Angela, estrella de una noche de júbilo en la CDU alemana

  • La llegada de la canciller alemana, Angela Merkel, a la sede central de la Unión Cristianodemócrata (CDU) fue el punto culminante de una noche de júbilo para los asistentes a la fiesta electoral del partido.

Rodrigo Zuleta

Berlín, 22 sep.- La llegada de la canciller alemana, Angela Merkel, a la sede central de la Unión Cristianodemócrata (CDU) fue el punto culminante de una noche de júbilo para los asistentes a la fiesta electoral del partido.

Al grito de "Angie, Angie, Angie", los asistentes recibieron a la canciller en medio de aplausos que parecían que no iban a acabar nunca, antes de que ella se dirigiera a sus seguidores con uno de sus típicos discursos, reposado y contenido.

"Gracias a todos, es una noche maravillosa y creo que hoy podemos alegrarnos", dijo Merkel con voz un tanto ronca.

"Es una gran muestra de confianza de los electores que no podemos defraudar", agregó, para luego agradecer los apoyos recibido, entre ellos el de su marido Joachim Sauer, que la observaba emocionado.

Ya los primeros sondeos a pie de urna habían desatado el entusiasmo en la central de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que creció a medida que se fueron conociendo proyecciones más precisas.

El júbilo no era sorprendente, puesto que se estaba ante el mejor resultado del partido desde el logrado en 1990, cuando el entonces canciller Helmut Kohl se vio apuntalado por la euforia que había suscitado en el país la reunificación alemana.

Ni siquiera el negro destino del socio de coalición, el Partido Liberal (FDP), que quedaba fuera del Parlamento según las proyecciones de voto, alcanzó a apaciguar del todo la euforia, que volvió a crecer cuando se conocieron los datos de Los Verdes, en torno al 8,0 por ciento y claramente por debajo de lo que les auguraban las encuestas.

Tampoco el 4,9 por ciento para los euroescépticos de Alternativa por Alemania (AfD), que deja a esta formación al borde de entrar en el Bundestag, pareció generar preocupación entre una audiencia alborozada.

El resultado de la CDU es mejor que el alcanzado por el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes sumados, lo que llevó a los invitados a la central cristianodemócrata a entonar la canción que normalmente se escucha en los estadios de fútbol cuando un equipo está arrasando al contrario: "Ohhh, wie schön" ("Ohhhh, qué bonito").

La primera dirigente política que se enfrentó a los medios fue la ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, eufórica ante un resultado que el partido no lograba desde hacía dos décadas; ya habría tiempo de hablar de coaliciones cuando se conocieran resultados más firmes.

"Había tenido la esperanza de que alcanzaríamos el 40 por ciento. Pero estar tan claramente por encima es algo fantástico", dijo Von der Leyen.

"Se trata de una gran muestra de confianza para nosotros y sobre todo para Angela Merkel", agregó.

Mientras tanto, en las sedes de los otros partidos se palpaba la decepción.

El resultado del socialdemócrata SPD no estaba muy distante de lo que le habían atribuido las últimas encuestas, pero el partido había tenido la esperanza de repuntar en la recta final.

Los Verdes habían llegado a estar en los sondeos en torno al 15 por ciento y, aunque habían caído en picado en las últimas dos semanas, tuvieron que enfrentarse a un resultado que estaba incluso por debajo de las predicciones de las últimas encuestas.

A pesar de que los socialdemócratas obtenían con las primeras proyecciones de voto una pequeña mejoría con respecto a las elecciones generales de 2005, alegrarse por ello para los militantes era demasiado difícil, en vista del aplastante resultado de la CDU y del voto de confianza de los ciudadanos al trabajo de Angela Merkel.

En momentos en que todavía no era claro el destino del FDP, y por lo tanto no había forma de vaticinar qué tipo de coalición iba a buscarse, Merkel hizo su aparición en la central de la CDU, sabiendo que su victoria era tan clara que podía permitirse celebrarla antes de conocer todas las cifras.

Al grito de "Angie, Angie" y al breve discurso de la canciller siguió, una vez más, el cántico propio del fondo sur de algunos estadios alemanes, cuando el partido parece un sueño.

Mientras la CDU festejaba a Merkel como si fuera una estrella de rock, en las otras centrales los partidos buscaban dar explicaciones a un resultado electoral que oscilaba entre la decepción y el desastre.

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