Por el pacto AUKUS

Amenaza vacía: China no tiene margen de maniobra contra EEUU y Australia

EEUU moviliza a sus aliados en el Indopacífico para contrarrestar los movimientos cada vez más agresivos de Pekín. La respuesta del Gobierno chino no será tan contundente como advierte la propaganda oficial.

Amenaza vacía: China no tiene margen de maniobra contra EEUU y Australia
Amenaza vacía: China no tiene margen de maniobra contra EEUU y Australia
EFE

"No debemos permitir que fuerzas externas interfieran en nuestra región". La respuesta del presidente chino, Xi Jinping, a la reciente firma entre EEUU, Reino Unido y Australia del pacto militar AUKUS -la última maniobra de Washington para plantar cara a la política expansionista de Pekín en el Indopacífico- anunciaba repercusiones de calado en toda la región. Sus palabras tras el acuerdo, la prueba más evidente hasta la fecha del anhelo de la Administración Biden por fortalecer las capacidades militares de sus aliados en la zona, llegaron un día después de que Pekín acusase a los firmantes del pacto de "intensificar la carrera armamentista" y exigiese que dejarán atrás "su mentalidad de la Guerra Fría". "De lo contrario, acabarán haciéndose daño a sí mismos", advirtió. Todo ello, solo una semana después de la conversación que mantuvieron Biden y Jinping sobre cómo evitar que el pulso entre las dos potencias derive en un conflicto.

La mención a la "Guerra Fría" no es baladí. Dicha retórica refleja el reconocimiento por parte del Gobierno chino de que EEUU moviliza a sus aliados en el Indopacífico para contrarrestar los movimientos cada vez más agresivos de Pekín en una región estratégica, clave para la economía mundial (por ella circula el 30% del comercio global) y conformada por un intrincado puzle en el que se cruzan los intereses de Japón, Corea del Sur y la propia Australia, las aspiraciones de India como potencia regional y las pretensiones territoriales de China, embarcada actualmente en uno de los mayores gastos militares de la historia. El pacto AUKUS no incluye una referencia explícita al gigante asiático pero fuentes del Gobierno de EEUU citadas por Politico admitieron tras el anuncio del acuerdo que éste es otro movimiento de los aliados occidentales para contrarrestar el ascenso de China en los campos militar y tecnológico.

Las amenazas de Pekín no se hicieron esperar. Llegaron a través del 'Global Times', el altavoz internacional de la propaganda china, que citando a "expertos militares" no identificados advirtió que el despliegue de submarinos nucleares en Australia -uno de los puntos clave del acuerdo- convierte al país en "un objetivo de ataque nuclear" si estalla un conflicto. Todo cuando las relaciones entre los dos países se han deteriorado en los últimos años: Australia ha aprobado leyes para limitar la injerencia china en su territorio y solicitó una investigación sobre el origen de la Covid-19, lo que irritó a Pekín; China, por su parte, ha respondido con subidas de aranceles y limitaciones a productos australianos como la cebada, el vino, el carbón o la carne, lo que ha supuesto pérdidas millonarias para Canberra.

Pekín, sin embargo, tiene menos margen de maniobra de lo que sostiene la propaganda oficial. "En este momento ya hay sanciones contra Australia, que en los últimos tiempos aumentó su interdependencia con China al abrirse a sus inversiones, hasta el punto de que Pekín intentó influir en las elecciones de 2018. Cuando Canberra puso fin a dicha influencia llegaron los aranceles. El acuerdo AUKUS es la ratificación de que Australia pretende recuperar su independencia", explica a La Información Alfredo Arahuetes, catedrático de la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad Pontificia Comillas-ICADE y experto en economía mundial. A pesar del choque, China sigue siendo el principal socio comercial de Australia, con un intercambio bilateral valorado en 156.681 millones de euros en 2019.

En cuanto a EEUU, Arahuetes prevé incluso menos consecuencias debido a la dependencia mutua entre las dos potencias. "China tiene una fuerte dependencia comercial y financiera con su principal cliente. El crecimiento chino se está desacelerando desde julio y su variable más sólida son las exportaciones. EEUU es uno de sus principales mercados, Pekín no puede permitirse ahora una confrontación", señala. De los tres países firmantes del AUKUS, Reino Unido es el que tiene una posición más débil ante posibles represalias económicas de China, especialmente tras el Brexit. Uno de los pilares a la hora de construir sus nuevas relaciones internacionales era, precisamente, el gigante asiático. Pekín es el principal inversor en la isla y Londres pretendía que fuese su mayor socio comercial. "El movimiento británico es lógico desde el punto de vista de que Reino Unido busca su lugar en el mundo es posible que esté persiguiendo un tratado de libre comercio con EEUU. Puede que, a cambio del AUKUS, Washington considere esa posibilidad", añade Arahuetes.  

Para Francia, el gran perdedor en esta historia, AUKUS ha supuesto un golpe demoledor a su diplomacia y su industria armamentística. El pacto supone el fin de un multimillonario acuerdo entre París y Canberra, celebrado en Francia como el "contrato del siglo", para construir 12 submarinos que serían utilizados por la Armada australiana. "Es una puñalada trapera", en palabras del jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian. Mientras, el Gobierno de Macron apela a revisar las alianzas, un malestar expresado con el llamamiento a consultas de sus embajadores en Washington y Camberra. Es una medida inédita; nunca antes París había experimentado semejante tensión diplomática con Estados Unidos, ni siquiera durante su férrea oposición a la Guerra del Golfo. 

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