El embajador saudí en EEUU: "Dejar de bombardear Yemen es como pedirme que pare de pegar a mi mujer"

  • Abdullah Al-Saud ha recibido un mar de críticas por sus declaraciones machistas en público. En una rueda de prensa en Washington dejó estupefactos a todos con su visión sobre el conflicto bélico y su analogía con las féminas.

    En su país las mujeres tienen prohibido desde conducir a caminar solas. Tampoco pueden abrir una cuenta bancaria a su nombre y bañarse en playas con hombres.

Ser mujer en Arabia Saudí es un auténtico calvario.
Ser mujer en Arabia Saudí es un auténtico calvario.
D.C.
D.C.

El príncipe Abdullah Al-Saud, embajador de Arabia Saudí en Estados Unidos, ha generado un mar de críticas tras sus polémicas y duras declaraciones machistas en público. El diplomático se ha referido al conflicto bélico que mantiene su país con Yemen.

En una rueda de prensa, tan suelto de cuerpo, ha respondido a un periodista que le preguntó si estaba en los planes de Arabia Saudí frenar la ofensiva contra el estado vecino: "¿Dejar de bombardear Yemen? Es como pedir que deje de pegar a mi mujer", contestó, con carcajadas incluidas, el máximo responsable de la diplomacia saudí en Washington, en declaraciones que han sido recogidas por el medio The Intercept.

Su patética analogía de la guerra con su 'mirada' lamentable sobre las mujeres no es nada nueva. Los diplomáticos y dirigentes políticos de Arabia Saudí permanentemente hacen alusiones despectivas hacia las féminas, ya sea en público o en privado.

En la dictadura del país árabe las mujeres reciben un trato degradante que les impide incluso afrontar las situaciones cotidianas más simples. Las mujeres, por ejemplo, no pueden salir solas a la calle, sino que las tiene que acompañar obligatoriamente su marido, padre o hermano.

A esta actitud misógina generalizada se une el despotismo y la nula preocupación por el conflicto de su vecino yemení. Y es que a la coalición árabe se le ha acusado, según la ONU, de al menos 10.000 muertes en Yemen por sus ataques y bombardeos.Prohibiciones absurdas

Entre otras cosas que se les prohíben a las mujeres en ese país destaca también conducir. La monarquía saudí ya permite a las mujeres votar y ser votadas en los consejos municipales, pero solo si cuentan con el permiso de sus maridos y son conducidas por estos a los lugares de votación. La doctrina religiosa wahabí (la más radical del islam) prohíbe a la mujer conducir el vehículo por los riesgos de relacionarse con varones en caso de avería.

Por otra parte, para viajar y desplazarse fuera de la ciudad donde residen deben contar con una autorización expresa de su marido o tutor legal.

Las mujeres tampoco pueden abrir una cuenta bancaria sin permiso de su marido. Mostrar su belleza con la ropa o el maquillaje puede ser considerada una falta muy grave. El código de vestimenta en Arabia Saudí es estricto. Las mayoría de las mujeres se ven obligadas a llevar una túnica negra (la abaya) y un velo que deja al descubierto solo el rostro. La policía religiosa saudí controla estrictamente esta norma en las calles y centros comerciales.

Darse un simple baño en público también puede ser motivo de sumo agravio. Hay playas solo para mujeres. En los hoteles de lujo, las piscinas y gimnasios son solo para los varones.

Al relacionarse con hombres, las mujeres deben tener mucho cuidado en ese país. Deben limitar al máximo su conversación con un varón que no sea de su parentela. Todos los edificios públicos tienen entradas diferenciadas para hombres y mujeres.

Respecto a la práctica de deportes, en las raras ocasiones en que atletas femeninos saudíes han acudido a competiciones internacionales, lo han hecho acompañadas de guardianes masculinos y con ropa deportiva que les cubría todo el cuerpo y el pelo.

En las tiendas, la mera idea de que haya probadores femeninos escandaliza al clero wahabí saudí, fuente de legitimidad de la monarquía de los Saud. Hasta enero de 2012, los empleados de las tiendas de lencería en Arabia Saudí eran hombres, por lo general empleados asiáticos; tras una revuelta de las mujeres, ahora se exige que sean chicas.

Leer una revista femenina que no haya pasado previamente por la censura, en tanto, tampoco está permitido, al igual que entrar solas en los cementerios.

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