Así fue la conversación entre el negociador y los terroristas de Bataclán

    • "Estaban alterados, confusos y acelerados, como si estuvieranbajo la influencia de drogas", cuenta el negociador que también estuvo al frente del dispositivo contraAmedy Coulibady.
    • "En ese momento, lo único que querían los terroristas era zafarse de la policía, que ésta se retirase. ¿Para escapar?, ¿Para seguir con la carnicería? Una cosa teníamos clara: tenían munición suficiente para continuar", recuerda.
Así fue la conversación entre el negociador y los terroristas de Bataclán
Así fue la conversación entre el negociador y los terroristas de Bataclán

Poco a poco los policías que participaron en el asalto a la sala Bataclán, en París, están empezando a hablar. Uno cuenta que perdió a un amigo de la infancia, otro que no sabe cuándo va a poder volver a escribir porque una bala le atravesó la mano. Y todos coinciden en señalar el horror que se vivió el viernes pasado dentro de esas cuatro paredes.

Los hombres de la Brigada de Investigación e Intervención no suelen verse frente a este tipo de situaciones. Están acostumbrados a lidiar con matones que tienen que van armados hasta los dientes, pero no piensan en morir como mártires abrazados a un cinturón de explosivos.

Es el caso de Pascal, el jefe de los negociadores. "Mi principal misión suele ser conseguir que los secuestradores se rindan. Este objetivo era inalcanzable el viernes. Lo supe enseguida", afirma Pascal en exclusiva para L'Obs.Ya había tratado con Amedy Coulibali en enero

A pesar de su experiencia en las negociaciones con Amedy Coulibady, nada había preparado a Pascal para lo que vivió el viernes. "Estaban alterados, confusos y acelerados, como si estuvieran bajo la influencia de drogas. Repitieron las mismas frases en varias ocasiones: "Somos los soldados del Califato", "Se ataca a nuestras mujeres y niños en Siria" o "Nos defendemos atacando las mujeres y los niños de Francia", son algunas de ellas"

Sin embargo, si algo destaca Pascal es el impacto una vez entraron en la sala. "Cuando entramos vimos cientos de cuerpos enredados. No había gritos, todo era silencio. Pensamos que no era posible que hubieran matado a tanta gente en tan poco tiempo. Los policías se pusieron a abrir las puertas, todos los armarios, para ver quién estaba vivo y quién muerto y con el miedo a pisar un cinturón de explosivos", relata.

Sin saber si los terroristas seguían allí o no, los agentes llegaron a un balcón junto a dos puertas cerradas. Al intentar abrirla oyeron como un rehén advertía a la Policía que se detuviera, ya que los yihadistas tenían explosivos y amenazaban, además, con cortarle la cabeza.No tenían acento extranjero

Ahí es cuando Pascal, entró verdaderamente en acción. Lo primero que le llamó la atención fue que "hablaban sin acento, como si fueran de la zona". "En ese momento, lo único que querían los terroristas era zafarse de la policía, que ésta se retirase. ¿Para escapar?, ¿Para seguir con la carnicería? Una cosa teníamos clara: tenían munición suficiente para continuar", cuenta.

Mientras, Pascal intentó ganar tiempo pidiendo que dejaran evacuar a las mujeres y los más jóvenes. "Ya veremos", le contestaron.

A partir de la segunda llamada, dice Pascal, supo que no se iban a rendir. A pesar de ello, notó, la tercera vez que llamó, ellos un cambio. "En la tercera llamada, ya no amenazan con degollar a todos ni con tirar a los rehenes por la ventana. Me da la impresión de que empiezan a volver a la realidad".

"Quizá comenzaron a ser conscientes de que ya no tenían escapatoria", piensa Pascal. En solo media hora los agentes culmiraron la toma de Bataclan.

Mostrar comentarios