Fondos cotizados

Cómo empezar a invertir en ETFs

Un ETF es un producto de inversión colectiva, cuyas participaciones se negocian y se liquidan igual que las acciones. Los expertos destacan "la diversificación que ofrece la cesta de valores que componen un fondo indexado y la flexibilidad que supone poder comprar y vender participaciones de ese fondo".

Así acaban viendo la bolsa los inversores cada 28 de febrero.
Cómo empezar a invertir en ETFs
EFE

Un ETF - Exchanged Traded Funds en inglés- es un fondo cotizado. Es decir, se trata de un producto de inversión colectiva, cuyas participaciones se negocian y se liquidan igual que las acciones. Bolsas y Mercados Españoles (BME) -operador de la bolsa española- explica que este producto reúne "la diversificación que ofrece la cesta de valores que componen un fondo indexado y la flexibilidad que supone poder comprar y vender participaciones de ese fondo con una simple operación en Bolsa en cualquier momento a lo largo de la sesión”.

Las estadísticas muestran que hasta el mes de mayo en la bolsa española se realizaron más de 37.000 operaciones con ETFs y el volumen de efectivo negociado alcanza los 515 millones de euros. Los inversores pueden elegir entre tres tipos: ETF que siguen la evolución del mercado, ETF inversos que replican el comportamiento de un índice inverso o ETF apalancados que replican el índice en una determinada proporción.

Actualmente, los ETF pueden invertir en renta variable, renta fija, materias primas, divisas, así como cualquier otro subyacente autorizado por el regulador financiero. Sobre este producto financiero, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) explica que “suelen ser fondos de renta variable, excepto aquellos que replican índices de renta fija, por lo que en general presentan una volatilidad elevada y resultan adecuados para inversores propensos al riesgo”.

Para empezar a invertir

En primer lugar, para empezar a invertir en un ETF hay que recurrir a un intermediario financiero, que, como ocurre con producto financiero, debe estar autorizado. Los ETF pueden adquirirse a través de los intermediarios financieros como bancos, cajas de ahorros, sociedades o agencias de valores. Además, la CNMV también destaca que las sociedades gestoras también pueden comercializarlos, “bien de forma directa o a través de agentes o representantes”.

El inversor podrá comprar o vender participaciones a través de órdenes que se transmiten al intermediario por teléfono, de forma presencial en una sucursal o también a través de Internet. Estas órdenes se pueden realizar mientras esté abierto el mercado electrónico bursátil -igual que las acciones-. En su caso, el horario es de 8:30 a 17:35, compuesto por un periodo de subasta de apertura entre las 8:30 y 9:00 horas y un periodo de mercado abierto entre 9:00 y 17:35.

La negociación de los ETF es similar a la de las acciones. No obstante, se diferencian en el precio de cierre, que se determinará como el punto medio de la horquilla en ese momento y no mediante el proceso de subasta de cierre.

Siempre hay riesgo

Hay que tener en cuenta que en los ETF, igual que en otros productos financieros, el riesgo no es cero. En primer lugar, al invertir en ETF que replican índices de renta variable existe el denominado riesgo de mercado: “En situaciones de mercados bajistas pueden registrarse importantes pérdidas en la inversión realizada y, a la inversa, en periodos alcistas”, destaca la CNMV.

Pero, además, a la hora de invertir en ETFs hay que tener en cuenta el riesgo de liquidez, que dependerá del nivel de liquidez que tengan los activos en los que invierta. En este caso, las participaciones en los ETFs se pueden negociar –comprar o vender- en cualquier momento del horario de negociación bursátil.

Por otra parte, otra cuestión importante sobre los ETFs es su valor liquidativo, el valor conjunto de todos los activos en los que está invertido. La CNMV destaca que es posible que las operaciones de compra y venta se realicen a un precio diferente del valor liquidativo estimado publicado por la bolsa. Esto se debe a que "los especialistas introducen órdenes de compra y venta con un diferencial en los precios. Por tanto, lo normal es que el partícipe compre a precios superiores al valor liquidativo estimado y venda a precios inferiores, aunque en general la diferencia entre ambos será muy reducida".

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