El Ejército sirio y los rebeldes combaten por el control de Alepo

  • Después de una semana de batallas sangrientas entre las fuerzas del presidente Bashar al Asad y sus opositores en Damasco, los combates se intensificaron en Alepo, una ciudad comercial que permaneció inmune durante mucho tiempo al levantamiento de 16 meses que convulsiona a Siria.

Las fuerzas sirias combaten a la insurgencia en Alepo
Las fuerzas sirias combaten a la insurgencia en Alepo

Soldados sirios, apoyados por helicópteros de guerra, combatieron el martes contra los insurgentes que intentaban ocupar la ciudad de Alepo e intentaban recuperar el control total de la capital Damasco, han asegurado residentes y activistas de la oposición.

Después de una semana de batallas sangrientas entre las fuerzas del presidente Bashar al Asad y sus opositores en Damasco, los combates se intensificaron en Alepo, una ciudad comercial que permaneció inmune durante mucho tiempo al levantamiento de 16 meses que convulsiona a Siria.

Los rebeldes que tratan de capturar el centro de Alepo luchan contra soldados y fuerzas de inteligencia sirias en las puertas de la Ciudad Vieja, Patrimonio de la Humanidad.

Varios residentes han asegurado que la ciudad está siendo bombardeada desde helicópteros, forzando a los residentes a huir. Los grupos activistas afirman que las fuerzas de Asad habían sofocado un motín en una cárcel de Alepo durante la noche, matando a 15 reos con fuego de ametralladora.

Al menos nueve personas han muerto tras el bombardeo de Al Herak, al sur de Deraa, la cuna de la revuelta contra más de cuatro décadas de gobierno de la familia Asad.

En Damasco, los soldados intentan reprimir la resistencia rebelde en varias áreas, incluida Barzeh, cerca del centro, y los distritos sureños de Hajar al Aswad, Asali y Qadam. En el distrito noreste de Qabun, la población ha recuperado varios cadáveres de un edificio destruido.

Uso de armas químicas

Las fuerzas sirias han estado bombardeando e invadiendo partes de la capital para desalojar a los insurgentes, después de que un atentado con explosivos acabara con la vida de cuatro de los principales responsables de seguridad de Asad, incluido su cuñado Asef Shawkat la semana pasada.

Asad designó un nuevo equipo de seguridad el martes, según una fuente de inteligencia libanesa que dijo que Ali Mamluk fue designado jefe de seguridad nacional en lugar de Hisham Bekhtyar, muerto por las heridas que sufrió en el atentado.

A medida que la guerra en Siria se ha intensificado, los líderes occidentales han especulado con la posibilidad de que Damasco haga uso de las armas químicas y biológicas que tiene en su poder.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ya afirmó que el mundo responsabilizará a Asad y a su círculo "si cometen el error trágico de usar esas armas (químicas)". Israel, que discutió públicamente una acción militar para evitar que las armas químicas y misiles sirios lleguen a los extremistas chiíes libaneses de Hezbolá, aliados de Asad, aseguró que no había señales de que se hubiera producido un desvío de ese tipo.

En una aparente respuesta a las preocupaciones estadounidenses e israelíes de que armas no convencionales sirias pudieran caer en manos de Hezbolá u otros grupos islámicos, Damasco reconoció por primera vez que tenía armas químicas y biológicas.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria, Jihad Makdissi, aseguró que el Ejército no usará armas químicas para aplastar a los rebeldes, pero que podría usarlas contra fuerzas extranjeras.

En un momento en el que el conflicto afecta a las dos mayores ciudades sirias, así como a muchas provincias, los países occidentales y algunos árabes están pidiendo la salida de Asad, aunque Rusia, China, Irán e Irak están entre los que se oponen a una entrega forzada del poder.

El primer ministro turco, Tayip Erdogan, dijo que la rebelión antiAsad estaba "más cerca que nunca de la victoria" y advirtió de que Turquía respondería firmemente a cualquier hostilidad de Siria.

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