

8. Mantén claro que hay un propósito común

Este es quizás el consejo clave y es que, a medida que una compañía crece y los departamentos se especializan es habitual que surja la competencia entre ellos. Es fácil perder el foco y olvidar que todos están en el mismo barco. La única forma de mantener juntos a los departamentos de ingeniería, finanzas, ventas, etc., es recordar continuamente a todo el mundo el propósito, la misión, los valores y los comportamientos deseados de la empresa.

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