Cayetano García deja buena tarjeta de visita en su debut en Las Ventas

  • Una novillada sin posibilidades para hacer el toreo lucido fue suficiente, no obstante, para que el debutante Cayetano García dejara muy buena tarjeta de visita, aún sin materializar el triunfo, hoy en Las Ventas.

Por Juan Miguel Núñez

Madrid, 9 oct.- Una novillada sin posibilidades para hacer el toreo lucido fue suficiente, no obstante, para que el debutante Cayetano García dejara muy buena tarjeta de visita, aún sin materializar el triunfo, hoy en Las Ventas.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de Mari Carmen Camacho, bien presentados y nobles, pero bajos de raza y de poco juego. El sexto, auténticamente bravo en el caballo, "se dejó" más que ninguno en la muleta.

Daniel Morales: estocada (aviso y ovación tras leve petición); y pinchazo y estocada (silencio).

Cayetano García: estocada casi entera y seis descabellos (silencio tras aviso); y media (silencio).

Raúl Rivera: pinchazo y estocada (ovación); y dos pinchazos, otro hondo y descabello (ovación tras aviso).

La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde soleada y con viento que se notó mucho en el ruedo, sobre todo en la primera parte del festejo.

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CAYETANO (GARCÍA), BUEN CONCEPTO

La mala condición de los novillos echó al traste la ilusión de la terna. Aunque hubo cosas en la tarde que no pasarían desapercibidas tan fácilmente para el buen aficionado, sobre todo el buen concepto que tiene del toreo el segundo espada.

Pues resulta que Cayetano García (no confundir con el Rivera Ordóñez, tan conocido que ni siquiera necesita de los apellidos para anunciarse), hijo del albaceteño-valenciano Julián García que tuvo su predicamento en los años setenta, aunque en nada se parece el estilo del retoño con el del progenitor -aquel, menos ortodoxo, pero indiscutiblemente valiente y muy sincero-, ha dejado hoy en su presentación en Las Ventas una buena tarjeta de visita.

La verticalidad y la quietud, sus mejores armas. Y la forma de arrimarse, sin aspavientos, muy de verdad, pasándose los novillos muy cerca. Lo mismo con el capote que con la muleta.

La primera llamada de atención fueron las chicuelinas en un quite a su primero, con los pitones del novillo acariciándole la cadera y la figura del novillero sin descomponerse, con gran empaque y compostura. El novillo tardeó en la muleta, pero aquí hubo detalles también importantes del novillero, sobre todo en las cercanías.

¿Que faltó temple en ocasiones, y algo más de chispa que tampoco ponía el astado? Lógico en quien torea muy poco.

Una falta de rodaje que de nuevo suplió Cayetano (García) en el quinto, poniéndose muy cerca y quedándose muy quieto. En el capote, por delantales, nota alta. Al valor con la muleta hay que añadir otra vez la buena estética, en detalles sueltos como derechazos y naturales aislados, pases de pecho y recortes, incluso manoletinas.

¿Algunas faltas más? Naturalmente. Quizás no acertó a tirar lo suficiente del novillo, en ocasiones dejándoselo muy encima. Pero hay que insistir y dejar claro que eso se aprende. Lo otro, el toreo que lleva dentro este Cayetano García, es innato. Y el torero nace, no se hace. Ojo al nuevo Cayetano, si le dan las oportunidades que merece.

Dos ovaciones saludó Raúl Rivera, que sorteó el lote más propicio en conjunto y con el que se mostró muy suelto y aparente. Banderilleó con facilidad a los dos, y en el primero estuvo muy entusiasta, "vendiéndolo" bien, pero sin profundizar. Y en el sexto, por debajo de la buena condición del astado en una faena de corte bullanguero.

Daniel Morales, muy tesonero en sus dos faenas, ambas tan largas como insulsas. Su primer novillo, berreón, apenas aportó nada. Y el cuarto, que protestó también mucho, acabó parado y sin posibilidades.

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