Frente a la inflación

Lagarde avisa: subir tipos con rapidez no ayudaría y ahogaría la recuperación

La presidenta del BCE ha afirmado que actuarán "si es necesario, pero todos nuestros movimientos tendrán que ser graduales" ante las expectativas del mercado sobre el endurecimiento de la política monetaria.

Lagarde
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EFE

"Si actuáramos con demasiada rapidez ahora, la recuperación de nuestras economías podría ser considerablemente más débil y los puestos de trabajo estarían en peligro. Eso no ayudaría a nadie". La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, vuelve a suavizar su mensaje después de que en la última reunión del BCE abriera la puerta a una subida de tipos de interés este año por la elevada inflación. Durante una entrevista con 'Redaktionsnetzwerk Deutschland', la francesa ha insistido en que actuarán "si es necesario", pero reiteró que "todos nuestros movimientos tendrán que ser graduales" por el riesgo que conllevan. 

Lagarde defiende que una respuesta apresurada del banco central a la escalada de los precios podría resultar contraproducente y ahogaría la recuperación económica, sin influir efectivamente en los factores que impulsan los precios al alza como la energía y los cuellos de botella.

La postura del BCE dio un giro tras su primera reunión de 2022 ante la elevada inflación, incrementado las expectativas del mercado sobre el endurecimiento de su política monetaria. A ello se une la presión de otros bancos centrales, como el de Inglaterra o la Reserva Federal de EEUU (Fed) han anunciado subidas de tipos inminentes o han dado comienzo ya a las mismas. Además, en estos casos el mercado ya descuenta varias subidas en 2022. Sin embargo, Lagarde pone distancia entre el escenario estadounidense y el de la Zona euro. "La economía estadounidense está sobrecalentada, mientras que nuestra economía está lejos de eso. Es por eso que podemos, y debemos, proceder con más cautela. No queremos ahogar la recuperación", afirma.

Asimismo, Lagarde reconoce que la política monetaria no puede influir efectivamente en algunos de los principales factores que empujan los precios al alza, como los cuellos de botella de las cadenas de suministro, los precios del crudo o las cuestiones geopolíticas. "¿Qué puede hacer el BCE al respecto? ¿Podemos resolver los cuellos de botella en el suministro? ¿Podemos transportar contenedores, bajar los precios del petróleo o pacificar conflictos geoestratégicos? No, no podemos hacer nada de eso", responde.

No obstante, la presidenta del BCE defiende que la entidad ya ha comenzado a tomar medidas, puesto que en marzo suspenderá el programa de compras de emergencia por la pandemia (PEPP) y reducirá el volumen global de sus compras netas de activos, ya que acabar con estas es una condición previa para elevar las tasas de interés en un momento posterior.

En cualquier caso, Lagarde reconoce que las cifras de inflación aumentan y eso es algo que el BCE está teniendo en cuenta en sus proyecciones, que serán actualizadas el próximo mes de marzo, cuando el Consejo de Gobierno examinará de cerca la cuestión.

"La inflación puede resultar más alta de lo que proyectamos en diciembre (...) y se mantendrá relativamente alta en los próximos meses. Sin embargo, confío en que retrocederá en el transcurso del año", señala la francesa, que reconoce que los altos precios de la energía no son un fenómeno temporal. "Estarán con nosotros por algún tiempo más", advierte, aunque subraya que el nivel de precios ya es muy alto y es muy poco probable que siga subiendo al mismo ritmo. "Entonces, aunque solo sea por esa razón, la inflación se desacelerará", añade.

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