BP ha señalado en un comunicado que la operación que habría sellado definitivamente el vertido del Golfo de México, denominada "static kill" (eliminación estática) y que inició el martes, ha tenido éxito, lo que supone "un gran paso" para lograr frenar definitivamente el vertido de crudo.
Desde que se produjera el pasado 20 de abril la explosión y hundimiento de la plataforma "Deepwater Horizon", en los intentos de limpieza y contención de la fuga se han logrado capturar alrededor de 800.000 barriles de petróleo vertido por el pozo, de un total de 4,9 millones.
"Static kill" consiste en empujar el petróleo que mana del pozo hasta su lugar original mediante la inyección de cemento y lodo pesado.Según BP, la presión del pozo está siendo controlada por la presión hidrostática de esa mezcla de cemento y lodo, y es el "resultado deseado" del proceso iniciado el martes.
La compañía ha añadido que supervisará el pozo averiado y no ha descartado que fueran a ser "necesarias" más inyecciones de esa mezcla de cemento y lodo.La petrolera cree que podría dar por finalizado el sellado del pozo esta misma semana si no se producen contratiempos.
Pruebas de sellado
La multinacional aplazó el lunes las pruebas previas a la operación, realizadas con un líquido de consistencia similar al petróleo, tras descubrir una pequeña fuga hidráulica en uno de los sistemas de control.De momento, BP se ha comprometido a terminar la construcción de al menos uno de los pozos auxiliares, el que permitirá clausurar la parte inferior del mismo mediante un procedimiento bautizado como "bottom kill" (eliminación desde el fondo).
En mayo, BP ya probó, sin éxito, inyectar una mezcla de cemento y lodo pesado para sellar el pozo averiado.La diferencia con el intento actual es que ahora BP cuenta con una campana de contención sobre el pozo, que lo mantiene cerrado desde hace dos semanas y que permitiría a los equipos inyectar la mezcla a baja presión y a baja velocidad con mayores probabilidades de éxito desde la superficie.
Desastre ecológico
Aunque ya se sitúa este desastre ecológico, provocado por la explosión de una plataforma, como el peor de la historia de Estados Unidos, aún se desconoce con exactitud la magnitud de la catástrofe.
Expertos del Gobierno calculan que, hasta el sellado provisional de la fuga se vertieron al mar alrededor de 4,9 millones de barriles de petróleo, equivalentes a unos 779 millones de litros.
Si estas cifras se confirman, se trataría también del mayor vertido de petróleo registrado en el mundo, por encima de la fuga del pozo Ixtoc en la bahía mexicana de Campeche que provocó la salida al mar de tres millones de barriles.
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