Señales de excesos especulativos

La sangría del Nasdaq se extiende: ¿Hay botes salvavidas ante el desplome tech?

La rotación desde el crecimiento hacia la infravaloración han hecho que algunos inversores se pregunten de nuevo si ha llegado a su fin el mercado alcista plurianual del sector tecnológico.

Los excesos del Nasdaq emergen como la mayor preocupación para los inversores
Los excesos del Nasdaq emergen como la mayor preocupación para los inversores
EP

La debacle reciente de los valores tecnológicos de alto crecimiento y la rotación desde el crecimiento hacia la infravaloración han hecho que algunos inversores se pregunten de nuevo si ha llegado a su fin el mercado alcista plurianual del sector tecnológico. Algunos se acuerdan de la década de 1990 y el posterior hundimiento de las acciones del sector tecnológico en 2000.

Las valoraciones de algunas áreas del mercado están forzadas y durante los últimos meses han aparecido señales de excesos especulativos en forma de altos niveles de participación de los inversores minoristas, negociación de opciones y flujos de capital riesgo hacia las empresas tecnológicas de reciente creación. Sin embargo, la situación podría ser, según algunos expertos, totalmente diferente a la que se observaba a finales de la década de 1990 y el año 2000. “Hoy en día, la dinámica bursátil obedece a los fundamentales empresariales y a una demanda real”, apunta el gestor del FF Global Technology Fund, Hyun Ho Sohn.

En los años 2000, concretamente, hubo gran cantidad de valores tecnológicos que se movían en torno a una idea, pero que no eran rentables. “Se construyeron infraestructuras de telecomunicaciones para sostener esas ideas, pero muchas de ellas no fructificaron, lo que trajo consigo un exceso de oferta de estas infraestructuras cuando la burbuja explotó y la demanda se evaporó”, apunta. La situación en la actualidad podría diferir. Actualmente, la demanda de soluciones y productos tecnológicos para los consumidores, las empresas y las administraciones públicas es real y sigue siendo superior a la oferta.

La pandemia reciente puso de relieve la enorme importancia de las TI para nuestra vida personal y laboral. Podríamos ver ciertos retrocesos en los mercados de equipos tras el COVID (las personas podrían optar por gastar en experiencias como el ocio y los viajes, en lugar de dispositivos), pero, en general, todos dependemos cada vez más de la tecnología. “Así pues, los avances de las cotizaciones se deben al crecimiento de los beneficios, que son mucho más recurrentes y se asemejan más a los de las empresas de artículos de primera necesidad de lo que muchas personas creen”, resalta Ho Sohn.

Su proceso de inversión sigue estando centrado en identificar empresas con mercados finales pujantes, fundamentales sólidos y valoraciones razonables. “No tengo en cartera los valores de alto crecimiento que no generan beneficios y se han llevado la peor parte de las caídas recientes”, ahonda. “Con este escenario hay que saber distinguir lo caro de lo barato, porque dentro del sector tecnológico aún hay joyas interesantes que están por descubrir”, asegura Morgan Stanley en un reciente informe.

No todo podría estar caro en las tecnológicas

El experto de Fidelity cree que, en conjunto, el mercado de la tecnología no parece excesivamente caro, ni desde una óptica relativa ni histórica. De hecho, considera que esta situación es aún más clara después de la última corrección, aunque existen áreas del mercado que es incuestionable que están caras. “Hemos visto unos flujos de inversión muy elevados en startups de nuevas tecnologías en áreas como los vehículos eléctricos, la inteligencia artificial y, en general, el software”, afirma Ho Sohn.

A su modo de ver, algunas triunfarán, pero la mayoría no cuajará; además, el endurecimiento de las condiciones monetarias debería traducirse en una menor actividad de salidas a bolsa. El endurecimiento monetario podría traer consigo más movimientos de concentración en el sector y ser positivo para los operadores dominantes con amplios recursos. Las empresas consolidadas también están impulsando la innovación, sobre todo los gigantes cotizados, que siguen aprovechando sus posiciones dominantes y su generación de tesorería para crear nuevas fuentes de ingresos e invertir en nuevos proyectos.

“En mi opinión, eso ha dado lugar a una efervescencia excesiva, un factor que explica en parte que Apple haya alcanzado los 3 billones de dólares de capitalización bursátil, su máximo de los últimos tres años”, dice en esa misma línea el gestor del Global Technology Fund.

En esencia, los inversores son sensibles a las buenas historias, como lo han sido siempre, pero, en conjunto, Ho Sohn es optimista y sobrepondera la mayor parte de las grandes cotizadas en todo el mundo debido a su fortaleza a largo plazo, sumada a unas valoraciones razonables. Igual que el equipo de analistas de Morgan Stanley: “muchas grandes tecnológicas han tenido un resultado espectacular, aumentan sus balances, y tienen gran recorrido por delante”.

Las valoraciones y el sentimiento hacia las acciones chinas sufrieron el año pasado por la ofensiva normativa y antimonopolio de las autoridades chinas. “Tendremos más certidumbres en relación con la postura de los reguladores chinos tras el XX Congreso del Partido, que se celebrará en octubre, pero su planteamiento parece menos específico ya y habrá menos sobresaltos regulatorios para las empresas chinas”, analiza Ho Sohn.

Que un gran factor negativo no lo sea tanto puede ser positivo para las valoraciones. De ahí a estar buscando oportunidades en China tras la estabilización del riesgo normativo y a la vista de las valoraciones atractivas de muchas empresas, cuyos múltiplos también se vieron perjudicados en cierta medida por las consecuencias de los problemas del mercado inmobiliario.

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