57 euros de ayuda para una familia de 8 en Brasil

  • El programa Bolsa Familia del Gobierno de Lula da Silva ha conseguido el reconocimiento internacional por contribuir a paliar la pobreza de las familias brasileñas. Aún así, la vida no resulta nada fácil para familias como la de Dos Santos, con seis hijos y 57 euros de ayudas mensuales que -cuando tienen un buen mes- consiguen completar con otros 80 euros acumulados gracias a distintos trabajos temporales.
El programa Bolsa Familia ayuda a 12,5 millones de familias brasileñas
El programa Bolsa Familia ayuda a 12,5 millones de familias brasileñas
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Seth Kugel | GlobalPost

(Maceio, Brasil). En una noche normal Janaina Alves da Silva y Jose Cicero dos Santos sirven a sus seis hijos en edad escolar una cena a base de cuscús con huevos fritos y café para terminar. La cena les cuesta unos tres reales (1,36 euros).

No está mal para una familia de ocho. Pero para un hogar donde el único ingreso estable es el programa Bolsa Familia de Brasil, los 40 euros que se gastan al mes en cenas consumen gran parte de los 57 euros que reciben del Gobierno para subsistir.

Bolsa Familia, que llega a más de 12,5 millones de familias a lo largo del país, ha sido el programa bandera contra la pobreza de la Administración de Lula, que lo ha extendido de manera notable. Estas ayudas, que están vinculadas -al menos en teoría- a la asistencia de los niños a la escuela, han hecho probablemente más para reducir la pobreza severa en Brasil que cualquier otro programa anterior. La iniciativa ha logrado el reconocimiento internacional.

Aunque la mayor parte de los brasileños aceptan el concepto general del programa, existen serias discusiones en torno a su ejecución y ámbito, así como críticas sobre la mala gestión del Gobierno y el uso incorrecto de las ayudas por parte de las familias.Otra de las críticas comunes es que hay familias que deciden vivir exclusivamente de estos subsidios y se apartan del mercado de trabajo.

Pero después de pasar un día con Dos Santos y Alves da Silva, que nos hablaron sin rodeos de sus gastos y presupuesto, eso parece poco probable: para lograr sobrevivir tienen que buscar irremediablemente trabajos a tiempo parcial y usar el ingenio.Un reciente estudio del International Policy Center for Inclusive Growth concluye que la Bolsa Familia reduce ligeramente los incentivos para trabajar, pero no tanto como para crear una dependencia de los subsidios.

Esta pareja es oriunda de Boca da Mata, una ciudad de 25.000 habitantes, donde nacieron sus seis hijos en un periodo de siete años: Jefferson, que ahora tiene 13 años; Jackson, de 12; Janiele, de 11; Janicleide, 10; Jonas, 7, y Janiquele, de 6. Dos Santos sacaba adelante a su familia trabajando en una azucarera por el salario oficial mínimo.

Pero motivos relacionados con una ruptura matrimonial y una posterior reconciliación obligaron a Dos Santos a dejar su trabajo y trasladarse con su familia a Maceio, la capital de Alagoas. Después de cuatro años viviendo en la inmensa ciudad de impresionantes playas, una pobreza acuciante y un alto índice de criminalidad, todavía no ha logrado encontrar un trabajo estable. "Las cosas están mal allá, pero aquí aún van peor", asegura. "Al menos en el campo nos iba mejor porque había trabajo todos los días".

El hogar de esta familia está ubicada de forma precaria en una "grota", tal y como se conocen los asentamientos ilegales al margen del río en Maceio. Llegar hasta allí requiere mantener bien el equilibrio al bajar unas escaleras improvisadas y cruzar sobre una puerta que hace de puente sobre una zanja cerca de la puerta de la casa. La casa en sí es asombrosamente sólida, pagada con los 2.190 euros que Dos Santos recibió al dejar la azucarera.

Pero ese dinero hace tiempo que se ha terminado, y los tiempos son duros. Además de los 40 euros al mes en cenas, la familia gasta otros 12 en desayunos (pan y mantequilla los días buenos y cuscús en los malos).

Los niños almuerzan gratis en la escuela. Cuando están en casa, sus padres a menudo comen pollo (uno entero cuesta cuatro euros y les puede durar varios días) o salami (unos 80 céntimos el kilo) acompañado de unas verduras baratas que compran en el mercado y que ocupan un cajón en la prácticamente vacía vieja nevera.

La fruta es todo un lujo. La favorita de Alves da Silva, la sandía, cuesta más de 1,5 euros en un mercado cercano. "Si pudiese, compraría una todos los domingos", confiesa.

Otros gastos corrientes de la casa incluyen una bombona de gas para cocinar (13 euros), una de las primeras cosas que compran cada mes al recibir la paga. Si se acaba la bombona antes de finalizar el mes, cambian y utilizan un pequeño hornillo de madera.

En productos básicos como detergente, jabón y pasta de dientes se gastan unos 16 euros al mes. La ropa la consiguen fundamentalmente de donaciones. Con todo, la familia consigue sobrevivir cada mes con los 57 euros que recibe de la Bolsa Familia y entre 40 y 80 euros que logran a través de trabajos temporales o sin contrato.Reciben atención sanitaria y medicamentos gratuitos -aunque no sean de una calidad estelar- del Gobierno en un ambulatorio local.

Hasta hace poco, Alves da Silva tenía un ingreso más o menos regular (con un salario muy por debajo de lo mínimo), ganando 53 euros al mes por trabajar cuatro días a la semana como limpiadora y cuidadora de niños. Pero perdió ese trabajo al quemarse con una plancha en su casa y tardar un mes en recuperarse. Ha dejado varios currículos en tiendas y supermercados, pero no ha tenido suerte hasta ahora (no tiene prácticamente estudios y no maneja el ordenador).

Los trabajos que consiguen suelen ser por suerte. Hace poco, Dos Santos se encontró una noche con Adriano, el dueño de una panadería. "Hey, ¿puedes pasarte por la panadería mañana?", le preguntó Adriano."Por supuesto", respondió Dos Santos.

Hecho. Así consiguió un día de trabajo que le reportará entre 9 y 11 euros de sueldo limpio.

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