La 'patata caliente', en manos de Moody's

Fitch limita el impacto de la rebaja de nota a EEUU al colocarla en perspectiva estable

Los analistas quitan importancia a la sorpresiva decisión y defienden que sus efectos tienen corto alcance en el mercado con la vista puesta en la tercera agencia de calificación a nivel mundial, que mantiene por ahora su nota.

Fitch pasa la patata caliente del 'rating' de EEUU a Moody’s ante el 'impacto limitado'
Fitch pasa la patata caliente del 'rating' de EEUU a Moody’s ante el 'impacto limitado'
DIPUTACIÓN FORAL DE ÁLAVA/ Europa Press

La primera sorpresa de agosto para los mercados financieros llega de la mano de Fitch Ratings. La agencia de calificación ha rebajado el 'rating' de Estados Unidos para degradar su nota de triple 'AAA' -la más alta- a 'AA+', después de tenerla desde mayo en 'observación negativa. La decisión ha generado asombro entre los inversores, que han respondido con ventas y han abocado a las bolsas mundiales a experimentar retrocesos en la jornada del miércoles. Aunque estas caídas nada tienen que ver con los descensos experimentados cuando Standard & Poor retiró la máxima nota al país estadounidense hace justo doce años. 

Con diferencias de contexto, los analistas de Bankinter aseguran que los efectos de esta medida tienen un "alcance limitado". "Parece más grave de lo que realmente es porque Estados Unidos ya perdió su AAA por S&P en 2011 tras la crisis financiera y es inevitable tener la sensación de que Fitch llega algo tarde ahora", precisa el director del departamento de análisis de Bankinter, Ramón Forcada. También comparte esta visión la gestora suiza Julius Baer, desde la que destacan que los bonos del Tesoro estadounidense "siguen siendo uno de los activos más líquidos y seguros, al menos en términos de riesgo de contraparte". 

De momento, la incertidumbre se elimina con la puntualización de perspectiva estable. El temor está en que Moody's -la otra de las tres grandes agencias de calificación a nivel mundial- siga los pasos de sus homólogas y acometa una reducción de nota en su próxima revisión. Perder todas las matrículas de honor tendría consecuencias más adversas para el país estadounidense, que dejaría de figurar en la élite de Estados más solventes, entre los que se encuentran Alemania, Países Bajos, Noruega o Australia. El punto de fricción radica en la confianza depositada en republicanos y demócratas para alcanzar acuerdos en material fiscal. 

Los episodios de tensión vividos en más de una ocasión en los últimos años durante la negociaciones sobre el techo de deuda, es decir, el límite de dinero que se puede endeudar el Estado norteamericano, han deteriorado a ojos de Fitch los estándares de gobierno, firma que señala directamente a los repetidos enfrentamientos como un motivo que ha acrecentado las dudas sobre la gestión fiscal del país. A esto hay añadir el repunte escalonado de la deuda. Si en 2011, cuando se alcanzó un acuerdo 'in extremis' en el Congreso estadounidense para incrementar el techo hasta los 14 billones de dólares, ahora esa cifra se ha publicado y tras los sucesivos incrementos ya rebasa ligeramente los 31 billones de dólares. 

En términos de ratio de deuda sobre el PIB, ésta supera el 125% en el caso de la economía estadounidense. Por ponerlo en contexto, el apalancamiento de Alemania no supera el 70%, mientras que el de Países Bajos no llega al 50% al cierre del primer trimestre de 2023. A nivel nacional, en España la deuda pública se coloca ligeramente por encima del 112%, porcentajes que se han incrementado de forma paulatina en los últimos doce años. Las economías occidentales se han visto condicionadas por la pandemia y, con anterioridad, por la crisis de deuda soberana que asoló a las regiones del euro, que ha originado un aumento de los déficits y de la deuda de la que todavía se resienten las economías. 

Cabe destacar que una de las principales diferencias entre 2011 y ahora radican en el momento del ciclo económico. Si por aquel entonces la región de la moneda única se encaminaba hacia una crisis sin precedentes en la historia del euro, Estados Unidos buscaba cerrar las cicatrices ocasionadas por Lehman Brothers. En este sentido, los bancos centrales ya habían aflojado el gatillo de los tipos de interés y estaban en territorio bajista, mientras que ahora mismo todavía están en ciclo expansivo. 

Con la tasa de referencia del dinero en el 5,5% en el país estadounidense y en el 4,25% en la eurozona, el interés del bono a diez años ha escalado de forma paulatina en los últimos meses en ambas regiones, aunque ha reaccionado de una forma mixta a esta noticia. En Estados Unidos repuntó por encima del 4,1%, todo lo contrario al 'bund' alemán, que ha experimentado ligeras caídas hasta el 2,5%. En mitad del malestar que ha generado en el seno de la Casa Blanca esta medida y el temor a que el elevado endeudamiento genere turbulencias en los mercados con las elecciones presidenciales de 2024 de fondo, ahora la presión recae sobre Moody’s

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