Afganistán comienza su última temporada de combates

  • EEUU ha acabado con la figura de Osama Bin Laden, pero todavía queda mucho por hacer en Afganistán. Termina el invierno y con la cosecha de adormideras ya recogida, los talibán están preparados para salir a combatir. Desde las montañas paquistaníes hasta tierras afganas, comienza estos días la que puede ser la última temporada de combates.
EUU ha acabado con la figura de Osama Bin Laden, pero todavía queda mucho por hacer en Afganistán.
EUU ha acabado con la figura de Osama Bin Laden, pero todavía queda mucho por hacer en Afganistán.
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Charles M. Sennott, Kabul (Afganistán) | GlobalPost

Las nieves en el Hindu Kush se han derretido y la cosecha de adormideras está concluyendo. Eso quiere decir que la "temporada de combates" en Afganistán está a punto de comenzar.

Los combates, por supuesto, nunca se detienen, tan sólo se intensifican en este periodo del año, cuando los talibanes que han ido a pasar el crudo invierno en zonas seguras en el interior de Pakistán regresan a Afganistán.

Los talibanes regresan a través de las rugosas estepas del Hindu Kush cargados con las ganancias ilícitas de los enormes campos de adormideras que hacen de Afganistán el principal suministrador mundial de heroína.

Para el general David H. Petraeus esta primavera marcará un punto crucial, al haber más tropas que nunca desplegadas en el terreno en diez años de conflicto. Para Petraeus también comienza la que se cree será su última temporada aquí. De hecho, GlobalPost  ha confirmado a través de varias fuentes bien informadas que Petraeus es el candidato favorito de la Casa Blanca para tomar las riendas de la CIA el próximo otoño.

Pero, como plantean muchos expertos militares, los próximos meses supondrán para el general el momento definitivo en el extraordinario viaje estadounidense de liderazgo en la era post 11-S. Petraeus ocupa su quinto puesto de mando de guerra en ocho años, y es uno de los comandantes estadounidenses que ha servido durante más tiempo en la que es ya la contienda militar más larga de su país.

Por lo menos desde el siglo XIX quienes luchan por liberar a Afganistán de las fuerzas de los imperios extranjeros, desde los británicos hasta los soviéticos y ahora los estadounidenses, han estado yendo y viniendo a través de las montañas en la frontera con Pakistán. Y los comandantes de esos imperios, incluidos generales condecorados como el propio Petraeus, se han enfrentado a esos combatientes afganos en batallas que la historia popular ha tildado de fatídicas para los ocupantes extranjeros.

Petraeus conoce la historia, pero cree que la campaña militar de EEUU puede ser diferente.

Entre ahora y finales de octubre, Petraeus se muestra confiado en que podrá ejecutar con éxito una estrategia de contrainsurgencia que ha sido diseñada al detalle, la muerte de Osama Bin Laden es, sin duda, una buena señal.

"Estamos obviamente en una posición mucho mejor para reaccionar cuando comience la temporada de combates", aseguró el general en una amplia entrevista concedida a GlobalPost en febrero en su cuartel general de Kabul.

"Comienza habitualmente en las zonas del sur, y se va extendiendo hacia el norte y el noreste a principios de abril", señalaba entonces Petraeus, aunque esta temporada se ha retrasado por una cosecha tardía de las adormideras.

Por lo que parece, se trata de una muy buena cosecha, que dejará buenos ingresos a los talibán. Se dice que además están rebosantes de confianza tras comenzar la temporada con la reciente fuga de 500 presos de la cárcel de Kandahar, lo que ha supuesto un enorme bochorno para los gobiernos de EEUU y de Afganistán.

Aún así, Petraeus insiste en que la coalición de 42 países conocida como la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés) que él dirige, está más que preparada para luchar.

"La mayor diferencia respecto al año pasado es que hay muchos, muchos más efectivos. Tenemos 110.000 más para ser exactos, y ahora están desplegados en lugares que el año pasado eran refugios y bastiones para los talibán", ha dicho Petraeus. "Sabemos que el Talibán  está decidido a intentar recuperar alguna de estas áreas que han supuesto tanto para ellos. Y tenemos que, y estaremos, preparados para ello. No sólo queremos consolidar nuestros avances, sino ampliarlos", sostiene.

El pasado noviembre se completó el incremento de 30.000 soldados de EEUU aprobado por la administración Obama, lo que supone que en la actualidad hay 100.000 estadounidenses en el terreno y que la ISAF tendrá en total unos 140.000 efectivos cuando todos los países participantes completen el despliegue de fuerzas comprometidas.

Además, el pasado otoño se acordó una estrategia para formar y coordinar de forma mucho más estrecha a las fuerzas de seguridad del país, a las que se han sumado en el último año 70.000 afganos entrenados, lo que eleva el total de efectivos locales a unos 275.000, incluyendo militares y policías.

Pero según las cuentas de Petraeus, en este último año se ha llegado a los 110.000 soldados estadounidenses. Esa es la cifra que utilizó constantemente durante la entrevista con GlobalPost. En sus cálculos al parecer añade "un refuerzo" de 10.000 soldados de EEUU y de las fuerzas aliadas, según dos fuentes cercanas al general. Este nuevo aumento de 10.000 tropas, que no ha sido ampliamente debatido ni surgió durante su comparecencia ante el Congreso en marzo, se habría logrado silenciosamente a través de geometría táctica militar y, según esas dos fuentes, tras cierto regateo con el Departamento de Defensa para conseguir un nivel extra de apoyo en esta temporada de combates.

Esos dos hechos en el terreno (aumento de tropas y un planteamiento más coordinado) permitirán a la ISAF golpear efectivamente a los talibán y limpiar sus bastiones clave de Kandahar y Helmand, afirma Petraeus. Eso será determinante para el objetivo general de la operación, que es asegurarse de que Al Qaeda no vuelva a usar Afganistán como refugio.

Con las esperanzas puestas en estos éxitos en el terreno, tanto la administración Obama como el pueblo estadounidense, especialmente las familias de los militares, así como los aliados de EEUU, cuyo apoyo a esta penosa guerra comienza a languidecer, todos ellos esperan que este verano marque un punto de inflexión a partir del cual la ISAF pueda empezar a reducir sus fuerzas. Dos oficiales militares aseguran que si todo sale bien en mayo y junio, en julio probablemente se podría retirar ya una brigada.

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