Afecta especialmente al sector servicios

Un estudio de Harvard relaciona la depresión con la falta de horarios fijos

En la investigación realizada por el profesor de la universidad, Daniel Schneider, se le preguntó a todos los participantes si dormían bien por la noche o cómo de felices eran para conocer su salud mental.

Trabajador cansado
Trabajador cansado
©[EternalCreative de Getty Images] a través de Canva.com

La falta de un horario estable y fijo es un problema que afecta a un elevado número de trabajadores. A diferencia de otros inconvenientes, el no tener una hora de entrada y de salida repercute en empleados de diferentes grupos, desde camareros hasta ingenieros informáticos. Esta situación puede derivar en problemas de salud mental, según una investigación del profesor de Harvard, Daniel Schneider.

El estudio expone que esta situación afecta especialmente a los trabajadores del sector de los servicios. "Ciertamente, el sector de servicios es el lugar donde vemos la mayor concentración de empleados con sueldos bajos. Pero están pasando muchas más cosas en términos de condiciones laborales difíciles, como los horarios de trabajo inestables e impredecibles", ha señalado el profesor en una entrevista a Grow.

Falta de sueño, depresión e infelicidad

En la investigación realizada, se le preguntó a todos los participantes si dormían bien por la noche o cómo de felices eran. El objetivo de este tipo de cuestiones era "capturar la depresión y la angustia psicológica". Los resultados fueron esclarecedores para Schneider. Los empleados que tenían que hacer frente a horarios sin control tenían un peor sueño, estaban deprimidos y eran menos felices.

Según explica el profesor, un gran número de empresarios tienen una visión cortoplacista sobre el dinero: "Se centran en los costos a corto plazo, en lugar de los beneficios a largo plazo", ha criticado. Y es que, para los directores mandar a un empleado a casa, cuando no está habiendo trabajo, o llamarlo para hacer unas horas extra, cuando hay en exceso, supondría un gasto muy elevado que muchas compañías no podrían afrontar. 

Por este motivo, el profesor explica que lo sencillo es controlar el dinero que se le paga a los empleados. "Muchos otros aspectos del negocio se están volviendo más costosos durante la pandemia y el gasto de la mano de obra es una cantidad que de alguna manera se puede controlar", sentencia Schneider.

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