La casa natal de Adolf Hitler ya no será un santuario neonazi en Austria

  • El Gobierno austríaco ha anunciado que derribará por completo la vivienda situada en el municipio de Braunau am Inn, a la que se acercaban fascistas cada mes de abril.

    Durante años el Ejecutivo de ese país alquiló el inmueble para evitar que fuese arrendado por seguidores del dictador. Un nuevo edificio será levantado en el lugar.

La casa natal de Hitler, en Austria.
La casa natal de Hitler, en Austria.
Diego Caldentey

Situada en el municipio de Braunau am Inn, al norte de Austria, muchó se especuló en los últimos años con el destino de la casa natal del dictador Adolf Hitler. No eran pocos quienes insólitamente soñaban con que este inmueble se convirtiese en una especie de museo, que encubiertamente sirviera como santuario de jóvenes neonazis. Finalmente el Gobierno austríaco ha anunciado que la derribará.

Esa casa siempre estuvo signada por la polémica. En 2012, el inmueble situado en el número 15 de calle Salzburger Vorstadt, fue objeto de una pelea entre vecinos. El alcalde de la localidad austríaca de Braunau quiere aprovechar la vacía casa natal del líder nazi para nuevas viviendas. Algunos ciudadanos proponían emplear el lugar como monumento de lo que nunca debió suceder y otros preferían derruir el edificio.

En realidad el Estado alquiló (hasta julio pasado) a Gerlinde Pommer, la última propietaria del inmueble, ese lugar para evitar que se convirtiera en un epicentro de peregrinaje para los neonazis. De todas formas, cada mes de abril la vivienda congregaba a varios radicales, quienes se mantenían frente a su fachada. El 30 de ese mes de 1945, Hitler se suicidió.

Desde hace cinco años la casa, que tiene tres plantas, se encuentra vacía por haber quedado inmersa en un conflicto judicial. La dueña se había negado a vender el inmueble al Estado y el Gobierno austríaco ya ha desembolsado más de 240.000 euros en un edificio al que no podía darle ningún tipo de uso. Tras indemnizar a la dueña por la expropiación de la construcción, ahora ha anunciado esta medida.

"Esa casa será destruida. Los cimientos podrán conservarse, pero se construirá un nuevo edificio", ha declarado finalmente este lunes el ministro austríaco  Wolfgang Sobotka al diario Die Presse. El nuevo proyecto inmobiliario se destinará a uso "caritativo o administrativo", ha agregado.

Durante los últimos meses, un comité de expertos asesoró al Ejecutivo austríaco para ver qué podía hacerse con esa vivienda. Sobotka ahora ha precisado que "comparte la opinión de la comisión según la cual sería razonable una profunda reforma arquitectónica".

Esa comisión de especialistas está integrada por historiadores, jueces y también fue miembro de la misma Oslar Deutsch, el presidente de la comunidad judía de Austria, diezmada durante el Holocausto al ser asesinados 65.000 judíos austríacos, mientras que otros 130.000 lograron escaparse.

Con esta medida, el inmueble dejará de tener una eventual 'fuerza simbólica' para determinadas personas fascistas que pertenecen a nuevas corrientes en ese país. Esta semana se iniciarán los trámites parlamentarios para darle al derribo un marco legal.

Hitler nació y vivió sus primeros tres años de vida en Braunau am Inn, una localidad situada junto a la frontera con Alemania. El edificio está protegido y se encuentra amparado en la actualidad por una legislación especial al contar con cimientos del siglo XVII.

Uno de los principales temores del Gobierno de Austria era que el edificio fuese alquilado por grupos ultraderechistas. Por eso surgió la opción del derribo total del inmueble. De fachadas amarillas en tonos suaves, la casa no guarda 'evidencias' por fuera de quien fuera su morador.

Solo un monolito ofrece reminiscencias del nazismo. Fue instalado allí en 1989, por el centenario del nacimiento de Hitler. "Por la paz, la libertad y la democracia. Nunca más el fascismo, millones de muertos lo advierten", señala el mensaje grabado en la piedra.

El cementerio de Leonding, situado también en Austria, acaparó durante años a seguidores del nazismo: hasta 2012 estuvieron enterrados allí los padres de Hitler. Los admiradores del dictador solían acudir a ese camposanto para rendir tributo a los ancestros del genocida.

Otros lugares suelen ser visitados por los fascistas en la actualidad. En Alemania, debajo de la calle Gertrud Kolmar, en el centro de Berlín, se escondía el búnker en el que Hitler se quitó la vida. El edificio fue comprado en un primer momento por Martin Bormann, un estrecho colaborador de Hitler, y los nazis convirtieron durante su época de apogeo el lugar en un "centro cultural".

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