Le declaran inocente después 33 años en prisión por un crimen que no cometió

  • Este jueves el Tribunal Supremo de Virginia declaró inocente al estadounidense Keith Allen Harward tras haber sido condenado a cadena perpetua.

    El estadounidense de 60 años cumplía condena por un asesinato y una violación que 22 años después se ha demostrado que no cometió.

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Blanca Calvo Arro

Más de media vida entre rejas por dos delitos que no cometió. Keith Allen Harward ha sido declarado este jueves inocente de asesinato y violación gracias a nuevas pruebas de su ADN y el Proyecto de Inocencia, órgano que lucha por investigar casos de personas injustamente condenadas, se ha podido demostrar que él no fue el autor de estos crímenes.

Harward fue condenado gracias al testimonio de dos dentistas forenses que afirmaron que los dientes del acusado eran los que habían dejado marcas en las piernas de la víctima de violación. Sin embargo, gracias a las nuevas técnicas de ADN se ha podido demostrar que él no era el criminal, sino la víctima.

Un total de 25 personas han sufrido las consecuencias de la llamada “evidencia de la mordedura”, entre ellas Harward.El culpable está muerto

Las pruebas de ADN han podido proporcionar, además de la inocencia de Harward, la identidad del culpable. Se trata de Jerry Crotty, ex compañero de la marina de Harward, que murió en una prisión de Ohio en 2006.Otros casos de inocentes que pasaron su vida en prisión

Las prisiones también encierran vidas de inocentes que han sido declarados culpables de delitos que no han cometido. Fallos en las sentencias, pruebas que desaparecen, fallos en las investigaciones... un cúmulo de actos que terminan con personas inocentes detrás de unas rejas. Este es el caso del holandés Romano van der Dussen, quien pasó doce años en prisión tras haber sido condenado a tres violaciones que no cometió. 

Van der Dussen fue condenado por tres agresiones sexuales cometidas en Málaga en el mismo sitio y en tan solo hora y media de diferencia. Sin embargo, pese a varias muestras de ADN y la propia declaración de Mark Dixie en 2007, un preso de Reino Unido, reconociendo que él mismo “podía estar relacionado” con lo sucedido no sirvieron de nada. La lenta burocracia española ha llevado a que van der Dussen  continuase hasta nueve años más en prisión consiguiendo la ansiada libertad el pasado mes de febrero. James Richardson pasó 21 años en prisión tras ser acusado de envenenado y asesinado a sus siete hijos. El hombre de Florida tuvo que enfrentarse a la muerte de todos sus hijos y a ser condenado por el atroz delito. Los pequeños habían muerto envenenados por la mezcla de pesticidas con la comida. Richardson fue detenido y acusado en 1967. Sin embargo, más de dos décadas después, la mujer que cuidaba de los niños, mientras él y su mujer trabajaban fuera de casa, confesó el crimen, por lo que Richardson fue puesto en libertad.Otro de los casos más conocidos fue el de William Dillon. Con tan solo 21 años era la gran promesa de los Tigres de Detroit, le quedaban unos días para debutar como el nuevo lanzador del equipo. Sin embargo, un asesinato en una playa en la que, al parecer, el se encontraba, truncó su carrera y su vida.Willian Dillon fue condenado por asesinato. De nada sirvió su coartada fiable, Dillon tuvo que pasar 27 años es decir, más de media vida, bajo rejas por un delito que no cometió. No fue hasta los 53 años cuando, gracias a la ayuda de las pruebas de ADN y el Proyecto de Inocencia, consiguió la libertad de la que nunca se le tenía que haber privado.

Fallos como estos también ocurren en el corredor de la muerte y este es el mayor argumento de los defensores de la abolición de esta pena. Para las personas condenadas erróneamente, la búsqueda de la verdad nunca termina y, en ocasiones, las respuestas se encuentran en los corazones y en las mentes de criminales condenados e indiscutiblemente culpables.

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