¿Por quién llora Argentina? Macri y el kirchnerismo se juegan el futuro del país

De izquierda a derecha, Alberto Fernández, Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner
De izquierda a derecha, Alberto Fernández, Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner
EFE

Por lo general, Argentina enloquece cada cierto tiempo: para el fallecido expresidente De la Rúa, la amenaza del 'corralito' no existía, era un vasto campo sin vallas ni lindes, hasta que se dio de bruces con él en diciembre de 2001. De igual modo, las sucesivas crisis económicas que ha padecido el pueblo argentino se han caracterizado por un rasgo común: ninguna se esperaba. Ni siquiera la que actualmente atraviesa el país y que ha provocado que el kirchnerismo, otrora amado con devoción casi religiosa, haya resurgido para plantar cara al actual presidente, Mauricio Macri, con el que se mide en las elecciones de este fin de semana en Argentina.

No será Cristina Fernández de Kirchner, sino su exjefe de Gabinete de ministros Alberto Fernández, quien se enfrente en las elecciones a Macri en plena crisis económica y en un escenario de polarización política, en el que Argentina deberá decidir en las elecciones del próximo domingo entre un posible retorno al kirchnerismo de la mano de Alberto Fernández -al que se acusa en ciertos sectores de ser un mero 'delfín' de Kirchner, que se presenta como su vicepresidenta- o la reelección del actual presidente.

De cara al domingo, unos 33,8 millones de argentinos deberán votar para elegir presidente y vicepresidente para un mandato de cuatro años, que se iniciará el próximo 10 de diciembre, y para renovar parcialmente la composición del Congreso, donde actualmente Macri no cuenta con mayoría absoluta. Si ninguno de los candidatos obtiene el 45% de los votos o más del 40% y diez puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo más votado, se celebrará una segunda vuelta el próximo 24 de noviembre.

Dos modelos para acabar con la crisis

Macri, que llegó al poder en 2015 tras 12 años de servicio de los distintos gobiernos kirchneristas -tanto de Cristina como de su fallecido marido Néstor-, busca un segundo mandato en un difícil escenario de recesión económica, que ya lleva un año y medio. De hecho, el gran problema es el calendario, ya que a la crisis interna se une que el FMI ya ha anunciado que no continuará con su programa de ayudas a Argentina hasta que no termine el proceso electoral. Por eso, Macri ha pedido públicamente más tiempo en poder para poder resolver los problemas económicos que, asegura, arrastra Argentina desde hace décadas.

Por su parte, Alberto Fernández, jefe de Gabinete durante todo el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) así como durante los primeros meses del primer mandato de Cristina, plantea un pacto económico y social entre el Estado, los empresarios y los sindicatos para "poner a la Argentina de pie". Sin embargo, precisamente la convulsa salida de Kirchner de la Casa Rosada en 2015 -que impulsó numerosas causas judiciales pendientes en su contra- es uno de los lastres de la candidatura. Especialmente, porque en septiembre se conocía que la expresidenta tendrá que ir a juicio por un caso de sobornos millonarios.

Una crisis económica endémica

Por eso, ambas candidaturas se centran en acabar con una crisis económica que se antoja endémica: el año pasado, la economía argentina entró en un ciclo recesivo, el PIB cayó un 2,5% y la inflación se disparó un 47%. De hecho, esta recesión impactó de lleno en los indicadores sociales y elevó la pobreza a un 35,4% en el primer semestre de este año, el mayor índice desde 2001, mientras que la tasa de desempleo subió al 10,6%, la cifra más elevada en 13 años.

No cabe duda de que este escenario económico ha complicado las posibilidades de reelección de Mauricio Macri, quien llegó al poder con la promesa de lograr una "pobreza cero" y bajar la inflación, que tiene un incremento acumulado del 37,7% en los primeros nueve meses del año y se espera que cierre 2019 año en torno al 55%. El descontento social por la crisis económica que arrastra Argentina desde hace años inclina la balanza electoral hacia Alberto Fernández, favorito en los comicios, según las últimas encuestas.

Datos macroeconómicos de Argentina
Datos macroeconómicos de Argentina. / Nerea de Bilbao

El resurgir del kirchnerismo

Ante esta situación, la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner sorprendió el pasado mayo al anunciar que cedía la candidatura presidencial a Alberto Fernández, que se fue de su Gobierno en 2008 y que desde entonces se había convertido en uno de los mayores críticos de su gestión. Un enfrentamiento que quedó atrás para lograr la unidad del kirchnerismo en su intento de regresar a la Casa Rosada.

Con esa jugada, el kirchnerismo, muy dividido desde que perdió las elecciones en 2015, abrió el abanico para captar un voto mas moderado que el que tiene Cristina, que afronta varias causas judiciales por presunta corrupción durante su Gobierno. También Macri dio la sorpresa al elegir como candidato a la Vicepresidencia a Miguel Ángel Pichetto, líder en el Senado del grueso de la oposición peronista, cuando todo apuntaba que la fórmula la completaría un miembro de la Unión Cívica Radical (UCR).

La importancia de las primarias

Y, aunque se consideraba que las elecciones primarias de agosto eran meramente una encuesta en la que no se decidía nada puesto que todas las formaciones ya habían definido sus candidaturas, el sorpresivo margen de ventaja de 16 puntos que logró Fernández sobre Macri parece haber sentenciado los comicios. Macri, que espera ser el único presidente no peronista -o afín al kirchnerismo- que logre desde el retorno de la democracia completar su mandato, que finaliza el 10 de diciembre, confiaba en un mejor resultado en las primarias.

Paradójicamente, esas primarias que no decidían nada han derivado en una auténtica tormenta financiera que ha agravado la crisis económica, lo que ha complicado aún mas las aspiraciones de Macri. Desde agosto, el peso ha caído casi un 29%, las reservas internacionales cayeron de unos 66.000 a unos 48.000 millones de dólares y la inflación se ha disparado.

Así las cosas, Alberto Fernández parece dar por ganadas las elecciones y Mauricio Macri confía en forzar una segunda vuelta, lo que derivado en una atípica campaña electoral en la que la gran ausente ha sido la exmandataria Cristina Fernández, en un movimiento que denota que es consciente de que su imagen genera un gran rechazo en una parte del electorado.

La incidencia del FMI en las elecciones

Ante este panorama caótico, el FMI se ha vuelto un actor más de los comicios en Argentina tras acordar el año pasado dar una ayuda financiera por un total de 56.300 millones de dólares, el mayor en la historia de este organismo, y que supuso un fuerte ajuste fiscal, que ha sido muy criticado por Alberto Fernández. El FMI ya ha desembolsado unos 45.000 millones de dólares, pero ha dejado para después de las elecciones el próximo desembolso de 5.400 millones de dólares, inicialmente previsto para septiembre, hasta conocer los planes económicos de quien resulte ganador.

A finales de septiembre, la deuda de Argentina ascendía a 315.000 millones de dólares (el equivalente al 68% del PIB), de los cuales 126.000 millones están en manos de acreedores privados y 75.000 millones corresponden a deudas con organismos internacionales. El nuevo Gobierno que salga elegido de las urnas deberá ahora renegociar los compromisos de deuda, toda vez que resultará imposible para Argentina cumplir con los pagos en los plazos inicialmente previstos. La duda es cómo enfocará cada candidato esa renegociación.

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