Buteflika, el próximo en la lista de dictadores africanos llamados a caer

  • Abdelaziz Buteflika es el presidente del Norte de África que ahora ve tambalearse más a su régimen. El alto nivel de autoritarismo del mandatario argelino queda expuesto después de mantener una ley de emergencia que ya dura veinte años. Ahora intenta enmendar sus errores dictatoriales para evitar su caída.

Era un chaval de 19 años cuando recién acabada la secundaria se sumó a la rama militar del Frente de Liberación Nacional en 1956 para luchar contra Francia. Ahora, a punto de cumplir 74 años (nació el 2 marzo de 1937), el presidente argelino Abdelaziz Buteflika se enfrenta a uno de los momentos más difíciles desde que empezó a gobernar el país en 1999.

No lleva dos décadas ni tres ocupando el máximo mando, como era el caso de los derrocados Ben Alí (Túnez) y Hosni Mubarak (Egipto), pero sí lleva metido hasta las trancas en el devenir del país desde antes de que se independizara de Francia.

Durante la guerra contra Francia se convirtió en uno de los combatientes heroicos y más destacados contra el país colonizador. Y recibió su recompensa.

Cuando en 1962 Argelia consiguió la independencia, pasó a ser ministro de Juventud, Deportes y Turismo al mando de Ahmed Ben Bella. Pero en seguida pasó a ocupar la cartera de Exteriores. "Hombre refinado y cultivado, de modos típicamente occidentales, Buteflika dirigió con brillantez la diplomacia argelina durante [unos] años caracterizados por el desarrollismo económico, las rentas del petróleo y el prestigio exterior", indican desde el Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona.

En ese sentido, Buteflika también ha jugado un papel importante en el apoyo de la causa saharaui, cuyos refugiados acoge en los campamentos de Tinduf.

Siguió en ese cargo hasta enero de 1980, habiendo ayudado entre medias a derrocar a Ben Bella. Tres años después de dejar el Ejecutivo salió huyendo del país cuando le acusaron de hacerse con tres millones de francos franceses. Se refugió en los Emiratos Árabes, en Suiza y en Francia. Nunca se pudo demostrar la acusación y ahora ya está olvidado ese capítulo.

Restricción de libertades

Argelia es supuestamente un estado "pluralista" desde 1989. Al menos eso es lo que dice la web de la Embajada de Argelia en España. Pero lo cierto es que varios partidos políticos están prohibidos, entre ellos el Frente de Fuerzas Socialistas y la Agrupación por la Cultura y la Democracia, y los medios de comunicación estatales están controlados por el Gobierno de Buteflika.

Precisamente la semana pasada el mandatario prometió la próxima legalización de cuatro partidos políticos y mayor diversidad en los medios (Reporteros Sin Fronteras sitúa a Argelia como país con poca censura, aunque al mismo nivel que Egipto, que prohibió a Al Jazeera emitir en su país durante la Revolución de los Jóvenes). Además, durante las últimas dos décadas Argelia ha estado manejada bajo una ley de estado de emergencia y solo ahora Buteflika ha anunciado que la anulaba.

Son las primeras medidas que ha tomado Buteflika para que las protestas no vayan a más en su país. Aún así mantuvo la prohibición para que se manifestasen sus detractores el pasado sábado. Y aun así se manifestaron varios miles de personas en su contra ese día.

Abdelaziz Buteflika va ya por su tercera legislatura desde que volvió a su país. En realidad, no habría podido estar más de dos mandatos seguidos, pero consiguió cambiar la Constitución para seguir al frente del país. En las elecciones siempre ha obtenido en torno al 85-90 por ciento de apoyos. La oposición ha denunciado graves irregularidades en cada ocasión.

Amigo de Francia

Sin embargo, el antiguo combatiente contra la Francia colonizadora es ahora un estrecho aliado de los galos. En Nicolas Sarkozy tiene a un importante aliado, entre otras cosas porque son muchos los argelinos que han emigrado a Francia. Sarkozy solo tuvo buenas palabras para Buteflika cuando ganó las últimas elecciones y le transmitió sus más "calurosas y amistosas" felicitaciones. Y eso que el indicador de Transparency International sitúa a Argelia entre los países más corruptos del mundo (con una puntuación de 2,9 en una escala de 10).

Aunque la relación es distinta a la que mantenía Washington con El Cairo, no hay que perder de vista que al igual que el más importante aliado occidental de Hosni Mubarak terminó por perder el apoyo de Barack Obama cuando las cosas se pusieron feas, Buteflika podría acabar sin la ayuda de Sarkozy si éste se ve pillado de pies y manos por unas protestas que pueden ir a más.

La diferencia de momento con Egipto es que ni han salido tantas personas a la calle para protestar ni Buteflika ha esperado hasta el último momento para conceder ciertos cambios. Quizá así haya ganado tiempo.

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