Guerra de cifras entre Rusia y Ucrania tras el tiroteo que condiciona el pacto

    • Las autoridades ucranianas insisten en que sólo una persona, y no cinco, ha fallecido en el ataque contra prorrusos que ha tenido lugar este sábado en la ciudad de Slaviansk.
    • Rusia considera el tiroteo "una provocación" y asegura tener pruebas de que los atacantes procedían de grupos de extrema derecha, cuyo desarme se instaba en el acuerdo de Ginebra.
El ministro ucraniano del Interior viaja al este tras tiroteo en región de Donetsk
El ministro ucraniano del Interior viaja al este tras tiroteo en región de Donetsk
Agencias/Marta G. Coloma

Las aguas volvieron a su cauce, pero sólo durante unas horas. Las esperanzadoras cesiones realizadas entre Rusia e Ucrania tras la rúbrica del 'acuerdo de Ginebra'podrían irse al traste después de que cinco personas fallecieran este domingo tras un ataque contra los prorrusos en Slaviank, en la región oriental de Donetsk.

La habitual guerra de cifras que sigue a estos sucesos ha arrancado cuando el gobierno ucraniano sólo ha confirmado la muerte de una persona en el ataque, en el que, según la versión rusa, murieron tres vecinos de la zona y dos atacantes.

El Ministerio del Interior de Ucrania también ha detallado que en el ataque, que se produjo a las tres de la madrugada, hubo tres heridos, pero ha negado que los atacantes pertenezcan a milicias de ultraderecha vinculadas al movimiento Maidán, que participó en el derrocamiento del expresidente Víktor Yanukóvich meses atrás.

"Esta noche en Slaviansk, aparte de elementos subversivos y criminales respaldados por unidades especiales de la Federación Rusa, no ha habido representantes de ninguna organización ucraniana", declaró el Servicio de Seguridad del país.

Los prorrusos dicen tener pruebas concluyentes de que el ataque en esta ciudad del este fue perpetrado por la ultraderecha. Según recoge la agencia rusa ITAR-TASS, el alcalde 'popular' de Slaviank, Vyacheslav Ponomarev, aseguró haber encontrado las pertenencias personales de uno de los militantes asesinados, entre las que se encontraba una insignia del sector derechista, así como una pistola yugoslava análoga a las que el Ejército alemán utilizaba durante la Segunda Guerra Mundial.

Desde las altas instancias se da por rota la llamada tregua de Pascua, por la que Kiev suspendía temporalmente su operación antiterrorista en el este del país y Moscú devolvió seis buques de guerra en los que volvió a izar la bandera ucraniana. "Recuerdo que la víspera la resistencia anuncia una tregua durante las fiestas. Ahora, la tregua se ha roto. Valoramos la acción como una provocación", aseguró un portavoz rebelde a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.

"El ataque de los militantes armados del llamado sector derechista acabó con las vidas de civiles inocentes... La parte rusa está indignada por la provocación de los combatientes, lo que demuestra la falta de voluntad de las autoridades de Kiev de controlar y desarmar a los nacionalistas y extremistas", declaró la Cancillería rusa en un comunicado, aludiendo a las reclamaciones de los grupos prorrusos de no desarmarse antes de que lo haga el Pravy Sektor.

El Kremlin también consideró una sorpresa que la tragedia haya tenido lugar "justo después de haber firmado el acuerdo de Ginebra el 17 de abril", que "insiste en la urgencia de contener todo tipo de acciones violentas, amenazas y provocaciones".

Ahora se refuerzan las posibilidades de que Moscú, que ya confesó esta semana que mantenía tropas en el perímetro fronterizo de Ucrania por la situación en el país, decida enviar más efectivos a la zona. Putin aseguró que esta decisión se tomaría si no se respetasen "los derechos de los rusos y rusohablantes".

Desde Kiev, el Ejecutivo aseguró no tener "intención de cumplir los acuerdos (de Ginebra)". "Los soldados no fueron retirados de Slaviansk. Se anunció que la operación lanzada por la Junta de Kiev continuaría y ahí está el resultado, la sangre de civiles inocentes", aseguró por su parte Serguéi Tsiplakov, uno de los líderes insurgentes.

En el ámbito diplomático ya se habían calentado los ánimos antes del ataque, cuando el primer ministro interino de Ucrania, Arseni Yatseniuk, que hace apenas dos días anunciaba una reforma de la Constitución que contentaría a las facciones prorrusas, lanzó una advertencia al presidente ruso, Vladímir Putin,al que acusó de querer restaurar la URSS poco antes de que se sucedieran los atentados. Lo dijo en una entrevista recogida en el diario 'The Kyiev Post', en la que se preguntaba cuáles serían los límites del Kremlin y por qué se negaba a desalojar los edificios públicos ucranianos ocupados por prorrusos.

A la zona donde se han producido los hechos llegará esta noche el ministro ucraniano del Interior, Arsén Abákov, que se reunirá con la Guardia Nacional y los batallones especiales, según anunció en su cuenta de Facebook. Los líderes populares de la zona han anunciado que se decretará un toque de queda desde medianoche hasta las seis de la mañana con el objetivo de evitar que cualquier civil se mueva por las calles aprovechando la oscuridad.Turchinov: "Hablar es mejor que la guerra"

Pese a que el gobierno ucraniano parece haberse desengañado ante los resultados del acuerdo de Ginebra, el presidente interino de la Rada Suprema, Alexander Turchínov, resaltó este domingo por la noche que "hablar es mejor que la guerra".

Según la agencia ITAR-TASS, Turchínov comentó en un canal de televisión ucraniano que la declaración rubricada por la Unión Europea, EEUU, Rusia y Ucrania"no respondió a muchas preguntas", pero sí que supuso un "primer paso" para debatir la paz."El tiempo dirá lo sinceras que fueron estas declaraciones", agregó.El alcalde 'popular' de Slaviansk pide ayuda a Putin

El alcalde autoproclamado de Slaviank aprovechó para pedir al presidente ruso que despliegue "fuerzas de pacificación" en Donetsk y Lugansk, otra de las zonas orientales reclamadas por los prorrusos. "Las fuerzas de paz rusas defenderían a la población de la Guardia Nacional y de la organización ultranacionalista Sector de Derechas", aseguró Ponomarev.

"Están matando a nuestros hermanos. No hablan con nosotros, sólo nos matan. La ciudad está en estado de sitio por parte del Sector de Derechas", sostuvo el líder insurgente, que consideró a Rusia como la única potencia capaz de defender a los prorrusos de estos grupos ultranacionalistas "enviados por Kiev".

El último enfrentamiento en tierras ucranianas se produjo el pasado 17 de abril, cuando al menos tres personas fallecieron y 13 resultaron heridas en un intento de asalto de prorrusos al cuartel militar de Mariúpol, en el sureste del país.

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