El euro roza la paridad con el dólar mientras persiste el temor a la recesión

El euro sigue perdiendo terreno frente al dólar al límite de la paridad a medida que persiste el miedo a una recesión, sobre todo en la Eurozona. Este martes ya ha tocado los 1,002 dólares, un nuevo mínimo de 20 años. La moneda europea no registraba un nivel tan bajo frente al billete verde desde noviembre de 2002, la última vez que perdió la paridad. 

El dólar como valor refugio para los inversores ha supuesto un lastre para la moneda europea en las últimas semanas y solo en el último mes la caída se aproxima al 5%. En concreto, el euro se ha llegado a cambiar este lunes en 1,0005 dólares, frente a los 1,0039 dólares en las últimas horas de la negociación europea del mercado de divisas de la jornada anterior. El Banco Central Europeo (BCE) fijó este lunes al cierre de mercado el cambio de referencia del euro en 1,0098 dólares.

Se mantiene la aversión al riesgo en los mercados financieros por la preocupación por la inflación y una posible recesión. Los precios de consumo subieron en China en junio un 2,5% interanual y los de producción aumentaron en el mismo mes un 6,1%. Debido a los nuevos contagios en el país, China podría imponer nuevos confinamientos para evitar los contagios, lo que podría tener efectos negativos en la economía global.

Además del riesgo de recesión mundial, en la Eurozona el temor se agrava con el foco puesto en el corte de suministro de gas ruso. Este lunes se cortaron los flujos a través del Nord Stream 1 por su mantenimiento anual. El cierre durará 10 días, pero el miedo es por qué ocurrirá después, ya que el Gobierno alemán y los países europeos sospechan que Gazprom, principal gasística pública rusa, no retomará la actividad habitual. 

Los analistas de ING creen que "las posibilidades de que el euro alcance la paridad tan pronto como esta semana son bastante altas". Lo justifican porque creen que los inversores tienen pocas esperanzas de una mejora en el suministro de energía en el corto plazo y los banqueros centrales no muestran signos de distracción en los ciclos de ajuste monetario contundente.