Agentes sociales, administraciones y ong debaten el futuro del fondo social europeo


Agentes sociales, administraciones y ONG han reflexionado esta semana en Madrid sobre el futuro del Fondo Social Europeo (FSE) y el papel que este instrumento habrá de tener en el contexto de la Estrategia Europea UE2020 como herramienta esencial para la política de cohesión, en un encuentro organizado en la sede del Imserso en Madrid por la Unidad Administradora del Fondo Social Europeo (UAFSE), del Ministerio de Trabajo e Inmigración.


La UAFSE, órgano adscrito a la Secretaría de Estado de Empleo, es la unidad responsable de administrar el Fondo Social Europeo en España.
En la jornada, moderada por Carlos Tortuero, director de la UAFSE, intervinieron expertos, agentes sociales, ONG y responsables de la administraciones del Estado y autonómica, entre quienes se encontraban la secretaria de Estado de Empleo, María Luz Rodríguez, y la directora general de Fondos Comunitarios, del Ministerio de Economía y Hacienda, Mercedes Caballero. Por parte de Fundación ONCE estuvo presente Maria Tussy, responsable de Programa Europeos.
Caballero consideró que éste es un momento muy oportuno para acometer un análisis a fondo sobre el futuro de los Fondos de Cohesión, por estar en ciernes la negociación del los fondos para el periodo 2014-2010. Y subrayó que el camino para salir de la crisis que está castigando tan severamente la economía española es común al del FSE y al de los Fondos Estructurales.
Recordó que la política de cohesión es primordial en la nueva Estrategia UE2020 y apuntó las necesidades que tienen los territorios de disponer de recursos suficientes para responder a los objetivos que establece la nueva Estrategia Europea para este decenio, el armazón político y social de los 27 que sucede al Tratado de Lisboa.
En esta fase de diseño de la arquitectura de la futura política de cohesión y de un marco estratégico común para los Fondos Estructurales, la directora general de Fondos Comunitarios rompió una lanza a favor de las regiones de convergencia (el 75% de la renta media comunitaria), para las cuales reclamó ayudas, mayor flexibilidad y una renovación de los elementos de gestión para la optimización de los resultados.
Cerró su intervención alabando los Fondos Estructurales y en particular el Fondo Social Europeo, que desde la entrada de España en la UE “ha contribuido al desarrollo y la prosperidad de todas las regiones españolas”.
ACCIÓN COORDINADA EN EMPLEO
Por su parte, la secretaria de Estado de Empleo consideró que las dificultades que atraviesa la economía nacional exigen una acción coordinada y efectiva para llevar a cabo una reforma de las políticas activas de empleo en España, en coherencia y sintonía con el modelo de crecimiento previsto en la Estrategia UE2020.
Opinó que hay que dejar atrás la visión cortoplacista y que es imprescindible edificar un futuro más inclusivo, a partir de un nuevo modelo de crecimiento sostenible donde tenga más peso la economía verde, donde afloran yacimientos de nuevos empleos.
María Luz Rodríguez recordó que vamos hacia un mercado de trabajo más global y competitivo que exige elevar las cotas de educación y formación. “Es el gran reto inmediato”, dijo, y atribuyó al Fondo Social Europeo un papel fundamental como instrumento de cohesión y de dinamización en favor de la igualdad de oportunidades, que encarna los valores de justicia social de la UE.
Agregó que se trata además de un instrumento de gran trascendencia para España, “uno de los estados europeos que más se ha beneficiado del FSE, y de los que más necesidades tiene”, como lo revela la alta tasa de paro que ha dejado sin empleo a más de cuatro millones de personas y el pobre nivel formativo de la población general.
Pidió a todos los agentes implicados imprimir un nuevo impulso en diálogo civil y al diálogo social, fortalecer la gobernanza, estrechar relaciones de partenariado y de colaboración transnacional, además de difundir entre la población, beneficiaria última de las políticas de cohesión, la contribución y los valores del FSE.
A propósito de las claves de la Estrategia UE 2020, la secretaria de Estado subrayó los tres motores de crecimiento que la Comisión Europea ha establecido para esta etapa: el crecimiento inteligente hacia una sociedad del conocimiento, la innovación y las nuevas tecnologías; el crecimiento sostenible, y, por último, el crecimiento inclusivo e integrador que tiene por meta la lucha contra la pobreza.
“Vivimos un momento importante de reflexión que va a condicionar el futuro de miles y miles de ciudadanos europeos”, indicó, y por eso invitó a todos a enviar a Bruselas hasta el 31 de enero, fecha en que cumple el plazo, sugerencias y propuestas al 5º Informe sobre Cohesión Económica, Social y Territorial en el marco de la revisión de presupuesto comunitario.
EMPLEO, I+D, EDUCACIÓN Y LUCHA CONTRA LA POBREZA
Presentaron sendas ponencias Cristina Asturias, María José Barrero y Sonia Vila, pertenecientes a la Comisión Europea, en la Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades-FSE para España, quienes informaron del calendario de actuaciones previsto y ofrecieron los últimos datos, parámetros y balances que ayudan a entender el escenario humano de una Europa “que ha experimentado enormes cambios en las esferas económica, social y demográfica”.
Recordaron que la Estrategia UE2020 incide básicamente en el crecimiento y el empleo, como lo demuestra el que es un objetivo prioritario incrementar la tasa de empleo al 75%, pero también destinar el 3% del PIB a inversiones en I+D, consiguiendo en el plano formativo reducir el abandono escolar a un porcentaje inferior al 10%, y sacar a 20 millones de personas del riesgo de pobreza o exclusión social.
En relación con la política de empleo que se fija la UE para este nuevo periodo, se refirieron a las tres directrices de referencia. La primera, la Directriz 7, que apela al aumento de la participación en el mercado laboral y la reducción del paro estructural.
La Directriz 8 pretende conseguir una población activa cualificada promoviendo además la calidad del trabajo y el aprendizaje permanente, mientras que la Directriz 9 tiene por objetivo mejorar los resultados de los sistemas educativos y formativos con un impulso añadido a la participación en la enseñanza superior. Por su parte, las personas con discapacidad se sienten identificadas en la Directriz 10, que tiene por objeto promover la inclusión social y luchar contra la pobreza.
MAYOR SIMPLIFICACIÓN
Carlos Tortuero analizó el papel del valor añadido del FSE en el marco de la Estretegia UE2020, que calificó de “elemento importante de la política de cohesión que puede mejorar el empleo y la formación”, pero indicó que se cuestiona mucho en el FSE el modelo de gestión.
Por ello, manifestó, se reclaman mecanismos simplificados de ejecución de los programas operativos: “¿Cómo conseguir un sistema más simplificado sin verse afectadas las garantías?”, se preguntó Tortuero. El director de la UAFSE cree que los elementos básicos que debe conjugar el FSE es "mayor eficacia y eficiencia y mayor flexibilidad, estableciendo indicadores sencillos“.
El FSE, consideró Tortuero, debe insistir en la innovación para dinamizar y crear empleo, debe hacerse un esfuerzo de mayor colaboración en red a nivel nacional y europeo, mayor participación en el ámbito social y de ONG gestores y ejecutores de los programas y estar más conectados con la sociedad, trasladando a la opinión pública el papel y el valor añadido del FSE.
Por último, el panel de discusión reunió a los principales interlocutores tanto de las regiones de convergencia, de Competitividad, representantes de ONG y agentes sociales. En representación de los operadores españoles que tienen responsabilidad de ejecución del actual Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación 2007-2013 (Fundación ONCE, Cáritas Española, Cruz Roja Española, Fundación Secretariado Gitano y Fundación Luis Vives) intervino Isidro Rodríguez, director de la Fundación Secretariado Gitano.
Rodríguez recordó que las ONG españolas son pioneras en Europa en la gestión del FSE como operadores intermedios. Puso en valor el papel del Fondo para luchar contra la exclusión, pero señaló algunos inconvenientes, entre ellos que “existe una contradicción entre el espíritu progresivo del FSE con los estrictos reglamentos, que supone en el día a día una hipertrofia del control administrativo, que lleva incluso a retrasar un año la percepción de fondos por problemas administrativos”.

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