El expárroco de Lampedusa dice que "es una masacre que hay que parar de una vez"

    • Para el sacerdote, "toda pérdida humana es una tragedia, pero esta es sin duda la peor que recuerdo".
    • El responsable de la parroquia de San Gerlando fue quien invitó al papa Francisco a Lampedusa.
Más de un centenar de inmigrantes fallecen al intentar alcanzar Lampedusa
Más de un centenar de inmigrantes fallecen al intentar alcanzar Lampedusa
M. Gil

En la parroquia de San Gerlando, en el 10 de la Via Aristotele de Lampedusa, encontramos al teléfono a don Stefano Nastasi, ex párroco de San Gerlando, recién trasladado a Sciacca (Agrigento) que fue el que invitó al

Papa Francisco a Lampedusa. Aunque ya tiene nuevo encargo pastoral, aún permanece en su isla ayudando al nuevo párroco. Allí ha sido testigo de la terrible tragedia del naufragio de un barco con cerca de 500 pasajeros, que ha dejado al menos un centenar de muertos.

Don Stéfano reconoce estar consternado en esta jornada: "Es una masacre. Un masacre que hay que detener de una vez por todas". Para este sacerdote tan querido por sus paisanos, la esperanza viene de la mano de los vecinos "que se han volcado en ayudar a los inmigrantes, saliendo al mar con las barcas, llevando mantas y comida, ayudando en lo que pueden".

Para Don Stefano, "toda pérdida humana es una tragedia, pero esta es sin duda la peor que recuerdo por el número de víctimas. Es algo horroroso". Mientras confía en "que no vuelva a repetirse algo así", le informábamos del mensaje del papa Francisco de esta misma mañana, calificando de vergüenza la muerte de estas personas que buscaban un futuro mejor.

Don Stefano fue quien logró que el Papa Francisco visitara la isla con un báculo papal hecho de madera de patera. El sacerdote recuerda que Francisco clamó con dureza contra el tráfico de personas, pero no ha sido suficiente para frenar este drama que golpea especialmente a Lampedusa.

Los habitantes de Lampedusa "mayoritariamente pescadores", explica el sacerdote, se merecen todos los aplausos, por la solidaridad que han mostrado –una vez más- ante la muerte de inocentes, víctimas de la desesperación y de la codicia de los modernos traficantes de personas.

Al menos, a falta de confirmación oficial por parte de la Guardia Costiera, parece que al menos uno de los patrones de la embarcación habría sido detenido.

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