Bucarest se debate entre proteger a sus ciudadanos o a sus perros

  • En los barrios residenciales de la capital rumana es normal ver a grupos de perros patrullando. La razón está en una mega construcción que el dictador Ceaucescu hizo en el centro de la ciudad. Los perros no podían entrar en los nuevos barrios, la solución: dejarlos en la calle. Ahora no saben cómo solucionar el problema, ni si habrá dinero para ello.
Bucarest se debate entre proteger a sus ciudadanos o a sus perros
Bucarest se debate entre proteger a sus ciudadanos o a sus perros
lainformacion.com
Ruby Russell, Bucarest (Rumanía) | GlobalPost

Si se camina por cualquier calle residencial de la capital de Rumanía lo más probable es que uno se encuentre con algún miembro de la población canina de Bucarest, o hasta con una pequeña manada de chuchos. En grupos de tres o cuatro o más ejemplares, los perros deambulan como si la ciudad fuese de ellos, caminando libremente, incluso subiendo y bajando del transporte público.

Pero últimamente los perros callejeros de Rumanía son vistos como una amenaza. De hecho, el parlamento nacional está debatiendo actualmente una ley que podría acabar con el sacrificio de miles de perros vagabundos. Desde 2007 el Acta de Protección Animal prohíbe que se les mate, pero tras la muerte de una mujer por el ataque de unos perros en Bucarest a principios de año algunos legisladores quieren que se rectifique la norma.

"La posibilidad de que otra persona muera es extremadamente alta porque hay demasiados perros en las calles", asegura Mihai Atanasoaie, el prefecto de Bucarest, que ha impulsado los cambios legislativos.

Las organizaciones no gubernamentales calculan que en Bucarest viven unos 40.000 perros vagabundos, aunque las autoridades locales dicen que el número se aproxima más a los 100.000. Si bien los ataques mortales son extremadamente raros, 8.348 personas fueron ingresadas en los hospitales de la capital en 2010 por mordidas de perros callejeros, según el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Bucarest.

La gente le echa la culpa de los perros sin hogar al ex dictador Nicolae Ceaucescu. En 1984 arrasó el casco histórico de la capital para construir la Casa de la República, ahora convertido en el Palacio del Parlamento, una monstruosidad arquitectónica comunista y el edificio administrativo civil más grande del mundo. Por culpa de ello, unas 40.000 familias fueron realojadas en edificios de apartamentos en donde prohibieron tener perros. Así que los tuvieron que abandonar en la calle.

Hoy en día la presencia de estos animales deambulando por la ciudad es considerada por el gobierno rumano como un símbolo vergonzoso de la mala gestión pública y de la falta de capacidad para vivir según los estándares de una ciudad moderna de la UE.

Si se aprueba finalmente, la enmienda legislativa hará que la decisión sobre cómo afrontar el problema pase a manos de las autoridades locales, siendo la eutanasia una de las opciones. Las autoridades tendrán que mantener en refugios durante 30 días a los perros recogidos de las calles.

"El problema realmente ha aumentado, y las autoridades locales hasta el momento han sido incapaces de resolverlo con la esterilización o trasladando a los perros", asegura Atanasoaie, quien añade que la ley está a favor del mantenimiento de estos perros en refugios. "Tenemos que sacar a los perros de las calles. Eso es lo más importante, para los ciudadanos, para los turistas, para todo el mundo que vive en o visita Bucarest".

Sin embargo, pocos ven los refugios como una solución a largo plazo, y los activistas a favor de los derechos de los animales sostienen que el confinamiento es cruel. Y como nadie espera que haya un aumento de fondos públicos para incrementar la capacidad de los refugios ya atestados de Bucarest, la eutanasia será la opción más efectiva en términos económicos.

Las ONG y los defensores de los animales sostienen que la eutanasia no es tan sólo inhumana, sino poco eficaz. "Si te llevas a un perro de un sitio, no importa si le matas, le metes en un refugio o lo envías a la Luna", asegura Kuki Barbuceanu, de Cuatro Patas, una organización que se ha encargado de castrar a 3.300 perros vagabundos desde septiembre. "Pronto verás que en ese lugar hay el mismo número de perros que antes".

La ley también endurecerá la adopción de animales. "Lo que ha ocurrido hasta el momento es que se han sacado perros de las calles y se han llevado a refugios, y después organizaciones privadas los han adoptado y los han vuelto a dejar en las calles", sostiene Atanasoaie. "Esto no puede seguir así".

Una mujer que quiere permanecer en el anonimato reconoce que ella misma ha ido a "reclamar" a los refugios perros que alimenta habitualmente en la calle. En las perreras se ha encontrado una situación alarmante: "El olor era absolutamente horroroso, y creo que no les alimentaban". Admite que volvió a soltar a los chuchos en la calle, que es donde cree que pueden tener una vida mejor.

Barbuceanu opina que detrás de la iniciativa parlamentaria hay un componente político. Cree que la medida está programada para se vean muchos menos perros en las calles coincidiendo con las elecciones previstas para mediados del año que viene. "La gente es lo suficientemente estúpida como para creer que si no ven perros sueltos en las calles en los próximos meses es proque el alcalde ha hecho algo y dirán 'es un buen alcalde, así que le votaré de nuevo'", ironiza. "Por supuesto, al cabo de unos meses, en un año, los perros volverán a estar por las calles".

La ley rumana define la eutanasia como la administración de una inyección letal. Pero los activistas de los derechos humanos dicen que se han empleado métodos más baratos, y acusan a los políticos de desviar dinero destinado a estas prácticas para sus campañas electorales.

"Hemos visto fotografías y también vídeos mostrando a perros que son asesinados con barras eléctricas, electrocutados o rebanándoles los cuellos", asegura Marcela Pisla, presidenta de Cutu-Cutu, una organización de defensa de los animales que ha sido muy activa convocando manifestaciones y presionando en contra de la reforma de la ley.

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