El caso Wenzhou: de brillante ejemplo de prosperidad china a colapso nacional

  • El sistema de préstamos informales y privados de Wenzhou a pequeños negocios que tenían problemas para obtener crédito era considerado un brillante ejemplo del próspero espíritu empresarial chino. Sin embargo, las bondades de este sistema admirado internacionalmente han quedado ahora en entredicho. 
Kathleen E. McLaughlin, Wenzhou (China) | GlobalPost

Durante años, la red de préstamos clandestinos, dinero en efectivo y créditos negociados sobre la confianza y la promesa de ganancias de Wenzhou, impulsó fábricas y provocó que mucha gente se hiciera rica.

Desde el exterior, el sistema de préstamos informales y privados de Wenzhou a pequeños negocios que tenían problemas para obtener crédito era admirado.

Se veía como un ejemplo del próspero espíritu empresarial chino.

Pero con la crisis financiera mundial surgieron las grietas en el difuso mercado de préstamos de Wenzhou.

En los últimos meses, la contracción del crédito, el aumento de la inflación y los márgenes de ganancia fueron desapareciendo y finalmente provocaron que el sistema empezara a fracturarse.

Decenas de personas y de empresas han ido a la quiebra. Los dueños endeudados de las fábricas han pasado a la clandestinidad.

Mientras las autoridades chinas buscan maneras de reforzar los puntos débiles de la economía nacional, el sistema de crédito privado de Wenzhou ha pasado de ser un modelo a ponerse en entredicho.

Después de una visita de alto perfil y de la promesa de ayuda del primer ministro Wen Jiabao este otoño, el notorio colapso crediticio de Wenzhou ha planteado nuevas cuestiones sobre su potencial de generación de problemas a nivel nacional.

Y mientras el gobierno promete ayuda a las pequeñas empresas de toda China, la caída de Wenzhou ilustra los peligros de depender de un mercado privado, de un mercado de créditos no regulado, para financiar el crecimiento.

Lo que ocurrió en Wenzhou

Las compañías privadas más pequeñas no tienen acceso a préstamos bancarios grandes.

Durante mucho tiempo han dependido de los préstamos clandestinos y de la red privada de crédito de dinero en efectivo para manejar su negocio.

También han sido un factor clave de la economía local y nacional, con una cifra estimada del 40% de las empresas de China clasificadas como empresas pequeñas y medianas.

Frente a la inflación, el aumento de los costes y la disminución de la capacidad para obtener préstamos bancarios, estas mismas empresas se encuentran atrapadas.

Lo que se desconoce es hasta qué punto podría extenderse el colapso, así como el impacto potencial que esta caída podría tener en el resto de la economía china. Las últimas cifras muestran que la economía china está creciendo un 9,1 por ciento, el nivel más bajo en dos años, aunque sigue siendo robusto, y que la inflación se ha ralentizado.

Pero la especulación, los préstamos fallidos y la falta de dinero en efectivo para las empresas más pequeñas plantean preocupaciones críticas.

El economista Andy Xie de Shanghai, escribiendo sobre un reciente viaje de estudios por el río Yangtze y por Wenzhou, dice que se trata de una práctica común, y que las tasas de interés en los préstamos privados superan con creces lo que la gente de las empresas puede pagar.

"El tamaño del mercado es imposible de estimar", explica Xie. "Si la desaceleración en el crecimiento de los depósitos bancarios refleja en parte este fenómeno, el tamaño podría ser de varios billones de yuanes. Cuando estalle, puede conducir a una importante inestabilidad social".

Los trabajadores de Wenzhou dicen que fueron engañados.

En las afueras de Wenzhou, en una fábrica de acero cerrada, un grupo de hombres de mediana edad que quedó atrapado por el sistema explica cómo funcionaba.

Durante varios años, cobraban en billetes extranjeros y prestaban dinero a Zheng Zhujhu, una mujer que utiliza una extensa red de financiación privada para construir una cadena de tiendas de electrodomésticos. Cuando los bancos pusieron controles más estrictos sobre el crédito, Zheng dejó de pagar sus acreedores, se negó a responder a sus llamadas y pasó a la clandestinidad.

Zheng se convirtió en la primera persona detenida por el colapso del crédito; al parecer no fue tan rápida ni huyó tan lejos como los 80 jefes que se rumorea huyeron para escapar de sus deudas.

Las autoridades han confirmado el suicidio de uno de los jefes de los préstamos y en la ciudad corren los rumores y son habituales los comentarios sobre la violencia de la mafia, aunque no se han confirmado.

Para los productores de acero, tanto para los prestamistas como para los acreedores del mercado privado de crédito, el panorama es sombrío.

Uno de los hombres perdió casi  800.000 dólares con el esquema de Zheng. En total, sus víctimas afirman que Zheng se llevó más de 45 millones de dólares que nunca devolvió. Están buscando a un abogado para que lleve su caso, pero tienen pocas esperanzas de recuperar su dinero.

Sus fábricas tienen pedidos, pero no pueden producir nada porque no tienen dinero en efectivo ni acceso a un crédito  para pagar a los trabajadores o pagar las materias primas. Así que los talleres permanecen inactivos, mientras que los dueños de la fábrica esperan una solución legal.

"Es un tema muy difícil", dice Zhu Fang, uno de los hombres que han perdido una fortuna en el plan de préstamos. "Las pequeñas y medianas empresas no son capaces de funcionar ahora. Algunas de las grandes fábricas todavía pueden producir, pero las más pequeñas están ahogadas".

Qué papel ha jugado el Estado

Zhou Dewen, presidente de la asociación de pequeños empresas de Wenzhou, explica que mientras que en los bancos de Estados Unidos aumentan las tasas de interés para controlar los préstamos, en China el Banco Central aumenta la ratio de la reserva. Esto significa que el banco ha aumentado de forma reiterada en los últimos años el porcentaje de acreedores de dinero que deben tener en cartera.

"Eso deja fuera de juego a las pequeñas empresas que se esfuerzan por un crédito", sostiene Zhou, "y da mayor poder a las grandes empresas de propiedad estatal".

Mientras el gobierno central de China se ha comprometido a ayudar a las pequeñas empresas, dice Zhou, la gente de negocios de Wenzhou ya está recogiendo los pedazos por su cuenta.

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