Once jóvenes españoles rusoparlantes participan en los Juegos de Jóvenes Rusos en Sochi

Once jóvenes españoles de diferentes comunidades autónomas de España han sido seleccionados para representar a nuestro país en los II Juegos Mundiales de Compatriotas Jóvenes Rusos, una cita deportiva en la que participan jóvenes procedentes de 45 países que competirán en las disciplinas de ping pong, natación, ajedrez y lengua rusa.

Además de competir, esta cita, que se celebra en el complejo deportivo de Sochi, tiene como objetivo crear un puente de amistad entre las diferentes culturas y países que tienen el común que el ruso es su lengua materna. Para ello, cuenta con otras actividades como talleres educativos, de sensibilización y clases magistrales.

Entre las pausas de las competiciones, los chicos tendrán la oportunidad de explorar la ciudad y mezclarse con sus propios compañeros.

Liucia Ruiz Migel, de 13 años, cuenta a www.lainformacion.com, que “la idea de organizar estos juegos es muy buena porque puedo conocer a gente que está en la misma situación”. Su padre es español y su madre ucraniana y residen en Tarragona. Por su parte, Anastasia Simancas Selivertruve, de 13 años, asegura que es “una idea muy bonita porque conoces a gente de otros países”. Vive en La Pineda (Tarragona) y su padre es mexicano y su madre rusa.

Homenaje a los caídos y bailes tradicionales para inaugurar esta cita 

Los participantes fueron recibidos por varios miembros de la Duma rusa, deportistas olímpicos y representantes de la vida pública. Tras rendir honores a los caídos durante la II Guerra Mundial, se celebró una gala de inauguración en la que no faltaron los números musicales, los bailes tradicionales y una buena dosis de patriotismo ruso. Estos juegos Mundiales de compatriotas rusos son una prueba más de que con Putin, vuelve la gran potencia Rusia. 

Con esta competición se ahonda en el deporte, uno de los símbolos de fortaleza ruso durante la época soviética, pero también es un vehículo para fomentar la lengua rusa. Hasta 1917, fue el único idioma oficial del Imperio ruso. Después de la desintegración en 1991, las naciones independientes han promovido sus lenguas nativas y eso ha fomentado la disminución del conocimiento del ruso por algunas naciones. Con una inversión estatal de casi 134.000 euros y apoyo de varios donantes privados, el gobierno ruso pone en marcha esta competición que aglutina “lenguaje, competición y amistad”, en palabras de los organizadores.