Los efectos del Brexit están haciendo mella en el nacionalizado Royal Bank Of Scotland (RBS), que ha visto hundirse un 12,5% su beneficio atribuido en el primer trimestre del año hasta los 707 millones de libras (819 millones euros), ante la "incertidumbre" que está generando el proceso de desconexión de la Unión Europea. Un proceso caótico que está costando al país más de 4 millones de euros cada hora. Los títulos del RBS lo están pagando caro en bolsa con un descenso del 5,2% hasta las 237,2 libras (274,88 euros).
Actualmente, el Estado británico controla un 62,4% de la firma (llegó a poseer un 80%), que por un tiempo fue el segundo mayor banco de las Islas, pero que tuvo que ser rescatada en 2013 a raíz de la crisis financiera. El RBS logró despedir el año pasado con un beneficio de 1.830 millones de euros, si bien lo hizo tras aplicar duros ajustes y despedir a miles de empleados.
Fue, en concreto, el segundo ejercicio que la entidad nacionalizada lograba cerrar sin números rojos desde que se produjo su rescate hace más de cinco años. Su máximo directivo, Fred Godwin, no fue enviado a prisión por su gestión al frente del banco, pero sí que fue despojado de su título de caballero por la Reina Isabel II.
En un comunicado difundido en la Bolsa de Valores de Londres, el banco reconoce que su balance de resultados se ha visto afectado por el contexto "incierto y competitivo" que plantea la marcha de Reino Unido de la UE. Pese a ser un beneficio inferior a las 808 millones de libras (936 millones de euros) que obtuvo el año pasado entre enero y marzo, la cifra supera las expectativas del consenso de analistas, que había calculado un beneficio atribuido después de impuestos de 546 millones de libras (632 millones de euros).
En el primer trimestre, el grupo sitúa su beneficio operativo bruto en 1.013 millones de libras (1.173 millones de euros), lo que también representa un retroceso, en este caso del 16,4% en relación al ejercicio previo. El presidente de la entidad, Howard Davies, ha admitido ante sus accionistas que la inquietud que plantea la marcha de este país del bloque comunitario -cuyo plazo máximo se amplió al 31 de octubre por los Veintisiete- "pesa" en la economía y afecta al rendimiento del banco.
Por su parte, el consejero delegado del RBS, Ross McEwan, consideró que el banco ha obtenido un "resultado sólido ante un contexto altamente incierto y competitivo". El neocelandés McEwan anunció esta semana que dejará su cargo tras más de cinco años y medio al frente del banco, si bien permanecerá en el puesto hasta que se designe al que será su sucesor, con lo que su fecha de salida no está todavía confirmada.
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