Crisis geopolítica

Leonardo, BAE... el mayor gasto militar empujan al sector de defensa en la bolsa

Los países de Occidente preparan un reforzamiento armamentístico ante una posible escalada de la tensión con Rusia que pueda desembocar en un conflicto de mayor dimensión. 

militares ucranianos descansan en una posición mirando el humo de un depósito de almacenamiento de petróleo quemado detrás después de que un misil ruso atacara cerca de Kiev, Ucrania, el 27 de febrero de 2022.
Un militar ucraniano mirando el humo de un depósito de almacenamiento de petróleo en Kiev
EFE

El desafío de Rusia a Occidente con la invasión de Ucrania 'despertó' a la Unión Europea tras décadas de paz. El avance del ejército ruso hacia el oeste, cada vez más próximo al territorio de la OTAN puso en evidencia la necesidad de proteger las fronteras y alineó a los Veintisiete con otros países de la Alianza en uno de los temas que más desavenencias generaban en los últimos años: el gasto militar. Los aliados coinciden ahora en la necesidad de incrementar el presupuesto destinado a la defensa ante la posibilidad de un conflicto de mayor dimensión en el que tengan que intervenir militarmente. 

Este escenario obliga a elevar la inversión y beneficia a las empresas que producen armas, bombas o satélites militares, entre otros. En concreto, sobre la mesa hay miles de millones de euros que apuntan sobre todo a las compañías europeas, donde hasta ahora los países defendían un menor gasto en armamento en un contexto de paz. Solo en Alemania, su canciller, Olaf Scholz, anunció una partida extra de 100.000 millones de euros para dotar a las fuerzas armadas alemanas y la inversión anual de más del 2% del Producto Interior Bruto (PIB) en defensa. En España, el presidente Pedro Sánchez también comunicó su intención de aumentar el presupuesto en defensa en los próximos años.

Como respuesta, los analistas recomiendan la exposición a esta industria en bolsa. En el último Informe de Estrategia de Inversión de Bankinter, apuestan por las compañías de Defensa como una "recomendación puramente técnica". Y añaden que "es el principal sector beneficiado directamente por el conflicto". Prueba de ello es el despunte de Rheinmetall, principal fabricante de armas de Alemania y uno de los mayores de Europa, cuya cotización en la Bolsa de Fráncfort se ha incrementado más de un 50%. 

La compañía italiana Leonardo es otra de las empresas seleccionadas por Bankinter. En el último mes el precio de sus acciones ya se ha disparado más de un 34%. La francesa Thales también es protagonista en bolsa con avance próximo al 30% en el mes que dura la guerra en Ucrania. La compañía fabrica en su sede de Belfasts los misiles NLAW, que ya se han utilizado en Ucrania contra los tanques rusos. Por su parte, los analistas de Citi también destacan las empresas británicas BAE Systems, que suma un 4% en bolsa, y QinetiQ Group, que repunta un 8%. La primera, fabricante de barcos de combate, submarinos y aviones de combate ya reconoció que la ofensiva rusa pondría un mayor énfasis en la seguridad.

La opción española es Indra, cuya evolución en bolsa no es tan clara en medio de las dudas que genera entre los inversores la participación que el  Estado español ostenta a través de la SEPI. Precisamente hace un mes, justo un día antes de que Rusia invadiera Ucrania, el precio de sus acciones se desplomó un 9% tras elevar la SEPI su porcentaje hasta el 28% del capital. Al día siguiente repuntó un 12%.

La española Indra forma parte del proyecto Eurofighter Typhoon, el principal programa de desarrollo y producción de un avión de combate en Europa que está diseñado y construido por el consorcio de empresas europeas Eurofighter GmbH creado en 1983 y compuesto por las compañías Airbus, BAE Systems y Alenia Aeronautica. Indra es suministrador del programa y, además, participa "en el desarrollo de los elementos clave", como el radar de estos cazas. 

Las compañías europeas cobran protagonismo en el mercado después de que el gasto militar de EEUU se prevé que se mantenga más estable. El país norteamericano fue el segundo de la OTAN, solo por detrás de Grecia, que mayor porcentaje de PIB dedicó a defensa (3,52%) y registró el mayor desembolso, más de 811.000 millones de euros, en 2021. Pero, igualmente, el sector en el país recibirá parte del gasto europeo. El Gobierno de Alemania, por ejemplo, estudia comprar a Estados Unidos alrededor de 35 aviones de combate F-35, fabricados por Lockheed Martin. Las acciones de la compañía, que fue el mayor proveedor de programas y productos armamentísticos para las operaciones de EEUU en Afganistán, suben más de un 10% en el último mes. 

Por su parte, Raytheon, junto con Lockheed Martin, es responsable los misiles antitanque Javelin que suministran EEUU y Estonia y también fabrica los misiles Stinger. Se trata de uno de los grandes contratistas de defensa en EEUU y, además, fabrica sistemas de mando y control, comunicaciones e inteligencia para operaciones especiales. Otra compañía destacada en el sector es Northrop Grumman, que sube más de un 11% en bolsa desde la invasión rusa. Las tres compañías estadounidenses, Lockheed Martin, Raytheon y Northrop, fueron seleccionados por el Pentágono para desarrollar un sistema de defensa capaz de interceptar misiles hipersónicos, un arma que ya utiliza Rusia contra Ucrania. 

¿Fin al 'dividendo de paz'?

El giro en la inversión en defensa beneficia a las compañías del sector pero, sin embargo, supone un lastre para el crecimiento económico con un impacto en otras industrias. Chris Iggo, director de inversiones de AXA IM,  explica que el final de la Guerra Fría en la década de 1980 "fue aclamado como económicamente significativo porque entregó un dividendo de paz al mundo". Es decir, el menor gasto en defensa permitió un mayor desembolso en otras actividades y una reducción de impuestos. "Si todas esas cosas sucedieron o no de manera consistente está abierto a debate, pero también existe el argumento de que la reducción del gasto en defensa y la reducción de las tensiones asociadas con el final de la Guerra Fría contribuyeron a la disminución de la inflación durante cuatro décadas", añade.

Además, el cambio de escenario geopolítico tras el movimiento de Rusia puede suponer una vuelta a la realidad económica de la Guerra Fría y lo que esto significa para el gasto público y los déficits de los Gobiernos cuando la recuperación postCovid aún no es completa, especialmente en Europa. “Un 1%-2% adicional del PIB gastado en defensa no es insignificante. Podría aumentar las necesidades de endeudamiento del gobierno y contribuir a tasas de interés más altas en el futuro”, concluye el analista de AXA IM.

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