Zimbabue no sabe lo que es la libertad de prensa

  • La censura y presiones son tan férreas en este país africano, que nuestro corresponsal no tiene más remedio que escribir este artículo desde el anonimato. Y eso que han surgido nuevos medios independientes.
Corresponsal anónimo en Harare, (Zimbabue) | GlobalPost

"Publica y vete al infierno" es más que una simple expresión en Zimbabue, donde los medios de información trabajan amenazados.El Gobierno del presidente Robert Mugabe ha emitido licencias para publicar un buen puñado de periódicos nuevos, como resultado de los acuerdos alcanzados entre los principales partidos tras las polémicas elecciones de 2008.

Entre la nueva oleada de publicaciones está NewsDay, un diario editado por Alpha Media Holdings, propietario también del Zimbawe Independent y The Standard. Otra destacada nueva publicación es The Daily News, propiedad de Associated Newspapers of Zimbabwe, que fue clausurado en 2003 por no cumplir una de las leyes de prensa más notorias de Mugabe, la Ley de Acceso a la Información y Protección de la Privacidad (Aippa, por sus siglas en inglés). Antes de eso, su rotativa había sido destruida en un ataque con bombas. Pese al omnipresente servicio de Inteligencia del Estado, nadie fue culpado del atentado.

Los nuevos periódicos privados de Zimbabue son una muestra de diversidad, pero los medios "públicos" continúan bajo el férreo control del implacable aparato de propaganda del Gobierno.De hecho, los periódicos propiedad del Ejecutivo han explotado su dominio del mercado para actuar como portavoces de Mugabe, de 87 años, y para denigrar al líder del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai. Los dos políticos están estancados en unas conversaciones, respaldadas por Sudáfrica, para negociar una nueva constitución.

Mugabe ha utilizado las negociaciones, que ya van por su tercer año, para bloquear cambios previamente acordados y recuperar el poder perdido en los comicios de 2008. A nadie se le escapa que ha utilizado abiertamente a la Policía, al Ejército y los servicios de Inteligencia para sostener su impopular régimen.

El régimen de Mugabe ha detenido a periodistas por "socavar la autoridad" del presidente y publicar las identidades de las autoridades responsables de torturar a detenidos civiles, unos nombres que ya habían aparecido en documentos judiciales.

Pese a la proliferación de las nuevas publicaciones, el régimen de Mugabe se ha negado a abrir las ondas. En consecuencia, la única voz que se escucha a lo largo y ancho del país es la del presidente. También permanecen en pie toda una serie de medidas que limitan la libertad de prensa.

"El entorno de los medios de Zimbabue continúa estando amenazado por impedimentos legales y administrativos", aseguró el embajador de EEUU en Harare, Charles Ray, en un acto del Día de la Libertad de Prensa, el pasado 3 de mayo. "Los periodistas y los editores continúan estando amenazados por hacer su trabajo, cada vez con más autocensura por miedo a demandas por difamación".Las leyes sobre difamación de Zimbabue son una reliquia del imperio colonial, diseñadas para acallar las voces del nacionalismo insurgente a lo largo de los lejanos dominios británicos. La mayor parte de las antiguas colonias han revocado dichas leyes por ser incompatibles con las reglas democráticas.

El ministro de Medios e Información de Zimbabue, Webster Shamu, ha hecho un llamamiento a los periodistas exiliados para que vuelvan al país a trabajar. También ha pedido a las radios "piratas" que transmiten desde el extranjero que cierren. Los editores han respondido que el Estado debe de garantizar antes un proceso burocrático rápido y fluido para los periodistas que quieran regresar y que se ponga fin a las campañas que fomentan el odio en los medios estatales.

Actualmente los líderes del MDC son objeto de furibundos ataques desde la oficial Zimbabwe Broadcasting Corporation (ZBC) y se les niega el derecho a réplica. La emisora estatal lleva unas cuantas semanas intentando achacar la responsabilidad del clima de violencia al MDC, pero Roy Bennet califica esta acusación de ridícula [Bennet, un destacado miembro del MDC, está exiliado en Inglaterra y no puede volver a Zimbabue a tomar posesión de su puesto en el Gobierno por amenazas]. "Lo que tenemos en Zimbabue es una pandilla implacable de maleantes, matones e individuos incompetentes disfrazados como organización política", declaró durante una reunión en Londres.

Beatrice Mtetwa, abogada de derechos humanos, cree que la ZBC es incapaz de reformarse. El foco se debe de poner ahora sobre los nuevos medios, dice. "Dudo que la ZBC en su estado actual y con nuestro actual clima político se pueda transformar", aseguró el Día de la Libertad de Prensa. "El camino que debemos seguir no es la transformación de la ZBC, sino plantearle una seria competencia".

Los profesionales quieren que la Comisión de los Medios de Zimbabue, responsable de la emisión de licencias a periódicos y emisoras audiovisuales, sea más proactiva en la eliminación de las leyes de prensa que ponen obstáculos a los nuevos medios. Destacan que ya han pasado dos años desde que el Estado y los representantes de los medios privados se reunieron en Kariba para plantear reforma. Y entonces hubo consenso sobre la necesidad de la eliminación de la Aippa.

Pero la corta "Primavera de Harare" se ha ido diluyendo, mientras el estado se limita a conceder un puñado de licencias para periódicos antes de las elecciones del próximo año y se niega a permitir voces independientes en las ondas.

Lo que está claro es que el pueblo de Zimbabue no podrá tomar una decisión realmente informada ante las urnas. Y como de eso trata la democracia, el futuro del país a corto plazo sigue siendo gris.

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