Trump no quiere perder tiempo y envía un portaaviones nuclear a Corea del Sur

Trump quiere tener más vigilado al hombre cohete con el que no cree que el diálogo funcione. No opina lo mismo su secretario de Estado, pero el presidente ya ha dejado clara su postura. El portaaviones estadounidense de propulsión nuclear Ronald Reagan participará en unas maniobras conjuntas cerca de la península de Corea junto a las fuerzas navales surcoreanas a mediados de mes, informó hoy el Ministerio de Defensa de Seúl. Toda una declaración de intenciones.

Los ejercicios se desarrollarán en un momento de alta tensión entre Washington y Pyongyang tras el cruce de amenazas belicistas entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un.

El Ronald Reagan tiene previsto llegar a aguas del Mar de Japón (conocido como Mar del Este en las dos Coreas) en torno al 15 de octubre para comenzar los ejercicios hacia el día 20, señaló un portavoz surcoreano de Defensa de Seúl a la agencia local Yonhap.

El portaaviones estará acompañado de otros activos de la flota estadounidense, entre ellos un destructor Aegis y un submarino de propulsión nuclear, además de navíos de las fuerzas surcoreanas.

Ambos Ejércitos conducirán simulacros de detección, seguimiento e interceptación de misiles balísticos norcoreanos, así como ejercicios anti-submarinos enemigos, según la antes citada fuente.

Corea del Norte ha probado en los últimos meses sus primeros proyectiles de alcance intercontinental y realizado un test nuclear el 3 de septiembre, lo que le ha valido nuevas sanciones de la ONU aplaudidas por Seúl, que ha pedido más rigidez a la comunidad internacional a la hora de implementarlas.

Tras elevarse el tono beligerante entre el presidente Trump y Kim Jong-un, los medios del régimen aseguraron que unos 4,7 millones de ciudadanos han pedido alistarse o realistarse a las filas del Ejército Popular de Corea (KPA).

Kim Jong-un emitió la semana pasada un comunicado en el que criticaba el duro discurso que el presidente de EE.UU. realizó ante la ONU, donde amenazó con "destruir totalmente Corea del Norte".

Donald Trump ha cambiado el paso y ha enmendado la plana al secretario de Estado, Rex Tillerson. "Pierde el tiempo tratando con el pequeño hombre cohete. Guarda energía, Rex, haremos lo que se tiene que hacer". No ha dado más detalles el presidente.

En las últimas semanas, Trump ha repetido que se reserva la opción de una intervención militar contra Corea del Norte en respuesta a las últimas pruebas atómicas y ensayos de misiles por parte de aquel país.

El Gobierno surcoreano sí ha señalado que ante la escalada de los acontecimientos mantiene vías abiertas de comunicación con Corea del Norte, pese al punto álgido de tensión en la región tras el cruce de amenazas entre Washington y Pyongyang.

La oficina presidencial de Seúl afirmó hoy que "habla directamente con el Norte a través de sus propios canales", mientras que Washington "cuenta con dos o tres vías de comunicación abiertas con Pyongyang", según las declaraciones de un portavoz recogidas por la agencia Yonhap. Unas vías que ahora quedan en entredicho.

Estados Unidos y Corea del Sur "defienden el principio de aplicar sanciones y presión máxima" para cambiar la actitud de Corea del Norte y conducir al hermético país a la mesa de negociaciones para que renuncie a sus programas nuclear y de misiles. No obstante, el régimen de Kim Jong-un no ha ofrecido por ahora ningún gesto que muestre su disposición al diálogo, añadió el portavoz.