¿De quién es el puerto de Santiago? EEUU empieza a reclamar lo que Fidel expropió

  • A las pocas horas de la medida de Trump, un estadounidense demandó a los cruceros Carnival porque afirma poseer puerto de Santiago de Cuba.
La catedral de Santiago de Cuba
La catedral de Santiago de Cuba
Pixabay

Fidel Castro tardó apenas un año y medio tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 en aprobar la conocida como 'Ley Escudo', con la que dio luz verde a "expropiación forzosa" de todas las empresas y bienes "que son propiedad de las personas jurídicas nacionales de los Estados Unidos de Norteamérica". 60 años después, la decisión de Trump de levantar la suspensión de los Títulos III y IV de la ley Helms-Burton -lo cual permite desde este jueves que las empresas estadounidenses puedan reclamar los bienes expropiados ante sus propios tribunales- ha desatado una oleada de demandas de particulares, que van desde el presunto propietario de una destilería de ron hasta el hombre que afirma ser el dueño legítimo de todo el puerto de Santiago de Cuba.

Las reclamaciones llevan desde 1996 paralizadas por la no competencia de ningún tribunal estadounidense, debido a la suspensión de la citada ley por la presión ejercida principalmente desde la UE, que consideraba que vulnera los derechos de propiedad legítimamente adquiridos por las empresas europeas, mayoritarias en la isla. Un argumento que este jueves ha repetido la alta representante comunitaria para la Política Exterior, Federica Mogherini: "Supone una violación de los compromisos asumidos en los acuerdos UE-EEUU de 1997 y 1998, que ambas partes han respetado sin interrupción desde entonces".

Aunque la Ley Helms-Burton jamás ha gozado de reconocimiento más allá de EEUU, son muchos los estadounidenses que desean recuperar las propiedades y bienes perdidos durante el castrismo. Y, para ello, no han dudado en reclamar ante los tribunales federales. En la mayoría de los casos se trata de particulares o empresas que tenían modestos negocios familiares en Cuba antes de la revolución de 1959. Sin embargo, hay otros demandantes con aspiraciones mucho más ambiciosas (y, en algunos casos, algo estrambóticas).

El hombre que afirma poseer el puerto de Santiago de Cuba

A las pocas horas de permitirse las reclamaciones judiciales, los primeros en presentar una demanda fueron Javier García Bengoechea, quien dice ser el legítimo propietario del puerto de Santiago de Cuba, y Mickael Behn, cuya familia originaria de Kentucky poseía la compañía Havana Docks Corporation en el puerto habanero hasta que les fue confiscada. 

Bengoechea es uno de los más reivindicativos e, incluso, llegó a demandar en 2017 a una empresa china por un proyecto de construcción en el citado puerto. Hace unos años, Behn también presentó ante un tribunal de EEUU una reclamación por la expropiación forzosa que se llevó a cabo en 1960. La demanda de ambos, presentada este jueves, es contra la empresa de cruceros Carnival, que curiosamente también es estadounidense. 

Los complejos turísticos con capital español

También hay varias empresas españolas que han invertido capital en la isla y que ahora podrían verse afectadas por las reclamaciones estadounidenses. Un ejemplo es el de la playa de El Salado, situada al oeste de La Habana: antes de la revolución, era propiedad de la familia Castillo-Pokorny y en la actualidad alberga proyectos para edificar campos de golf en asociación con el grupo español Globalia. Además, las playas de Gibara y Yaraguanal, situadas en la provincia de Holguín, pertenecían antes de la nacionalización a la familia Sánchez-Hill. Entre los grupos hoteleros que operan en la zona se encuentra el Blau Costa Verde Beach Resort, de capital español.

Destilerías, tierras y hoteles expropiados a españoles

Pero también hay familias españolas con aspiraciones históricas en Cuba: la Destilería Santa Cruz del Norte fue expropiada a la familia Carrillo-Albornoz -que demandó al Estado cubano, pero el Supremo falló en su contra en 2011 por haber prescrito el caso- y la cervecera Tropical a la familia Blanco Herrera, fábricas donde hoy el Gobierno cubano elabora, entre otras bebidas alcohólicas, el ron cubano Havana Club.

Además, la Ley Escudo sirvió para expropiar la zona especial de desarrollo del Mariel -en su momento, el proyecto estrella de Cuba para atraer inversión extranjera-, propiedad entonces de las familias Carranza-Bernal, Carbonell-González y Blanco-Rosell. Por último, la familia Gómez Mena era la propietaria del terreno donde se ubica actualmente en La Habana el hotel Manzana Kempinski, catalogado con 5 estrellas plus.

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