Angliru o Ancares: Así es la montaña de la Vuelta a España

Lo más llamativo de la Vuelta a España es la ausencia en esta edición de 2011 de los Pirineos. Pero los escaladores no acusarán su ausencia, ya que en los casi 3.300 kilómetros de su recorrido no falta dureza para poder romper la carrera y para que los aspirantes al triunfo obtengan las rentas necesarias para vestir el maillot rojo de líder de la general en Madrid.

La presencia del final en Sierra Nevada en la cuarta etapa obligará a los ciclistas a llegar con el punto de forma especialmente afinado. Pero habrán de hacerlo con mesura y sin exceso, porque el descanso apenas existirá en el segundo bloque de la carrera, cuyo inicio lo marca la única contrarreloj individual de esta edición, que tendrá lugar en Salamanca, de 47 kilómetros en la décima etapa.

A la llegada en alto en la estación de esquí granadina, la más al sur de toda Europa, se unirán a lo largo de las 21 etapas otras cinco no menos exigentes, como las de La Covatilla (etapa 9), Estación de Montaña de Manzaneda (11), el encadenado de San Lorenzo y La Farrapona-Lagos de Somiedo (14), el Alto de L'Angliru (15) y Peña Cabarga (16), uno de los últimos descubrimientos de la organización.

Otros finales, que por su explosividad son más propios de las grandes clásicas de las Ardenas, serán los que se podrán vivir en Valdepeñas de Jaén (5) y San Lorenzo del Escorial (8), ambos con rampas en el último kilómetro por encima del 20% de desnivel. En el caso de la etapa madrileña, su perfil ha sido modificado a última hora, añadiendo aún más dureza a la etapa.

Además vuelve a hacer acto de presencia el temido Angliru. A pesar de que será tan solo la quinta vez que la Vuelta acceda a sus temidas rampas, como la "Cueña les Cabres" con un 23,5% de desnivel, el coloso asturiano impone mucho respeto por su durísimo tramo final, con varios tramos por encima del 20%.

Y por si eso fuera poco, tan solo nueve kilómetros antes de afrontarlo, los aspirantes al jersey rojo coronarán El Cordal, un puerto corto, de solo 5,3 kilómetros, pero temido por sus rampas y odiado en el caso de que la lluvia haga acto de presencia en su descenso.

Previamente se habrán vivido otras dos jornadas que apuntan a dejar un sello propio en la historia de la carrera. Primero, el inédito paso por la zona de los Ancares en la etapa con final en Ponferrada. Al día siguiente se llegará a otro nuevo final, La Farrapona-Lagos de Somiedo, una subida a la que el pelotón llegará tras subir el duro puerto de San Lorenzo, que tiene un tramo de cinco kilómetros a una media del 11%.

Como colofón final, y tal vez como homenaje a los 33 años de ausencia de la ronda española por el País Vasco, el último puerto de la Vuelta 2011 será uno de los de mayor tradición en el ciclismo vasco, Urkiola.

En sus 5,5 kilómetros, con un desnivel medio del 9%, se han escrito algunas de las más épicas batallas ciclistas. La página en blanco para otra nueva estará esperando a aquellos que todavía dispongan de fuerzas para intentarlo y quién sabe si para dar el golpe de gracia a la carrera. Será la última oportunidad para quienes quieran dejar huella en esta Vuelta a España que se presenta apasionante.