Cuando el burka sirve de escondite a delincuentes

  • Mientras los países europeos comienzan a prohibir uno tras otro el uso del burka, el nikab o cualquier otra vestimenta que cubra completamente el rostro de la mujer, las naciones árabes siguen el fenómeno con tranquilidad. Sólo unos poquísimos musulmanes apoyan la norma. Sin embargo, la prohibición les ha obligado a reflexionar sobre la existencia de un sentimiento que algunos entienden como anti-islámico en Occidente. En Jordania se alzan voces a favor de la prohibición, entre otras cosas, porque los delincuentes utilizan el velo integral como escondite para cometer delitos.
Una mujer con burka descansa en una calle de Herat, Afganistán. (Imagen: EFE / Jalil Rezayee)
Una mujer con burka descansa en una calle de Herat, Afganistán. (Imagen: EFE / Jalil Rezayee)
EFE / Jalil Rezayee
Tom A. Peter | GlobalPost

(Amán, Jordania). En Jordania, son muchos los que entienden el razonamiento de los países europeos, en especial en lo que se refiere a problemas de seguridad.En la mayoría de los casos, los políticos europeos que apoyaron la prohibición no han entrado en argumentos religiosos sino que más bien se han centrado en la idea de que cualquier pieza de ropa que oculte el rostro de una persona constituye una amenaza a la seguridad o han aludido a la discriminación de la mujer.

"Es comprensible que a algunos países no les guste el nikab, porque no muestra la verdadera identidad de la persona, su rostro. Ahora, si eso tiene que legislarse o no, no estoy seguro", afirma Moneef Zou'bi, director general de la Academia Mundial Islámica de Ciencias, en Amán. "Creo que al final es un problema de opción".

En Francia, que está a las puertas de prohibir el nikab y el burka, Jean-François Cope, el líder de la mayoría en la Asamblea Nacional, llegó a comparar el nikab con un pasamontañas. En un editorial publicado en el New York Times, defendió la ley. "La visibilidad del rostro en la esfera social siempre ha sido un requisito de seguridad pública. Es obvio que hasta ahora no había sido necesario convertirlo en ley", expresó. "Sin embargo, el aumento de las mujeres que utilizan el nikab, al igual que los delincuentes que llevan pasamontañas, obliga al cambio. Debemos, por lo tanto, ajustar nuestra legislación, y no esperar que el fenómeno se propague".

Si bien es aceptado por la mayoría de los árabes, el nikab o el burka son poco habituales fuera del Golfo Pérsico. La mayoría de las mujeres árabes los consideran demasiado extremos e innecesarios.

En Jordania, donde sólo unas pocas mujeres lo utilizan, la Policía dice que ha visto un aumento de delitos cometidos por personas que lo llevan, a veces incluso hombres. El número de delincuentes detenidos usando el nikab ha pasado de 170 en el periodo 2007-2008 a 104 sólo en el año 2009. Si bien ha habido algunos casos de homicidios, la mayoría de los incidentes corresponde a robos y otros delitos menores.

Con todo, son muy pocos los jordanos que comparten la apreciación de los políticos europeos -habitualmente los conservadores- o que toman medidas contra quienes se cubren el rostro. "A la mayoría de la gente no le preocupa. En general, aceptamos a ese sector de la población. Cubrirse la cara no es una estrategia para esconderse", afirma Hani Hourani, fundador y director del centro de estudios Al-Urdun Al-Jadid de Ammán. "Tenemos cosas mucho más importantes de que preocuparnos en esta parte del mundo que la vestimenta de la mujer".

Bélgica aprobó el mes pasado la prohibición de cubrirse el rostro. Alemania, Italia, Suiza y Holanda también tienen leyes que regulan el tema a nivel local y los políticos conservadores las promueven acaloradamente.

La editora Jennifer Heath comenta en referencia a una película de 1966 sobre la lucha de la insurgencia argelina, en la cual las mujeres con velo contrabandeaban armas: "Es como si alguien se hubiese dado cuenta que nos podemos deshacer del nikab como si se tratara de una nueva batalla de Argelia. Lo veo un poco sensacionalista". Heath editó el libro "El velo: mujeres escritoras, la historia, tradiciones populares y política", una colección de ensayos sobre el uso del velo.

Durante el periodo de máxima insurgencia en Irak, el nikab se convirtió en un problema serio. Como a muchas mujeres no las revisaban cuidadosamente en los puntos de control, los militantes comenzaron a usarlas como terroristas suicidas o para contrabandear armas bajo sus vestimentas. Las autoridades optaron por crear una policía femenina y una organización llamada Hijas de Irak para revisar a las mujeres en los puntos de control.

La mayoría de los jordanos cree que la policía femenina y las medidas normales de seguridad son suficientes para evitar que el nikab se convierta en un problema de seguridad en cualquier lugar del mundo. "Por un lado, necesitamos combinar libertad religiosa, de expresión y libertades personales y, por el otro, las medidas necesarias para la seguridad y la apariencia normal de una persona en la sociedad", explica Asma Khader, coordinadora general del Instituto Sister is Global, en Jordania.

Señala que las medidas para limitar el uso del nikab y otras vestimentas podrían tener un efecto inesperado: la gente las acabaría usando como una forma de protesta, ya que tendrán la sensación de que se están atacando sus creencias. "Sería darle un uso político en lugar de ser una opción personal o una creencia religiosa. No debería ser así", afirma.

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