En la "Mukata" también se habla hebreo

  • Más de 250 líderes juveniles israelíes, miembros de organizaciones universitarias y cuadros de los partidos políticos, departieron hoy sobre la paz y el futuro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, en una inusual y simbólica visita a la histórica "Mukata".

María Sevillano

Ramala, 16 feb.- Más de 250 líderes juveniles israelíes, miembros de organizaciones universitarias y cuadros de los partidos políticos, departieron hoy sobre la paz y el futuro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, en una inusual y simbólica visita a la histórica "Mukata".

Alentados por el diputado laborista Hilik Bar, los jóvenes regatearon este domingo los múltiples obstáculos que complican a diario el entendimiento y el conocimiento entre dos pueblos que ante todo, dijeron, "son vecinos".

Como el muro de hormigón construido por los israelíes para aislar su territorio, o el cartel rojo colocado por los palestinos a la entrada de las ciudades bajo su autoridad, como ocurre en Ramala, y que prohíbe la entrada a los ciudadanos israelíes a las denominadas zonas A, bajo control total palestino según los Acuerdos de Oslo.

Superados todos ellos, la sala de conferencias de la histórica sede de Yaser Arafat -que el Ejército israelí llegó a asediar- se llenó de jóvenes que hablaban en hebreo, algunos tocados con su tradicional "kipá", y que se movían entre divertidos, ilusionados y nerviosos.

El encuentro llega en un momento "delicado" de la negociación que promueve EEUU y su objetivo es crear "un diálogo abierto y directo, no mediado, entre jóvenes de Israel y el liderazgo palestino", explicaron los promotores en el arranque.

En la misma dirección inició su discurso Abás, quien entró en la sala bajo una gran ovación.

"Queremos conocer a las generaciones jóvenes de Israel, para (construir) la seguridad y estabilidad de la región y el mundo", arrancó el presidente, que ofreció un discurso centrado en refutar las teorías pesimistas de la derecha israelí.

"En dos años podéis ser los representantes de los israelíes en la Kneset (Parlamento) y vosotros estableceréis esa paz que es indispensable. No hay otra solución para la región que la paz", recalcó.

"La paz que queremos debe cimentarse en la ley internacional", argumentó Abás, en referencia a las resoluciones aprobadas por Naciones Unidas, y en múltiples momentos advirtió de que quizá esta sea la última oportunidad para el diálogo.

En esta misma línea, destacó que, en contra de la creencia de algunos, la intención "no es traer de vuelta a 5 millones de refugiados para destruir Israel (...) No pretendemos inundar el país", subrayó.

Aún así, reconoció que este es uno de los problemas que "debe ser resuelto para solventar el conflicto", aunque sería en una fase final, en la que dejó entrever que los palestinos estarían dispuestos a hacer concesiones.

Igualmente ofreció una solución para el conflicto sobre Jerusalén que, dijo, "no queremos dividir. Tenemos la voluntad de negociar sobre Jerusalén como capital del Estado palestino".

Pero como "una ciudad abierta, con dos gobiernos diferentes y una coordinación general", idea aplaudida con fuerza por los asistentes.

En cuanto a la seguridad, uno de los principales escollos en la negociación por la negativa israelí a retirar sus tropas de zonas estratégicas como el valle del Jordán, entre otras razones, Abás reiteró su propuesta de permitir la entrada de la OTAN.

"Israel es muy sensible en materia de seguridad. La OTAN podría ser la tercera parte y así el país tendrá asegurada su seguridad y futuro", recalcó.

Abás también se refirió a cuestiones menos vinculadas al proceso negociador pero, que en un contexto global, podrían afectar al desarrollo de las conversaciones, según su propia perspectiva.

Rechazó su supuesta negación del Holocausto -"he admitido la muerte de millones de judíos en un libro que escribí", dijo- y concedió la existencia de "la incitación palestina", aunque remarcando que esta "no puede ser usada como una excusa" para la paz.

Al término de su intervención, algunos de los jóvenes pudieron expresar sus dudas al presidente, tras lo que finalizó el encuentro que unió en Ramala a representantes de diferentes creencias religiosas y políticas en una peculiar iniciativa calificada de "positiva" por los invitados.

"Quería tener la oportunidad de preguntar sobre determinadas cuestiones porque tenemos muchos desafíos que afrontar", dijo a Efe Shani Perez, una joven que trabaja en proyectos de educación común entre adolescentes israelíes y palestinos.

Retos "que llegan con ciudadanos palestinos que tienen miedo de formar parte de campañas normalizadoras con la ocupación", agregó Perez, para quien el encuentro fue satisfactorio.

También para Joseph Benedyte, colono en Cisjordania, quien decidió sumarse "porque quería conocer de primera mano el discurso del presidente, no a través de la radio, televisión o periódicos. Quería escuchar que tenía que decir".

De vuelta al autobús, una pregunta quedó flotando entre la lluvia que caía sobre Ramala: ¿aceptará el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, una delegación similar palestina, como propusieron algunos?".

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