Así es la estrategia del Dalái Lama para la independencia del Tíbet

  • Con la reciente decisión de alejarse de la política, el Dalái Lama también pretende que los tibetanos sean quienes elijan a su sucesor en lugar de que lo haga China. En un momento clave para el futuro de la región, los analistas apuestan por dejar de lado las divisiones internas y así obstaculizar la entrada de los chinos en el debate sucesorio.
Con la decisión del Dalái Lama de alejarse de la política, también pretende que sean los tibetanos quienes elijan a su sucesor.
Con la decisión del Dalái Lama de alejarse de la política, también pretende que sean los tibetanos quienes elijan a su sucesor.
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Jason Overdorf, Nueva Delhi (India) | GlobalPost

Al igual que sugirió la posibilidad de escoger él mismo a su próxima reencarnación antes de morir, el Dalái Lama quiere apartarse de la política tibetana. Su intención es diluir el poder político de su oficina antes de que los monjes-títere de China empiecen a luchar con los líderes budistas en el exilio por el derecho a elegir a su sucesor.

Pero ¿podrá la democracia parlamentaria diluir también el apoyo internacional al movimiento Tíbet Libre?

Algunos analistas dicen que se nota cierto nerviosismo entre la comunidad tibetana en el exilio en la India por la decisión de su líder. No obstante, señalan que el Dalái Lama conservará su poder como jefe simbólico de los budistas exiliados, y su influencia sobre sus asuntos seguirá siendo total si desea ejercerla.

"Está intentando asumir una menor responsabilidad política y centrarse más en la dimensión espiritual", afirma Srikanth Kondapalli, profesor de Estudios Chinos en la Universidad Jawaharlal Nehru. "Pero esto no significa que vaya a desaparecer de la escena. Obviamente, la comunidad tibetana es profundamente religiosa, lo que significa que sea quien sea el primer ministro, sea quien sea el portavoz del parlamento en el exilio, o los ministros, ellos seguirán al Dalái Lama".

Eso es cierto. Pero también significa que el Dalái Lama es el único líder que tiene la confianza total y el apoyo absoluto de toda la comunidad. La democracia puede introducir una nueva forma de división entre los políticos tibetanos en el exilio, en donde algunos grupos rechazan la decisión del Dalái Lama de establecer una autonomía en lugar de la independencia, mientras que un sector radical cuestiona el compromiso con la no-violencia del movimiento de resistencia.

"Hay facciones, políticas divididas dentro de la comunidad tibetana", asegura Abanti Bhattacharya, profesora del departamento de Estudios Asiáticos de la Universidad de Delhi.

Aún más, los exiliados tibetanos se muestran inquietos porque la decisión del Dalái Lama se produce en un momento en el que unos supuestos escándalos de corrupción están sacando a la luz tropiezos entre los políticos del gobierno en el exilio en la India.

Asimismo, se produce después de una desagradable serie de acusaciones de corrupción en las que se ha visto implicado el tercer budista tibetano de más rango, el Karmapa Lama. Todo ello ha recordado a los exiliados la vulnerabilidad de su situación, aunque los más devotos no dan mucho crédito a las denuncias.

"Ya desde la década de 1960 vengo insistiendo reiteradamente en que los tibetanos necesitan un líder, elegido libremente por el pueblo tibetano, a quien yo le pueda transferir el poder", aseguró el Dalái Lama en un discurso por el 52 aniversario de la revuelta tibetana de 1959 contra el gobierno chino en Lhasa.

China interpretó rápidamente el comunicado como "un truco", ya que el líder religioso había hablado en ocasiones anteriores de apartarse del poder. Pero en esta ocasión, para consternación de muchos tibetanos, el líder dio un calendario específico para su retirada de la política, asegurando que propondría las modificaciones necesarias a la constitución en la reunión del parlamento tibetano en el exilio que ha comenzado esta semana.

"Estoy seguro de que el pueblo tibetano ha estado hablando sobre ese comunicado", asegura Tsewang Rigzin, presidente del Congreso de la Juventud Tibetana, un partido político en el exilio. "Pero al mismo tiempo tenemos que entender que su santidad ha dicho muchas veces que está en semi retiro y que el actual primer ministro [del gobierno en el exilio] es su jefe político. Hasta donde sabemos nosotros, la visión de su santidad es desarrollar una sociedad tibetana verdaderamente democrática".

Esta nueva línea hará las cosas más difíciles para China, cuyo gobierno tendrá que hablar con el gobierno elegido por los exiliados tibetanos, en lugar de su líder religioso, si es que algún día deciden negociar. Además, al traspasar su poder político a los representantes electos, el Dalái Lama está desafiando implícitamente a los líderes chinos a hacer lo mismo, en unos momentos en los que el país asiático empieza a sentir la presión nacional e internacional al respecto.

Esto significa que "el futuro va a ser más complicado para los chinos", asegura el profesor Srikanth Kondapalli. "Si se les considera una parte de China, hay muchas partes de China que están siendo democratizadas, aunque no el gobierno central. Taiwán, Hong Kong... y ahora los tibetanos. Esto supondrá una enorme presión para los chinos, especialmente después de los acontecimientos de Egipto y Libia".

Al mismo tiempo, al diluir su papel político y delegar más poder en el gobierno electo en el exilio, el Dalái Lama intenta impedir una crisis de liderazgo después de su muerte. Es probable que los representantes de China y los monjes exiliados se enfrenten para elegir a su próxima reencarnación, lo que podría terminar con el gobierno chino eligiendo finalmente al líder supremo religioso de los tibetanos. Sea quien sea el que haga la elección, el sucesor del actual Dalái Lama será un niño, lo que abrirá las puertas a la lucha por la influencia sobre él entre los monjes más veteranos.

El actual Dalái Lama "tiene un enorme poder", asegura Kondapalli. "Así que es mejor modificar la constitución y dejar a los representantes democráticos tratar los asuntos del día a día en lugar de [arriesgarse a] tener un Dalái Lama nombrado por China pisoteando a todo el mundo, porque de lo contrario todo ese amplio poder también estará ahí para el próximo Dalái Lama".

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